El Generoso es una de las cantinas más emblemáticas de la ciudad por varias razones aparte de su longevidad. En un tiempo, este bar operó las 24 horas del día sin puerta, sólo con persianas de vaivén, y era el centro de reunión de muchos empleados de La Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey; pero también ahí se reunía "gente que andaba en malos pasos", según platica su dueño, don Geno, de poco más de 70 años, y quien heredó la cantina de su señor padre.
El Generoso también fue escenario de algunos cantantes y grupos norteños que, con los años, saltaron a la fama, grabaron discos, salieron en la televisión y llenaron conciertos. Pero el acontecimiento que hizo legendario a este bar sucedió en el verano de 1961, apenas cuatro años después de su apertura.
Recuerdos... |
Después, Ramón Ayala le compuso un corrido a esta leyenda de los asesinos, pero fueron los Cadetes de Linares quienes hicieron conocida la canción gracias a su disco "Pistoleros Famosos", inspirado en la película del mismo título, protagonizada por los hermanos Almada y en donde aparecen algunas escenas rodadas en esta cantina (a partir del minuto 28:05 se puede apreciar el Generoso de los años 80, que poco o nada ha cambiado).
En el Generoso hay frijoles charros de cortesía, pero a la carta uno puede pedir parrilladas (diezmillo y costilla), tostadas de camarón, cóctel de camarón, papas a la francesa, salchicha asada, etc. La sazón no es nada espectacular, pero los precios son razonables. Hay también una rockola y los viernes hay música en vivo desde las 6-7 de la tarde hasta las 10-11 de la noche.
¿Qué más puedo decirles de esta Señora Cantina? La cosa es ir y vivirla, y platicar con don Geno, quien siempre está en la mesa del fondo, a un lado de la entrada de la barra y de los baños, acompañado de sus amigos.
Aunque su dueño dice que "Se aplacó la cosa", refiriéndose a que ya no había balazos en su establecimiento, a mediados de la década de los ochenta optó por cambiar la persiana de vaivén y mejor puso una puerta que cerraba. También dejó de abrir las 24 horas. "La inseguridad cambió", dice don Geno.
¿Qué más puedo decirles de esta Señora Cantina? La cosa es ir y vivirla, y platicar con don Geno, quien siempre está en la mesa del fondo, a un lado de la entrada de la barra y de los baños, acompañado de sus amigos.