La semana pasada encontré los restos de un pequeño cascarón de huevo a orillas del limonero. Supongo que los polluelos de la tórtola que anidó en el árbol ya nacieron. No los he escuchado piar, ni me he querido acercar para cerciorarme de lo que supongo, para no molestar.
Lo que me preocupa es que ya van varios días que veo a un gato gris husmeando en el patio. Lo observo en silencio desde la ventana de la cocina mientras me preparo algún sándwich o bebo un vaso con agua.
El gato se sienta a la sombra de árbol y voltea excitado hacia la copa. Cuando rodea el tronco, desesperado, y se pone en posición de ataque -ese movimiento extraño que hacen con las patas, como acariciando el suelo- abro la puerta de tela mosquitera y el felino sale huyendo despavorido.
Dudo que pueda treparse a lo alto del árbol, pues el tronco tiene muchas espinas y las ramas aún están tiernas como para soportar su peso.
También pienso que cada vez que hago esto interfiero con el curso natural de la vida, y que el pobre animal se va a morir de hambre por mi culpa; pero luego pienso en los polluelos, que se quedarían sin su mamá -o viceversa-, y pues es todo un dilema cósmico que me provoca insomnio.
Lo que me preocupa es que ya van varios días que veo a un gato gris husmeando en el patio. Lo observo en silencio desde la ventana de la cocina mientras me preparo algún sándwich o bebo un vaso con agua.
El gato se sienta a la sombra de árbol y voltea excitado hacia la copa. Cuando rodea el tronco, desesperado, y se pone en posición de ataque -ese movimiento extraño que hacen con las patas, como acariciando el suelo- abro la puerta de tela mosquitera y el felino sale huyendo despavorido.
Dudo que pueda treparse a lo alto del árbol, pues el tronco tiene muchas espinas y las ramas aún están tiernas como para soportar su peso.
También pienso que cada vez que hago esto interfiero con el curso natural de la vida, y que el pobre animal se va a morir de hambre por mi culpa; pero luego pienso en los polluelos, que se quedarían sin su mamá -o viceversa-, y pues es todo un dilema cósmico que me provoca insomnio.
Ayer que llegué del trabajo y salí al patio a buscar higos maduros, vi pelaje del color del gato en la parte donde las ramas de la higuera y el limonero se entrecruzan. Busqué a la tórtola, pero no estaba. Quise ver si estaban los polluelos, pero no me dio la altura ni subiéndome a una silla.
No sé si el gato ya se los haya merendado y la vida siguió su curso natural: un curso cruel y violento para muchos, pero natural a fin de cuentas.
Antinatural para uno, que si el gato decidió devorar sólo a la madre, voy a tener que googlear "¿Cómo ser la mamá sustituta de unos tórtolos?".
No sé si el gato ya se los haya merendado y la vida siguió su curso natural: un curso cruel y violento para muchos, pero natural a fin de cuentas.
Antinatural para uno, que si el gato decidió devorar sólo a la madre, voy a tener que googlear "¿Cómo ser la mamá sustituta de unos tórtolos?".
5 comentarios:
Me dejaste con toda la tención de saber si la tórtola vivió , murió , se fugo o que ??? y pensar en los polluelos , creo que tendrás que incomodarlos.
Excelente día , todos tus comentarios me agradan pero este me dejo con muchas incógnitas !!!
ya me agüitaste!, pon dos sillas "encontradas", en medio de esas dos sillas, coloca una tercera y sube a ver. por ahi leí de alguien que se puso una camisa con bolsa en el pecho, pero al reves y colocó los huevos en la bolsa. 2 de 3 nacieron, saludos.
¡Qué padre que recibas la visita de un gato!
Lamento mucho que tengas que andar limpiando el desorden que dejan esas sucias aves con sus cascarones a medio abrir en el suelo.
Dilemas como esos, hacen que uno reproche que diosito nos aiga* dado conciencia.
Vaya , espero que las aves se encuentren vivas. La naturaleza es sabia. Saludos!
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