He querido escribir muchas cosas, pero me cayó un trabajo de México que me ofrecieron estando allá y apenas se concretó la semana pasada y apenas ayer me dieron un adelanto del pago. Por eso no he tenido chance de filosonsear. Pero ya estoy acabando el trabajillo. Es un cómic de 12 páginas sobre la Reforma del Sistema de Justicia Penal (¿y eso con qué se come?) que me pongo a trazar y colorear por las noches. Miren nomás:
Aparte, pues también he estado haciendo las caricaturas y los escritos para el periódico en el que sigo trabajando en Monterrey, que es con lo que me estoy manteniendo acá en Toronto. Aquí les comparto algunas de las caricaturas que he mandado durante el mes:
Y hablando de la escuela, mi maestro Peter –ése que les dije que es comediante, escritor y viajero- tiene una teoría: “Entre mejor sea la comida de un país, peor es su cerveza”.
Pone como ejemplo a México y Alemania: “México tiene una de las gastronomías más complejas y sabrosas del planeta, pero su cerveza apesta; sin embargo, Alemania tiene la peor comida del mundo, pero de las mejores cervezas”, dice.
Durante más de la mitad de la clase Peter nos da ejemplos de cocina mundial y de cervezas. Nunca había analizado el tema desde ese ángulo, y cada que pienso en algún país del que tenga nociones básicas, la teoría de la comida en relación con la cerveza de mi maestro Peter aplica.
Aquí el gobierno controla el alcohol. No en cualquier parte ni a cualquier hora se puede comprar vino o cerveza, snif. Pero así como en México, hay privilegios y triquiñuelas entre autoridades y empresas. Por ejemplo: Molson-Coors es la cervecería que domina el mercado canadiense, y también la que fabrica la peor cerveza. El dueño -o dueños, lo ignoro- tiene concesiones de unas tiendas llamadas Beer Store, donde venden su mierda y la mierda comercial gringa.
Como nota adicional: neta que no sé en qué estaban pensando mis amigos -ésos que alguna vez visitaron este país o vivieron en él- al recomendarme la Molson. ¡Buákatelas! Mejor me hubieran mentado la madre, snif.
Pero por fortuna, las microcervecerías están proliferando en muchas partes del mundo, por lo que la semana pasada me lancé a una de estas burbujeantes empresas. Está efrentito de la CN Tower, en una vieja estación de trenes. Se llama Steam Whistle Brewing, y, cuando uno entra en las instalaciones, huele a pan recién horneado; ay, mamachita:
Está muy buena esta cheve, pero creo que la mejor de todas las que he "degustado" es la Muskoka. Lástima que sólo se consiga en tiendas jineteadas por el gobierno y no en bares ni en restaurantes ni en el mentado Beer Store:
Aparte, pues también he estado haciendo las caricaturas y los escritos para el periódico en el que sigo trabajando en Monterrey, que es con lo que me estoy manteniendo acá en Toronto. Aquí les comparto algunas de las caricaturas que he mandado durante el mes:
Y hablando de la escuela, mi maestro Peter –ése que les dije que es comediante, escritor y viajero- tiene una teoría: “Entre mejor sea la comida de un país, peor es su cerveza”.
Pone como ejemplo a México y Alemania: “México tiene una de las gastronomías más complejas y sabrosas del planeta, pero su cerveza apesta; sin embargo, Alemania tiene la peor comida del mundo, pero de las mejores cervezas”, dice.
Durante más de la mitad de la clase Peter nos da ejemplos de cocina mundial y de cervezas. Nunca había analizado el tema desde ese ángulo, y cada que pienso en algún país del que tenga nociones básicas, la teoría de la comida en relación con la cerveza de mi maestro Peter aplica.
Aquí el gobierno controla el alcohol. No en cualquier parte ni a cualquier hora se puede comprar vino o cerveza, snif. Pero así como en México, hay privilegios y triquiñuelas entre autoridades y empresas. Por ejemplo: Molson-Coors es la cervecería que domina el mercado canadiense, y también la que fabrica la peor cerveza. El dueño -o dueños, lo ignoro- tiene concesiones de unas tiendas llamadas Beer Store, donde venden su mierda y la mierda comercial gringa.
Como nota adicional: neta que no sé en qué estaban pensando mis amigos -ésos que alguna vez visitaron este país o vivieron en él- al recomendarme la Molson. ¡Buákatelas! Mejor me hubieran mentado la madre, snif.
Pero por fortuna, las microcervecerías están proliferando en muchas partes del mundo, por lo que la semana pasada me lancé a una de estas burbujeantes empresas. Está efrentito de la CN Tower, en una vieja estación de trenes. Se llama Steam Whistle Brewing, y, cuando uno entra en las instalaciones, huele a pan recién horneado; ay, mamachita:
Está muy buena esta cheve, pero creo que la mejor de todas las que he "degustado" es la Muskoka. Lástima que sólo se consiga en tiendas jineteadas por el gobierno y no en bares ni en restaurantes ni en el mentado Beer Store:
¡Salud!