lunes, marzo 31, 2008
viernes, marzo 28, 2008
Cuando medí mi mano.
Sería en la secundaria o en la prepa cuando por primera vez medí mi mano con la de una chava. Es el primer y mejor pretexto para tocar a la mujer que te gusta o de la que estás enamorado en secreto.
“Uy, qué chiquita tienes la mano”, le dije, y se río mucho, para después tomar una actitud retadora. Me tomó por la muñeca y la puso palma a palma con la suya. “Ay, pero si nomás me sacas una puntita”, dijo, y encorvé mis dedos como garras retractiles de felino para doblar los suyos. Ella hizo lo mismo sonriendo y gruñendo; como jugando luchitas. Me doblé y me dejé ganar. Reímos mucho y efervescí de los pies al pecho. Fue un instante eterno.
Así quisiera sentir a diario, porque así me sentí por muchos años: instantes inmortales, inocentes y espontáneos cargados de pasión.
Y espero que ese largo corredor que se pierde con la noche -alguna metáfora de la vida- siga iluminado; aunque tenga que recorrerlo solo... siempre con la esperanza de que otra vez se crucen nuestros caminos.
“Uy, qué chiquita tienes la mano”, le dije, y se río mucho, para después tomar una actitud retadora. Me tomó por la muñeca y la puso palma a palma con la suya. “Ay, pero si nomás me sacas una puntita”, dijo, y encorvé mis dedos como garras retractiles de felino para doblar los suyos. Ella hizo lo mismo sonriendo y gruñendo; como jugando luchitas. Me doblé y me dejé ganar. Reímos mucho y efervescí de los pies al pecho. Fue un instante eterno.
Así quisiera sentir a diario, porque así me sentí por muchos años: instantes inmortales, inocentes y espontáneos cargados de pasión.
Y espero que ese largo corredor que se pierde con la noche -alguna metáfora de la vida- siga iluminado; aunque tenga que recorrerlo solo... siempre con la esperanza de que otra vez se crucen nuestros caminos.
miércoles, marzo 26, 2008
Más blogueros que no soporto
¡Dios mío, Dios mío, Dios míooooo...!
Al leer blogs no puedo evitar estos arranques de amargura. Y como la vida es un carnaval, sólo se vive una vez y hay que tratar de vivir lo más amargado posible, pues ahí les va.
Si mi blog y el de muchos está considerado como bazofia por estar escrito con las nalgas, el queso de las patas y los pelitos del escroto, dense una vuelta por los demás "blos", nomás para que valoren y digan: "Chale, mi blog no está tan pior."
Acabo de descubrir una nueva especie de blogueros: Los Que Escriben Sus Posts Como Pochos.
No sé si estos señoritos y señoritas piensen que esto es muy "cool" o muy "trendy", o si creerán que su manejo del idioma inglés va a soltar destellos que nos van a "bling bling" y algún día se los publicarán en la revista Caras y Quién por ser tan "fashion" (no entendí ni madres de lo que acabo de escribir, pero bueno...).
Llegué a pensar que esta especie eran blogueros de alguna ciudad fronteriza, o mexicanos radicados en Estados Unidos; y pensé: "Bueno, es justificable su modo de escribir: han de estar tan apendejados con esa crisis de identidad que tienen que han olvidado muchas palabras en español"... ¡¡¡Pero nooooo!!! La mayoría de estos blogueros son de Chiapas, Tabasco, Hidalgo y estados de la república que nada tienen que ver con la cultura gringa mas que el nuevo Starbucks que acaban de inaugurar a lado del único Soriana de su pueblo o el canal 72 de paga donde pasan Telemundo. Es más: estos blogueros llegaron a caerme más mal que los blogueros "cultos" y "de mucho mundo" que abusan de frasecitas en latín, francés o alemán de los que alguna vez hablé.
Ahí les van unos fragmentos de los posts que escriben estos pochos que no son pochos pero se sienten pochos:
"Las canciones de los Counting Crows son tan especiales que podría quotearlas en momentos random de mi vida".
Mi respuesta: Yo podría kickear your ass por mamón que eres.
"...y entonces le contesté con una frase bitchslapeante que la dejó callada..."
Sin comentarios. Frase más pretenciosa no había leído. Estos güeyes están peor que Ricardo Arjona haciendo que rimen a huevo sus canciones; éstos quieren a huevo castellanizar palabras que nomás no suenan bien.
"...y cuando me disponía, ya en casita, a prepararme mi obligado sandwich de peanut butter and jelly, caí en la cuenta que había comprado el frasco de peanut butter sin jelly..."
Pa empezar: ¿Quién vergas se come un lonche de esa madre? Sólo lo he visto en las caricaturas, series y películas gringas; ah: y uno que otro gringo "random" que cree que la crema de cacahuate es un alimento completo.
"Me enfundé unos jeans y me puse mis Crocs: ¡Amo mis Crooocs!"
A ver: ¿Por qué fregados tiene que decir la marca del pinche zapato? Por qué no decir "me puse zapatos" y ya. Es más: decir que se pusieron zapatos está de más; a nadie le importa. Además, presumir que usan esos pinches zapatos tan horribles debería darles vergüenza.
Con esta actitud mía, siento que va a ser una semana muuuy larga.
Al leer blogs no puedo evitar estos arranques de amargura. Y como la vida es un carnaval, sólo se vive una vez y hay que tratar de vivir lo más amargado posible, pues ahí les va.
Si mi blog y el de muchos está considerado como bazofia por estar escrito con las nalgas, el queso de las patas y los pelitos del escroto, dense una vuelta por los demás "blos", nomás para que valoren y digan: "Chale, mi blog no está tan pior."
Acabo de descubrir una nueva especie de blogueros: Los Que Escriben Sus Posts Como Pochos.
No sé si estos señoritos y señoritas piensen que esto es muy "cool" o muy "trendy", o si creerán que su manejo del idioma inglés va a soltar destellos que nos van a "bling bling" y algún día se los publicarán en la revista Caras y Quién por ser tan "fashion" (no entendí ni madres de lo que acabo de escribir, pero bueno...).
Llegué a pensar que esta especie eran blogueros de alguna ciudad fronteriza, o mexicanos radicados en Estados Unidos; y pensé: "Bueno, es justificable su modo de escribir: han de estar tan apendejados con esa crisis de identidad que tienen que han olvidado muchas palabras en español"... ¡¡¡Pero nooooo!!! La mayoría de estos blogueros son de Chiapas, Tabasco, Hidalgo y estados de la república que nada tienen que ver con la cultura gringa mas que el nuevo Starbucks que acaban de inaugurar a lado del único Soriana de su pueblo o el canal 72 de paga donde pasan Telemundo. Es más: estos blogueros llegaron a caerme más mal que los blogueros "cultos" y "de mucho mundo" que abusan de frasecitas en latín, francés o alemán de los que alguna vez hablé.
Ahí les van unos fragmentos de los posts que escriben estos pochos que no son pochos pero se sienten pochos:
"Las canciones de los Counting Crows son tan especiales que podría quotearlas en momentos random de mi vida".
Mi respuesta: Yo podría kickear your ass por mamón que eres.
"...y entonces le contesté con una frase bitchslapeante que la dejó callada..."
Sin comentarios. Frase más pretenciosa no había leído. Estos güeyes están peor que Ricardo Arjona haciendo que rimen a huevo sus canciones; éstos quieren a huevo castellanizar palabras que nomás no suenan bien.
"...y cuando me disponía, ya en casita, a prepararme mi obligado sandwich de peanut butter and jelly, caí en la cuenta que había comprado el frasco de peanut butter sin jelly..."
Pa empezar: ¿Quién vergas se come un lonche de esa madre? Sólo lo he visto en las caricaturas, series y películas gringas; ah: y uno que otro gringo "random" que cree que la crema de cacahuate es un alimento completo.
"Me enfundé unos jeans y me puse mis Crocs: ¡Amo mis Crooocs!"
A ver: ¿Por qué fregados tiene que decir la marca del pinche zapato? Por qué no decir "me puse zapatos" y ya. Es más: decir que se pusieron zapatos está de más; a nadie le importa. Además, presumir que usan esos pinches zapatos tan horribles debería darles vergüenza.
Con esta actitud mía, siento que va a ser una semana muuuy larga.
martes, marzo 25, 2008
viernes, marzo 21, 2008
Frases para la eternidad
El Filósofo de Cantina ayer me dijo:
"No estés con la mujer con la que quisieras vivir el resto de tu vida; estate con la mujer con la que no podrías vivir sin ella el resto de tu vida".
Un amigo que acaba de mudarse con su novia hace dos meses, me dijo:
"Nunca pensé decir esto, pero extraño un chingo la puñeta".
Henry Miller me dijo:
"No es la cultura del trabajo la que nos inculcan nuestros padres; es la ley de la inercia. Cuando tienes un trabajo, te casas y tienes hijos, tu vida se convierte en inercia... tú sabrás si deseas eso para el resto de tu vida".
Amén, pues es semana santa: época de resurrección.
"No estés con la mujer con la que quisieras vivir el resto de tu vida; estate con la mujer con la que no podrías vivir sin ella el resto de tu vida".
Un amigo que acaba de mudarse con su novia hace dos meses, me dijo:
"Nunca pensé decir esto, pero extraño un chingo la puñeta".
Henry Miller me dijo:
"No es la cultura del trabajo la que nos inculcan nuestros padres; es la ley de la inercia. Cuando tienes un trabajo, te casas y tienes hijos, tu vida se convierte en inercia... tú sabrás si deseas eso para el resto de tu vida".
Amén, pues es semana santa: época de resurrección.
miércoles, marzo 19, 2008
El ventarrón que se robó la penumbra
No hay luz desde que me amaneció: el foquito rojo del ventilador que siempre permanece encendido aunque el aparato esté apagado me lo advirtió a eso de las nueve.
Una espesa nube de polvo sepia cubre la ciudad. El viento sopla como nunca antes lo había hecho. Y no exagero: quince horas después -cuando vuelve la energía eléctrica- la repetición de los noticieros confirma mi asombro: un par de muertos, daños materiales cuantiosos y medio millón de usuarios sin luz.
Basura de todo tipo se arremolina en cualquier punto donde poses tu mirada herida por el exceso de mugre que vuela rabiosa como enjambre de mosquitos. Ramas de todos tamaños se deslizan por el pavimento como barcos de vela. Gasolineras, restaurantes y hasta la tiendita de la esquina han cerrado.
Los ecologistas -alguna vez tomados por locos y extremistas- tenían razón: Repitieron hasta el cansancio que esto sucedería si la metrópoli seguía creciendo desordenadamente y si las pedreras y fraccionadores continuaban tragándose las montañas que nos rodean.
Lo único justiciero del día es que los más afectados por este ventarrón fueron los negocios de publicidad panorámica, quienes mandan achichincles disfrazados de empleados del municipio a talar árboles centenarios en las madrugadas para que sus anuncios sean visibles desde distintos puntos de la ciudad. Eso fue lo más cómico del día y lo que más gusto me dio -como cuando cuernan de gravedad a un torero-; ver cómo la pagaban con sus lonas desgarradas ondeando como la bandera blanca de un ejército derrotado no tuvo precio, jo jo jo.
Algunos otros -también tomados por locos- dijeron que, en semana santa, la mayoría de las industrias aprovechan para verter sus desperdicios en el aire, para que casi nadie se dé cuenta, ocasionando esta contingencia ambiental. Suena a una paranoica teoría de la conspiración, pero de los acaudalados industriales se puede esperar lo más ruin.
Todo vuelve a ser como en la época de las cavernas, pero con más peligros y más neurosis. Ahora, los depredadores son señalamientos viales de lámina que se desprenden y vuelan por el aire: como los techos de las casas de las colonias populares. Vigas tambaleantes que sostienen publicidad mal hecha y bien cobrada amenazan con colapsarse… y se colapsan; bardas derrumbadas y palmeras fracturadas que golpean transformadores de luz y rompen cables eléctricos.
Y el miedo es el mismo que en la prehistoria: “¿Qué pasará cuando llegue la noche?” Sin televisor, sin música, sin saber dónde están los cerillos y las veladoras. El miedo es mayor para quienes le han sacado la vuelta al camino que los llevará a encontrarse con sí mismos, pues saben que el silencio y la soledad de la oscuridad siempre los tienta a retomar esa vereda; por eso ruegan que los empleados de la Comisión Federal de Electricidad hagan algo pronto para tener el pretexto y seguir distrayéndose de su verdadera esencia.
Quince horas después vuelve la luz. Hay árboles yaciendo sobre el pavimento, con su follaje enredado entre cables negros, como si acabaran de suicidarse con todo y nidos. El viento sopla con más nobleza. Está cansado. Mi coche tiene debajo una gruesa alfombra de hojas, flores de buganvilia, papeles y trozos de cartón. Me subo, lo enciendo y voy en busca de la penumbra que me arrebataron.
lunes, marzo 17, 2008
Los trenes que sueño
Hace dos meses que regresé del viaje de la foto, y cada semana, desde que volví, tengo sueños relacionados con trenes.
En uno, estoy acostado en medio de las vías, inmóvil, con los brazos cruzados sobre el pecho. El tren me pasa por encima; no puedo ni respirar porque cualquier movimiento haría que mi cuerpo rozara con los fierros y metales del convoy, causando mi desmembramiento. Hasta ahorita, en todos los sueños, he salido ileso.
En otro, los vagones del tren pasan rajamadre (muy rápido) frente a mí, y yo tengo que brincar a uno antes de que terminen de pasar, porque si no, me quedo solo en medio de un desierto, sentado en el terraplén, esperando a que pase otro tren que nunca pasa. Hasta ahorita no he logrado subirme: me da miedo porque va muy rápido (rajamadre). En el tren va gente que conozco y quiero, pero nomás me dicen adiós: nadie me echa porras ni me alenta a armarme de valor para subirme. Como que les vale madre si me subo o no.
Los demás sueños que tengo no tienen importancia; son de esos que uno sueña hasta despierto y aún no se logran.
viernes, marzo 14, 2008
Una Doctrina de Terror
No es ninguna novedad mi repudio por la iglesia católica. Crear una lista enumerando las pendejadas que predica, prohíbe, permite y promueve en su nombre está de más. Pensar en toda esa gente que se dice católica y cada día es peor ser humano, me da asco. Pero nunca pensé que fuera a aplaudirle algo a esta iglesia de la que tanto reniego y siempre renegaré. Y no es sarcasmo.
Me refiero a eso de los nuevos pecados sociales. Por mí, están con madre, que al cabo que yo soy ateo y ni los cometía antes de que se anunciaran ni los cometo ahora ni los cometeré. Me refiero a esos que hablan de fomentar la pobreza del prójimo, enriquecerse de manera grotesca sin compartir lo obtenido, contaminar el medio ambiente y pasar por alto las injusticias sociales; que más que con la religión tienen que ver con la educación, ética, moral, conciencia, sentido común y el no ser un pinche ojete como persona. Pero ya ven que la iglesia se mete en todo y, ahora, creo que por fin le atinaron en meterse en cosas que realmente importan y no andarla cagando en nimiedades.
Tanto que los líderes, funcionarios, artistas, delincuentes y de más “hijos de Dios” (¡qué soberbia considerarse hijo de un dios!) predican su “espiritualidad” y “amor” y mamadas de esas con Biblia en mano, mientras viven revolcándose en el soquete de sus propios vicios, hipocresías y contradicciones. A ver si ahora sí les da vergüenza… o igual y siguen de dobles caras, como siempre lo han hecho.
Lo malo de estos nuevos pecados es que puede salir contraproducente esa “buena intención” de la iglesia por crear consciencia y menos injusticias sociales, pues se le pueden ir creyentes que se den cuenta que ni siquiera esa institución predica con el ejemplo y se sigue enriqueciendo y no paga impuestos y mantiene a los pobres pobres, etcétera.
Si infundiéndoles un terror de ir al infierno a esos mexicanos valevergas que tienen jodida a la nación va a traer como consecuencia crear mejores ciudadanos, pues por mí está muy bien; es más: que lavar el coche con manguera o tardar más de 5 minutos en la regadera también sean pecados mortales y que a todos se los cargue la chingada en el infierno. Si así voy a tener playas limpias, cielo azul y parajes libres de basura, ¡adelante!, que se les inculque desde niños el temor a atentar contra el planeta por ser pecado.
Yo siempre he pensado que infundir el terror de manera inteligente es algo muy bueno. No como los pinches gringos, que se la pasan con sus mamadas de: “Ay, puede haber un atentado terrorista en el SuperBowl, nos odian, hay malos allá afuera, son barbones y nos quieren matar, bujujuju”, y dos horas después: “No, ya están a salvo, querido pueblo americano, el gobierno acaba de bombardear otra aldea pobre y se descarta el posible atentado”. Y todos los gringos viven con el culo en la mano, pero protegidos. Pffft, a quién vergas le importa el Superbowl para ir a cometer un acto terrorista, por favor, pinches gringos orates. En fin.
Para que me entiendan mejor esta propuesta de sembrar el terror entre los ciudadanos de manera positiva para así crear mejores personas y mejores sociedades, ahí les va un ejemplo:
Imaginen que agarran a un explotador de niños: un güey que les vendía droga y luego los violaba y cometía las peores vejaciones con ellos. ¿Cómo acabar con el problema sin sobrepoblar los penales? Pues por medio del terror. Agarras al Presidente de la República (un presidente inteligente y con huevos, obviamente), lo grabas con todas las cámaras de todas las televisoras en vivo, en cadena nacional y horario triple A; con pistola en mano, diciendo algo así como: “¡Ya me tienen hasta la chingada, pinches delincuentes, secuestradores, y de más enemigos de la paz y el bienestar de los mexicanos!”. En eso, que le dé un balazo a quemarropa en la cabeza a la pinche piltrafa violadora y luego mire de frente a las cámaras: “No me provoquen hijos de la chingada, porque esto les va a pasar a todos y cada uno de ustedes si siguen cometiendo ilícitos y atrocidades”. ¿A poco no te cagas pa dentro si ves esto en la telera? Y pos uno qué; uno no hace esas cosas, ¿pero qué tal los delincuentes?; de perdido le pensarían dos veces, y todo gracias al terror bien inducido. Así le hacen los gringos con sus videos falsos del Al Quepedo o esa madre; así le hacen los narcotraficantes con sus videos de ejecutados y tienen el dominio el país; ¿por qué no utilizar ese método de terror en algo positivo?
Sí, yo propongo una doctrina del terror, como la que ha venido fomentado pendejamente la iglesia contra el condón, las cogidas fuera del matrimonio o las mujeres divorciadas, pero en temas verdaderamente importantes. Una doctrina del terror bien planteada, menos convenenciera y más dócil; que no caiga en un régimen represor o dictadura, o una de esas cosas pasadas de moda. Un régimen de terror contra terroristas ambientales, infanticidas, delincuentes de cuello blanco y de más cuacha social. Una doctrina de shock positiva para crear mejores seres humanos ¿Que el terror no trae nada positivo? ¡Cómo chingaos que no! Imaginen que en las escuelas católicas a los niños en vez de decirles pendejadas como: “Si le das un beso a tu novia se embaraza y se van a ir al infierno”, mejor les dijeran: "Si tiras papeles en la calle, en el parque o en la playa, el mundo arderá y tú junto con él; si no plantas un árbol cada mes o maltratas los que hay, el diablo te va a meter toda la chaira roja y peluda por el ano hasta sacarte las tripas; si de grande llegas borracho a tu casa y golpeas a tu mujer, Dios mismo vendrá a colgarte de los huevos, etc". ¡Qué bonito! ¿no? Con este terror de buenas intenciones cambiaríamos la mentalidad del ser humano y formaríamos ciudadanos temerosos –obviamente- pero temerosos para un beneficio general. Ciudadanos que en vez de estar pensando en que se van a ir a infierno por comer carne de res un viernes de cuaresma, piensen que se los va a cargar la chingada si explotan y marginan a sus empelados, ensucian el agua con sus bronceadores Hawaiian Tropic, maltratan a su vieja, van a corridas de toros o tienen dinero que nunca van a poder gastar mientras mueren niños por catarros mal cuidados.
Está bien emplear una doctrina de shock, pero repito, de manera positiva, no a lo pendejo como acostumbra hacer la iglesia y el gobierno la mayoría de las veces. Por eso, felicidades por esa nueva lista de pecados.
Me refiero a eso de los nuevos pecados sociales. Por mí, están con madre, que al cabo que yo soy ateo y ni los cometía antes de que se anunciaran ni los cometo ahora ni los cometeré. Me refiero a esos que hablan de fomentar la pobreza del prójimo, enriquecerse de manera grotesca sin compartir lo obtenido, contaminar el medio ambiente y pasar por alto las injusticias sociales; que más que con la religión tienen que ver con la educación, ética, moral, conciencia, sentido común y el no ser un pinche ojete como persona. Pero ya ven que la iglesia se mete en todo y, ahora, creo que por fin le atinaron en meterse en cosas que realmente importan y no andarla cagando en nimiedades.
Tanto que los líderes, funcionarios, artistas, delincuentes y de más “hijos de Dios” (¡qué soberbia considerarse hijo de un dios!) predican su “espiritualidad” y “amor” y mamadas de esas con Biblia en mano, mientras viven revolcándose en el soquete de sus propios vicios, hipocresías y contradicciones. A ver si ahora sí les da vergüenza… o igual y siguen de dobles caras, como siempre lo han hecho.
Lo malo de estos nuevos pecados es que puede salir contraproducente esa “buena intención” de la iglesia por crear consciencia y menos injusticias sociales, pues se le pueden ir creyentes que se den cuenta que ni siquiera esa institución predica con el ejemplo y se sigue enriqueciendo y no paga impuestos y mantiene a los pobres pobres, etcétera.
Si infundiéndoles un terror de ir al infierno a esos mexicanos valevergas que tienen jodida a la nación va a traer como consecuencia crear mejores ciudadanos, pues por mí está muy bien; es más: que lavar el coche con manguera o tardar más de 5 minutos en la regadera también sean pecados mortales y que a todos se los cargue la chingada en el infierno. Si así voy a tener playas limpias, cielo azul y parajes libres de basura, ¡adelante!, que se les inculque desde niños el temor a atentar contra el planeta por ser pecado.
Yo siempre he pensado que infundir el terror de manera inteligente es algo muy bueno. No como los pinches gringos, que se la pasan con sus mamadas de: “Ay, puede haber un atentado terrorista en el SuperBowl, nos odian, hay malos allá afuera, son barbones y nos quieren matar, bujujuju”, y dos horas después: “No, ya están a salvo, querido pueblo americano, el gobierno acaba de bombardear otra aldea pobre y se descarta el posible atentado”. Y todos los gringos viven con el culo en la mano, pero protegidos. Pffft, a quién vergas le importa el Superbowl para ir a cometer un acto terrorista, por favor, pinches gringos orates. En fin.
Para que me entiendan mejor esta propuesta de sembrar el terror entre los ciudadanos de manera positiva para así crear mejores personas y mejores sociedades, ahí les va un ejemplo:
Imaginen que agarran a un explotador de niños: un güey que les vendía droga y luego los violaba y cometía las peores vejaciones con ellos. ¿Cómo acabar con el problema sin sobrepoblar los penales? Pues por medio del terror. Agarras al Presidente de la República (un presidente inteligente y con huevos, obviamente), lo grabas con todas las cámaras de todas las televisoras en vivo, en cadena nacional y horario triple A; con pistola en mano, diciendo algo así como: “¡Ya me tienen hasta la chingada, pinches delincuentes, secuestradores, y de más enemigos de la paz y el bienestar de los mexicanos!”. En eso, que le dé un balazo a quemarropa en la cabeza a la pinche piltrafa violadora y luego mire de frente a las cámaras: “No me provoquen hijos de la chingada, porque esto les va a pasar a todos y cada uno de ustedes si siguen cometiendo ilícitos y atrocidades”. ¿A poco no te cagas pa dentro si ves esto en la telera? Y pos uno qué; uno no hace esas cosas, ¿pero qué tal los delincuentes?; de perdido le pensarían dos veces, y todo gracias al terror bien inducido. Así le hacen los gringos con sus videos falsos del Al Quepedo o esa madre; así le hacen los narcotraficantes con sus videos de ejecutados y tienen el dominio el país; ¿por qué no utilizar ese método de terror en algo positivo?
Sí, yo propongo una doctrina del terror, como la que ha venido fomentado pendejamente la iglesia contra el condón, las cogidas fuera del matrimonio o las mujeres divorciadas, pero en temas verdaderamente importantes. Una doctrina del terror bien planteada, menos convenenciera y más dócil; que no caiga en un régimen represor o dictadura, o una de esas cosas pasadas de moda. Un régimen de terror contra terroristas ambientales, infanticidas, delincuentes de cuello blanco y de más cuacha social. Una doctrina de shock positiva para crear mejores seres humanos ¿Que el terror no trae nada positivo? ¡Cómo chingaos que no! Imaginen que en las escuelas católicas a los niños en vez de decirles pendejadas como: “Si le das un beso a tu novia se embaraza y se van a ir al infierno”, mejor les dijeran: "Si tiras papeles en la calle, en el parque o en la playa, el mundo arderá y tú junto con él; si no plantas un árbol cada mes o maltratas los que hay, el diablo te va a meter toda la chaira roja y peluda por el ano hasta sacarte las tripas; si de grande llegas borracho a tu casa y golpeas a tu mujer, Dios mismo vendrá a colgarte de los huevos, etc". ¡Qué bonito! ¿no? Con este terror de buenas intenciones cambiaríamos la mentalidad del ser humano y formaríamos ciudadanos temerosos –obviamente- pero temerosos para un beneficio general. Ciudadanos que en vez de estar pensando en que se van a ir a infierno por comer carne de res un viernes de cuaresma, piensen que se los va a cargar la chingada si explotan y marginan a sus empelados, ensucian el agua con sus bronceadores Hawaiian Tropic, maltratan a su vieja, van a corridas de toros o tienen dinero que nunca van a poder gastar mientras mueren niños por catarros mal cuidados.
Está bien emplear una doctrina de shock, pero repito, de manera positiva, no a lo pendejo como acostumbra hacer la iglesia y el gobierno la mayoría de las veces. Por eso, felicidades por esa nueva lista de pecados.
miércoles, marzo 12, 2008
La Esposa del Filósofo de Cantina
La Mujer del Filósofo de Cantina alguna vez me dijo:
“Siempre he sentido desprecio por los hombres que se hacen pasar por amigos de las mujeres. Esos que llegan todos lindos y buena onda, ocultando sus verdaderas intenciones hasta ganar tu confianza y -un par de meses después- declararte su amor o llevarte a la cama. No sé, nunca he confiado en ellos. Me parece hipócrita esa actitud; se me hace falsa y alevosa. Yo siempre preferí a los hombres que de buenas a primeras te decían lo que sentían, así fuera al segundo día de verte o al minuto de conocerte. Son más arrojados; más valientes y con los sentimientos a flor de piel. Los que se hacen pasar por amigos son cobardes y la mayoría de ellos cambian cuando se convierten en tus novios: se vuelven todo lo contrario de lo que mostraron ser cuando decían ser tus amigos. Es preferible el hombre que desnuda sus intenciones y sentimientos a la primera -porque estoy segura que no con cualquiera lo hacen-, que el que va recolectando amigas por la vida a ver cuál de todas cae en sus brazos.
Por eso yo amo a mi viejo y sigo con él: por sincerote. Porque el primer día que me vio, me declaró su amor, y aparte, me llevó a la cama”.
“Siempre he sentido desprecio por los hombres que se hacen pasar por amigos de las mujeres. Esos que llegan todos lindos y buena onda, ocultando sus verdaderas intenciones hasta ganar tu confianza y -un par de meses después- declararte su amor o llevarte a la cama. No sé, nunca he confiado en ellos. Me parece hipócrita esa actitud; se me hace falsa y alevosa. Yo siempre preferí a los hombres que de buenas a primeras te decían lo que sentían, así fuera al segundo día de verte o al minuto de conocerte. Son más arrojados; más valientes y con los sentimientos a flor de piel. Los que se hacen pasar por amigos son cobardes y la mayoría de ellos cambian cuando se convierten en tus novios: se vuelven todo lo contrario de lo que mostraron ser cuando decían ser tus amigos. Es preferible el hombre que desnuda sus intenciones y sentimientos a la primera -porque estoy segura que no con cualquiera lo hacen-, que el que va recolectando amigas por la vida a ver cuál de todas cae en sus brazos.
Por eso yo amo a mi viejo y sigo con él: por sincerote. Porque el primer día que me vio, me declaró su amor, y aparte, me llevó a la cama”.
lunes, marzo 10, 2008
...lunes...
Pocas cosas nos hacen saber que no somos poca cosa. Si logras que alguien ría, se ruborice, se conmueva, llore de emoción o se acuerde de ti después de mucho tiempo, entonces ha valido la pena cruzar la maraña de ramas espinadas en que a veces se convierte la vida.
jueves, marzo 06, 2008
Rompiendo el hielo
Me estaba echando unas cheves con un compa el fin de semana. Llegó al lugar un amigo de mi compa que yo no conocía. Cuando mi compa se paró al baño a descargar la primer miada de la noche, su amigo me preguntó lo más extraño que he escuchado en mi vida:
-¿Y qué onda: vas a ir al concierto de los Backstreet Boys?
Me quedé helado.
No sé si fue la manera más pendeja de romper un silencio incómodo con un desconocido, si me vio cara de puto, si pensó que tenía pésimos gustos musicales o no sé qué chingados tendría este güey en la cabeza.
¿O es normal que a un cabrón treintón le gusten los Backstreet Boys?
Brrrrrr... lo recuerdo y me dan escalofríos.
-¿Y qué onda: vas a ir al concierto de los Backstreet Boys?
Me quedé helado.
No sé si fue la manera más pendeja de romper un silencio incómodo con un desconocido, si me vio cara de puto, si pensó que tenía pésimos gustos musicales o no sé qué chingados tendría este güey en la cabeza.
¿O es normal que a un cabrón treintón le gusten los Backstreet Boys?
Brrrrrr... lo recuerdo y me dan escalofríos.
martes, marzo 04, 2008
Noticias
Hoy martes a la una de la tarde rellenamos las estanterías de la cafetería de la librería Gandhi con ¡#$%&! Cómics. Así es que si se dan la vuelta esta semana de seguro encontrarán desde el 1 hasta el recién salido número 5, para todos aquellos que no tengan su colección completa.
También recuerden que si no son de Monterrey pueden suscribirse por $250 pesitos, incluyendo ya los gastos de envío y uno que otro regalillo que mandamos porque somos bien buenas ondas. Doce números de ¡#$%&! Cómics por esa lana a cualquier parte de la república: ni la Madre Teresa de Calcuta era tan bondadosa, snif. Mándenme un mail -o al mail de la revista- si les interesa, para pasarles la cuenta donde se hace el depósito.
A todos los colaboradores de ¡#$%&! Cómics: por favor manden su dirección para enviarles sus revistas sin costo alguno.
A quienes ya se suscribieron y no les han llegado sus paquetes, pónganse en contacto conmigo. Al parecer -y gracias al Dios de los carteros- nada más fueron dos personas, pues fueron los dos paquetes que me devolvieron sanos y salvos.
Saludos a todos.
También recuerden que si no son de Monterrey pueden suscribirse por $250 pesitos, incluyendo ya los gastos de envío y uno que otro regalillo que mandamos porque somos bien buenas ondas. Doce números de ¡#$%&! Cómics por esa lana a cualquier parte de la república: ni la Madre Teresa de Calcuta era tan bondadosa, snif. Mándenme un mail -o al mail de la revista- si les interesa, para pasarles la cuenta donde se hace el depósito.
A todos los colaboradores de ¡#$%&! Cómics: por favor manden su dirección para enviarles sus revistas sin costo alguno.
A quienes ya se suscribieron y no les han llegado sus paquetes, pónganse en contacto conmigo. Al parecer -y gracias al Dios de los carteros- nada más fueron dos personas, pues fueron los dos paquetes que me devolvieron sanos y salvos.
Saludos a todos.
lunes, marzo 03, 2008
La niña y el Dios cobarde
Domingo, nueve treinta de la noche.
- Mira, mija: ya llegó el muchacho que te gusta.
La niña se sonroja mientras se esconde detrás de la falda de su madre, quien acaba de delatarla. Hago como que no escucho y doy las buenas noches.
Una vez por semana voy a ese puesto de tacos. Los de trompo con queso en tortilla de harina están muy buenos; además de baratos.
- ¡Ándale!, atiende al joven –dice la madre, y la niña asoma el rostro con las manos tapando su boca para ocultar que sonríe.
No tiene más de 12 años. Siempre que posa su mirada en mí es celestial. Le sonrío meneando la mano y por fin sale de atrás de su madre, riendo aún, pero ya sin mirarme. Es morena, de ojos grandes -casi saltones- y muy espigada. De mayor será una belleza.
La pequeña toma una vasija con cebolla y cilantro bien picados, los botes de las salsas y un plato con limones que deja sobre mi mesa.
- Gracias, chula –le digo, y corre hacia su madre para abrazarla riendo, posando de nuevo su mirada en la mía cuando se le pasa la pena.
Es curioso gustarle a una niña. Quién sabe qué pensarán o cómo lo verán a uno. Es un halago inocente que no nos genera ego ni vanidad.
Pero es más curioso que una niña de no más de 12 años tenga que atender un puesto de tacos. Siempre está ahí, sin remilgar, ayudando a su mamá en lo que puede. Ignoro si tenga muñecas, tacitas de té o planchita para jugar. Tal vez el haberla empujado hacia el mundo adulto de las responsabilidades debido a las carencias económicas le haya borrado el recuerdo de su mundo infantil. O tal vez nunca tuvo mundo infantil. Tampoco sé si tenga padre. No sé si tenga bicicleta o patines, pero aunque los tuviera: las calles del barrio son transitadas y peligrosas. Ignoro si vaya a la escuela, aunque ¿qué educación podría recibir en una escuela de gobierno gratuita con maestros mal pagados? Las veces que le he preguntado alguna de estas dudas, ríe y se va corriendo.
Pido la cuenta. Son 28 pesos. Pago con un billete de 50 y le digo a la señora que así lo deje.
- Adiós, chula –me despido de la niña.
- Dile adiós al muchacho, mija –y la niña se esconde detrás de su madre, riéndo, como siempre.
Sé que mis 30 pinches pesillos de más no hacen la diferencia, pero son tiempos en que Dios –si es que existe- le teme a los humanos, por eso no hace acto de presencia.
Dios se ha acobardado, y con justa razón. Teme presentarse y ser denigrado; humillado. Teme ser llamado naco, jodido o pinche barbón chancludo, porque el humano se ha vuelto despectivo y prejuicioso con sus semejantes. Le atemoriza presentarse y darse cuenta el mierdero en que hemos transformado el mundo, por eso mejor hace oídos sordos. Teme quebrarse en llanto por las grandes diferencias que se hemos creado entre nosotros y teme volverse loco ante tanto loco, por eso mejor se hace pendejo.
Por eso, si Dios es un cobarde y no hace su trabajo, pues uno tiene que armarse de huevos y hacerlo, ayudando en lo que pueda, aunque sean 30 pinches pesillos. Así, a falta de Dios, uno se convierte en el Dios de otras personas.
- Mira, mija: ya llegó el muchacho que te gusta.
La niña se sonroja mientras se esconde detrás de la falda de su madre, quien acaba de delatarla. Hago como que no escucho y doy las buenas noches.
Una vez por semana voy a ese puesto de tacos. Los de trompo con queso en tortilla de harina están muy buenos; además de baratos.
- ¡Ándale!, atiende al joven –dice la madre, y la niña asoma el rostro con las manos tapando su boca para ocultar que sonríe.
No tiene más de 12 años. Siempre que posa su mirada en mí es celestial. Le sonrío meneando la mano y por fin sale de atrás de su madre, riendo aún, pero ya sin mirarme. Es morena, de ojos grandes -casi saltones- y muy espigada. De mayor será una belleza.
La pequeña toma una vasija con cebolla y cilantro bien picados, los botes de las salsas y un plato con limones que deja sobre mi mesa.
- Gracias, chula –le digo, y corre hacia su madre para abrazarla riendo, posando de nuevo su mirada en la mía cuando se le pasa la pena.
Es curioso gustarle a una niña. Quién sabe qué pensarán o cómo lo verán a uno. Es un halago inocente que no nos genera ego ni vanidad.
Pero es más curioso que una niña de no más de 12 años tenga que atender un puesto de tacos. Siempre está ahí, sin remilgar, ayudando a su mamá en lo que puede. Ignoro si tenga muñecas, tacitas de té o planchita para jugar. Tal vez el haberla empujado hacia el mundo adulto de las responsabilidades debido a las carencias económicas le haya borrado el recuerdo de su mundo infantil. O tal vez nunca tuvo mundo infantil. Tampoco sé si tenga padre. No sé si tenga bicicleta o patines, pero aunque los tuviera: las calles del barrio son transitadas y peligrosas. Ignoro si vaya a la escuela, aunque ¿qué educación podría recibir en una escuela de gobierno gratuita con maestros mal pagados? Las veces que le he preguntado alguna de estas dudas, ríe y se va corriendo.
Pido la cuenta. Son 28 pesos. Pago con un billete de 50 y le digo a la señora que así lo deje.
- Adiós, chula –me despido de la niña.
- Dile adiós al muchacho, mija –y la niña se esconde detrás de su madre, riéndo, como siempre.
Sé que mis 30 pinches pesillos de más no hacen la diferencia, pero son tiempos en que Dios –si es que existe- le teme a los humanos, por eso no hace acto de presencia.
Dios se ha acobardado, y con justa razón. Teme presentarse y ser denigrado; humillado. Teme ser llamado naco, jodido o pinche barbón chancludo, porque el humano se ha vuelto despectivo y prejuicioso con sus semejantes. Le atemoriza presentarse y darse cuenta el mierdero en que hemos transformado el mundo, por eso mejor hace oídos sordos. Teme quebrarse en llanto por las grandes diferencias que se hemos creado entre nosotros y teme volverse loco ante tanto loco, por eso mejor se hace pendejo.
Por eso, si Dios es un cobarde y no hace su trabajo, pues uno tiene que armarse de huevos y hacerlo, ayudando en lo que pueda, aunque sean 30 pinches pesillos. Así, a falta de Dios, uno se convierte en el Dios de otras personas.
sábado, marzo 01, 2008
Tiras de sábado al 2 X 1
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