Nada menso el cachetón senil de John McCain al nombrar a la Gobernadora de Alaska, Sarah Palin, como su futura vicepresidenta.
Por un lado, el republicano quedó bien con el viejerío de gringas histéricas y feministas que exigen "igualdad", y, por otro, podrá apoderarse y explotar descaradamente sin traba legal o ambiental -junto con el pendejazo azo azo de Bush- los yacimientos petroleros de las reservas ecológicas protegidas de esas costas. Acuérdense de mí cuando vean en la tele a osos polares, aves y peces agonizando cubiertos de crudo.
No dudo que el McCain le vaya a aventar uno que otro palín a la tal Palin para este propósito.
viernes, agosto 29, 2008
jueves, agosto 28, 2008
miércoles, agosto 27, 2008
Tira Pseudocómica
martes, agosto 26, 2008
Guffo, el papanatas
He recibido correos y comentarios muy variados sobre el tema de la paternidad; algunos puntos de vista interesantes y respetables, otros típicos y muy aburridos. Concuerdo con que, es cierto: no tengo que andar dando explicaciones de nada y cada quien hace lo que se le pega la gana; pero si no me quejo, no tendría de qué escribir, jojojo.
Algunos de mis lectores dicen que los hijos son la extensión y la prolongación del amor de pareja. Yo creo que el amor lo único que prolonga es la pilinga, y que, en el amor compartido, una de las partes termina con la menor parte de ese amor. Es como querer amar a muchas mujeres a la vez.
Otros dicen que apenas que tenga un hijo sentiré lo que ellos sienten, cosa que me parece muy sensata y justa (como quien dice: “¡Cállate si no sabes, pinche Guffo”, snif).
Otros me dicen que soy puto, pero si lo fuera ya habría adoptado algún niño de Sumatra o Gabón, o alquilado un vientre para tener a mis gemelos; ya ven como son los gays de “cursilindos” y “mothernos”. Aparte, a mí nunca se me ha antojado achatar frijoles; lo mío lo mío lo mío es ponerle peluquín a Lupillo Rivera (si no entendieron eso de “ponerle peluquín a Lupillo Rivera”, a continuación se los explico con dibujitos):
Otros lectores simplemente nacieron para ser papás y traen ese gen o chip de reproducción y amor y yo no, porque tal vez soy un robot insensible fabricado en Japón y ensamblado por niños en la India, programado para vender cajas de cartón y dibujar, ¡bip-bip!
Otros me dicen que “no ha llegado la madre de mis hijos”. ¡Uy, sí!, qué sexy es pensar en una mujer que está dispuesta a pasar toda su vida encerrada, arreglando la casa, atendiendo mis demandas, oliendo mis pedos y atendiendo a mis hijos. Cero sexy. Y a la vez, me causa mal pedo saber que hay madres que no pueden dedicar tiempo de calidad a sus hijos por estar trabajando.
Bueno, ya, mucho rollo.
En resumen no siento querer tener hijos.
Por otro lado, muchos pensarán que en mi casa faltó amor, cariño, hubo divorcios o mi familia fue desunida y más disfuncional que la Familia Peluche y que de ahí surge mi negativa a formar la mía. Lo más curioso es que no. Nunca nos faltó amor ni, ¡ay!, un plato de comida caliente en la mesa, snif (típica frase cuando uno quiere agradecerle a sus papases que nunca le faltó nada, jejeje), pero sí fui testigo de lo mucho que se la pelaron mis padres para mantenernos a mí y a mis dos hermanas en escuelas Montessori, secundarias maristas, prepas y universidades privadas y viajes al extranjero para aprender inglés (en muchos de los casos, mis hermanas estuvieron becadas; yo no era burro, pero nomás nunca conseguí beca, snif). Puede que mi miedo o “trauma” vaya por ese lado. Pensar en no poderle dar lo mucho o poco que a mí me dieron, no darle lo que quiere por no dañarlo o darle todo lo que sea para que sea feliz pero perjudicarlo; encontrar ese punto intermedio, educarlo, darle un ejemplo, enseñarle cosas en las que no creo para facilitarle su trayecto por el mundo; verlo batallar, en un trabajo jodido o sin trabajo y no poder ayudarlo porque no está en mis posibilidades o la situción está dura, o poder ayudarlo pero dejar que se rasque con sus propias uñas para que “aprenda que el mundo es así de duro y nada se regala” y luego me odie yo y me oide él y qué sé yo… No sé… son tantas cosas que prefiero evitar.
En fin. Ya me dio hueva el tema.
Ya está arriba la número 3 de ¡#$%&! Cómics y la portada del número 11, que saldrá esta semana, para que lo chequen.
Algunos de mis lectores dicen que los hijos son la extensión y la prolongación del amor de pareja. Yo creo que el amor lo único que prolonga es la pilinga, y que, en el amor compartido, una de las partes termina con la menor parte de ese amor. Es como querer amar a muchas mujeres a la vez.
Otros dicen que apenas que tenga un hijo sentiré lo que ellos sienten, cosa que me parece muy sensata y justa (como quien dice: “¡Cállate si no sabes, pinche Guffo”, snif).
Otros me dicen que soy puto, pero si lo fuera ya habría adoptado algún niño de Sumatra o Gabón, o alquilado un vientre para tener a mis gemelos; ya ven como son los gays de “cursilindos” y “mothernos”. Aparte, a mí nunca se me ha antojado achatar frijoles; lo mío lo mío lo mío es ponerle peluquín a Lupillo Rivera (si no entendieron eso de “ponerle peluquín a Lupillo Rivera”, a continuación se los explico con dibujitos):
Otros lectores simplemente nacieron para ser papás y traen ese gen o chip de reproducción y amor y yo no, porque tal vez soy un robot insensible fabricado en Japón y ensamblado por niños en la India, programado para vender cajas de cartón y dibujar, ¡bip-bip!
Otros me dicen que “no ha llegado la madre de mis hijos”. ¡Uy, sí!, qué sexy es pensar en una mujer que está dispuesta a pasar toda su vida encerrada, arreglando la casa, atendiendo mis demandas, oliendo mis pedos y atendiendo a mis hijos. Cero sexy. Y a la vez, me causa mal pedo saber que hay madres que no pueden dedicar tiempo de calidad a sus hijos por estar trabajando.
Bueno, ya, mucho rollo.
En resumen no siento querer tener hijos.
Por otro lado, muchos pensarán que en mi casa faltó amor, cariño, hubo divorcios o mi familia fue desunida y más disfuncional que la Familia Peluche y que de ahí surge mi negativa a formar la mía. Lo más curioso es que no. Nunca nos faltó amor ni, ¡ay!, un plato de comida caliente en la mesa, snif (típica frase cuando uno quiere agradecerle a sus papases que nunca le faltó nada, jejeje), pero sí fui testigo de lo mucho que se la pelaron mis padres para mantenernos a mí y a mis dos hermanas en escuelas Montessori, secundarias maristas, prepas y universidades privadas y viajes al extranjero para aprender inglés (en muchos de los casos, mis hermanas estuvieron becadas; yo no era burro, pero nomás nunca conseguí beca, snif). Puede que mi miedo o “trauma” vaya por ese lado. Pensar en no poderle dar lo mucho o poco que a mí me dieron, no darle lo que quiere por no dañarlo o darle todo lo que sea para que sea feliz pero perjudicarlo; encontrar ese punto intermedio, educarlo, darle un ejemplo, enseñarle cosas en las que no creo para facilitarle su trayecto por el mundo; verlo batallar, en un trabajo jodido o sin trabajo y no poder ayudarlo porque no está en mis posibilidades o la situción está dura, o poder ayudarlo pero dejar que se rasque con sus propias uñas para que “aprenda que el mundo es así de duro y nada se regala” y luego me odie yo y me oide él y qué sé yo… No sé… son tantas cosas que prefiero evitar.
En fin. Ya me dio hueva el tema.
Ya está arriba la número 3 de ¡#$%&! Cómics y la portada del número 11, que saldrá esta semana, para que lo chequen.
lunes, agosto 25, 2008
Guffo, el ogro comeñiños perredista
He dicho hasta el cansancio que no, no odio a los niños, simplemente no quiero tener hijos. Prueba de ello es esta foto que me tomaron en el campamento de verano infantil al que fui a dar clases de dibujo gratuitamente. Miren nomás qué bonito, snif.
Algunos pensarán que esto fue un plan siniestro. Que regalé monitos del Chimicuil a estos inocentes pequeños para convencerlos de comer todas las verduras de su plato para engordarlos como ganado y, después, comérmelos en un festín lleno de brujas, ogros y lobos feroces, ¡¡¡BHUAJAJAJAJAJA!!!
Pero no.
Espero que después de ver tan tierna foto, no les caiga tan pesado lo que a continuación les diré.
A veces me sale lo Andrés Manuel López Obrador y creo que todo es una Teoría de la Conspiración; un complot, pa´ que me entiendan.
De hecho, detrás de la prohibición del aborto, la satanización de los métodos anticonceptivos y el discurso de “forma una familia y ten los hijos que Dios te mande”, creo que existe una Teoría de la Conspiración. ¡¡¡BHUAJAJAJAJA!!! (aquí está de nuevo esa risa siniestra).
Es lógico que al formar una familia el consumo personal se multiplica tres, cuatro o cinco veces, cosa muy buena para los que manejan la economía mundial, pues se mantiene activa. Si uno no se multiplica, el negocio se les acaba, pues ya no habrá quién compre los estilos de vida, necesidades fabricadas, lujos y chingaderitas que intentan vendernos a como dé lugar y a costa de lo que sea con tal de que el dinero esté en movimiento.
Esta jalada la he venido pensado últimamente, cada que me preguntan, sorprendidos, el por qué alguien más galán que Arturo Peniche y tan guapérrimo como yo se niega a tener hijos. Obviamente no les respondo como pinche AMLO loco: “¡Es que todo es un complot de la iglesia y el gobierno para mantener a flote la economía, bla bla bla!”, porque de seguro ya estaría modelando una bonita camisa de fuerza color blanco, con cintos de cuero y broches de acero en las pasarelas de alguna institución mental.
Mi razonamiento es más sencillo, más simplón y práctico: los hijos somos caros, somos sinónimo de carencias y sacrificios para nuestros padres, semillero de responsabilidades, mortificaciones y azares del destino; chivos expiatorios de nuestras circunstancias, inseguridades y traumas generados por padres que no nacieron sabiendo ser padres y que experimentaron con nosotros basándose en modelos dictaminados por un sistema podrido (¡ahijuesupinche madre!... deberían de darme el Premio Nóbel por hablar tan bonito, snif). Tener hijos nos reduce al instinto más básico de supervivencia y -la mayoría de las veces- nos anula en todo lo que somos, pensamos, queremos o quisiéramos llegar a ser o hacer.
Yo mejor preguntaría: “¿Por qué tener hijos?”. Y por favor les pido no me respondan con una simple: “Porque es parte de la vida”, “Porque hay que dejar herederos que mantengan el apellido”, “Porque son las leyes de la naturaleza”, “Porque si no, quién te va a cuidar cuando estés viejito", “Porque hay que dejar descendencia” o alguna mamada de esas.
Mañana le sigo con esto que ya me tengo que poner a jalar…
Algunos pensarán que esto fue un plan siniestro. Que regalé monitos del Chimicuil a estos inocentes pequeños para convencerlos de comer todas las verduras de su plato para engordarlos como ganado y, después, comérmelos en un festín lleno de brujas, ogros y lobos feroces, ¡¡¡BHUAJAJAJAJAJA!!!
Pero no.
Espero que después de ver tan tierna foto, no les caiga tan pesado lo que a continuación les diré.
A veces me sale lo Andrés Manuel López Obrador y creo que todo es una Teoría de la Conspiración; un complot, pa´ que me entiendan.
De hecho, detrás de la prohibición del aborto, la satanización de los métodos anticonceptivos y el discurso de “forma una familia y ten los hijos que Dios te mande”, creo que existe una Teoría de la Conspiración. ¡¡¡BHUAJAJAJAJA!!! (aquí está de nuevo esa risa siniestra).
Es lógico que al formar una familia el consumo personal se multiplica tres, cuatro o cinco veces, cosa muy buena para los que manejan la economía mundial, pues se mantiene activa. Si uno no se multiplica, el negocio se les acaba, pues ya no habrá quién compre los estilos de vida, necesidades fabricadas, lujos y chingaderitas que intentan vendernos a como dé lugar y a costa de lo que sea con tal de que el dinero esté en movimiento.
Esta jalada la he venido pensado últimamente, cada que me preguntan, sorprendidos, el por qué alguien más galán que Arturo Peniche y tan guapérrimo como yo se niega a tener hijos. Obviamente no les respondo como pinche AMLO loco: “¡Es que todo es un complot de la iglesia y el gobierno para mantener a flote la economía, bla bla bla!”, porque de seguro ya estaría modelando una bonita camisa de fuerza color blanco, con cintos de cuero y broches de acero en las pasarelas de alguna institución mental.
Mi razonamiento es más sencillo, más simplón y práctico: los hijos somos caros, somos sinónimo de carencias y sacrificios para nuestros padres, semillero de responsabilidades, mortificaciones y azares del destino; chivos expiatorios de nuestras circunstancias, inseguridades y traumas generados por padres que no nacieron sabiendo ser padres y que experimentaron con nosotros basándose en modelos dictaminados por un sistema podrido (¡ahijuesupinche madre!... deberían de darme el Premio Nóbel por hablar tan bonito, snif). Tener hijos nos reduce al instinto más básico de supervivencia y -la mayoría de las veces- nos anula en todo lo que somos, pensamos, queremos o quisiéramos llegar a ser o hacer.
Yo mejor preguntaría: “¿Por qué tener hijos?”. Y por favor les pido no me respondan con una simple: “Porque es parte de la vida”, “Porque hay que dejar herederos que mantengan el apellido”, “Porque son las leyes de la naturaleza”, “Porque si no, quién te va a cuidar cuando estés viejito", “Porque hay que dejar descendencia” o alguna mamada de esas.
Mañana le sigo con esto que ya me tengo que poner a jalar…
sábado, agosto 23, 2008
viernes, agosto 22, 2008
Pensamientos en automático
Los últimos números de mi cuenta bancaria nunca se me olvidan. Uno es una posición sexual, otro la mayoría de edad y otro el supuesto número de los homosexuales más la cantidad de dedos en las manos. Los primeros números son los que siempre se me olvidan. Tampoco olvido los ceros en los que siempre tengo el saldo; no porque sea gastón o deba mucho dinero, simplemente no confío en los bancos. Apenas me depositan la quincena y saco mi dinero de ahí.
Siempre que paso por un terreno grande donde hay mucha hierba y no casas ni edificios, tiro por la ventana del coche el cabo de la manzana o el resto de la pera que me desayuno. Si en 10 años hay un campo de manzanos y perales, yo fui el culpable. Si en 10 años hay condominios y centros comerciales, rechinguen a su madre.
Vi a un hombre que regañó a un niño por tirar una lata de refresco en la banqueta. Le dijo algo sobre la ecología y el medio ambiente. ¿Ecología y medio ambiente en un lugar cubierto de concreto donde ni flora ni fauna hay?
Creo que esa lata en la banqueta le hubiera servido a un miserable para que completara su kilo de aluminio, lo vendiera y comiera el día de hoy.
Ahora que me mudo de casa voy a cancelar mi contrato con Axtel y mi contrato con Cablevisión. Me he dado cuenta que no necesito ni uno ni otro. Del teléfono pago una renta por tenerlo ahí nomás de adorno y Cablevisión me impide leer por las noches con todas sus repeticiones de los Simpsons, Futurama, A Prueba de Todo, Desperate Housewives y Friends. Está bien: dos cosas más de las que me libero.
Buen fin de semana.
Siempre que paso por un terreno grande donde hay mucha hierba y no casas ni edificios, tiro por la ventana del coche el cabo de la manzana o el resto de la pera que me desayuno. Si en 10 años hay un campo de manzanos y perales, yo fui el culpable. Si en 10 años hay condominios y centros comerciales, rechinguen a su madre.
Vi a un hombre que regañó a un niño por tirar una lata de refresco en la banqueta. Le dijo algo sobre la ecología y el medio ambiente. ¿Ecología y medio ambiente en un lugar cubierto de concreto donde ni flora ni fauna hay?
Creo que esa lata en la banqueta le hubiera servido a un miserable para que completara su kilo de aluminio, lo vendiera y comiera el día de hoy.
Ahora que me mudo de casa voy a cancelar mi contrato con Axtel y mi contrato con Cablevisión. Me he dado cuenta que no necesito ni uno ni otro. Del teléfono pago una renta por tenerlo ahí nomás de adorno y Cablevisión me impide leer por las noches con todas sus repeticiones de los Simpsons, Futurama, A Prueba de Todo, Desperate Housewives y Friends. Está bien: dos cosas más de las que me libero.
Buen fin de semana.
jueves, agosto 21, 2008
Invitación...
Dense un rol por el Café Secuencial, ahí atracito del museo MARCO(Dr. Coss 1317 Sur), en el Barrio Antiguo. Habrá tambaches del número 10 de ¡#$%&! Cómics para regalar, una exposición de algunos de los trabajos y sirve que le echan un ojo a la impresionante variedad de películas culturosas y no culturosas, para rentar o para ver ahí, que tienen en el lugar. La neta que vale la pena. Además, pueden conocer a algunos de los papuchos que colaboran en la revista, ¡aaaaauuuu!. Por cierto, para los que no tengan sus ¡#$%&! Cómics, ya pueden verlos en línea cada semana. El número dos ya está aquí. Ahí se ven.
miércoles, agosto 20, 2008
Ay, estas televisoras olímpicas...
Es increíble: No paran de preguntar pendejadas. Después de ganar la medalla de oro, fue Televisa quien primero le pregunta al campeón Guillermo Pérez: "¿Cómo te sientes?"; y después, los imbéciles de TV Azteca le preguntan lo mismo. Y pues al pobre hombre no le queda de otra mas que ser cortés y responder dos veces la misma pendejada. ¿Tendrá alguien los huevos suficientes para mandarlos a la chingada y decirles: "Por favor no me preguntes imbecilidades"?
Ah, y por otro lado, pero hablando de lo mismo. Qué odioso es ese afán que tienen ambas televisoras de hacer que los atletas que no hablan español repitan como cotorros lo que les dicen. Ejemplo:
Reportero Mediocre: Repit after mi, Mister Bolt: Vive...
Atleta que no habla español: Bibeh...
Reportero Mediocre: Tú pasión...
Atleta que no habla español: Tapasón
Reportero Mediocre: Por Televisa Deportes...
Atleta que no habla Español: Povisa dporte
Y México vibra de júblio con estas mamadas...
Ah, y por otro lado, pero hablando de lo mismo. Qué odioso es ese afán que tienen ambas televisoras de hacer que los atletas que no hablan español repitan como cotorros lo que les dicen. Ejemplo:
Reportero Mediocre: Repit after mi, Mister Bolt: Vive...
Atleta que no habla español: Bibeh...
Reportero Mediocre: Tú pasión...
Atleta que no habla español: Tapasón
Reportero Mediocre: Por Televisa Deportes...
Atleta que no habla Español: Povisa dporte
Y México vibra de júblio con estas mamadas...
martes, agosto 19, 2008
Otra tira...
La verdad, me ha dado harta hueva escribir. Aparte, me ando mudando de casa a una más "cercas" del negocio de cajas. Lo más emocionante de esta mudanza es que, al parecer, en la secundaria de enfrente filmaron el video de Another Brick in the Wall, de Pink Floyd, porque el patio de la escuela está hasta la madre de montañas de pupitres desmantelados. Es eso o pueden ser tres cosas: 1) Los chamacos son unos pinches vándalos de cuidado, 2) Es una secundaria fantasma (¡ay mamachita!, ojalá que no sea esta opción...) o 3) El director y los maestros son unos cerdos huevones que faltan a cada rato o llegan crudos a clases y no son para arreglar los bancos o llamar a un carretonero que se lleve su cagadero a otro lado. En fin, ahí luego les cuento de mi nueva morada.
Va la tira:
Va la tira:
lunes, agosto 18, 2008
Buen inicio...
Conclusión de esta tira, que saldrá en el número 12 de ¡#$%&! Cómics
Otra tira para grupo Reforma, en la cual retrato las "graves mortificaciones y problemática" de los cultos jóvenes regiomontanos. Está en blanco y negro porque el pendejo de yo borró la que estaba a color por un error de dedo, snif.
Otra tira para grupo Reforma, en la cual retrato las "graves mortificaciones y problemática" de los cultos jóvenes regiomontanos. Está en blanco y negro porque el pendejo de yo borró la que estaba a color por un error de dedo, snif.
viernes, agosto 15, 2008
Buen fin...
Dos tiras para el fin de semana. Ambas para grupo Reforma.
Las dos tratan sobre esa obsesión que tienen los jóvenes con la edad. Esos morros que se sienten ancianos nomás porque pasaron del "dieci" al "veinti" y que, cuando ya son unos rucos, quieren seguir comportándose como chamacos. Disfrútenlas.
Las dos tratan sobre esa obsesión que tienen los jóvenes con la edad. Esos morros que se sienten ancianos nomás porque pasaron del "dieci" al "veinti" y que, cuando ya son unos rucos, quieren seguir comportándose como chamacos. Disfrútenlas.
jueves, agosto 14, 2008
Soltando veneno
Si su día ha tenido un sol con carita feliz sobre un cielo azul lleno de nubes y pajarillos trinando melodías de Cri Cri afuera de su balcón que hacen bailar a las flores del campo al compás de las notas, brínquense este post, porque es una lista -que agrego a mi lista negra definitiva- de las cosas que odio:
-Los "periodistas" de espectáculos que siguen refiriéndose a la seña del dedo medio como "la Britneyseñal". Lo que nos faltaba: darle más notas y primeras planas a esta pobre pendeja que piensa con el vellito de su vulva rasurada, snif.
-Los que muerden las monedas y -ahora en temporada de olimpiadas- las medallas para comprobar si son verdaderas o falsas. ¿Por qué lo hacen? ¿En qué caricatura lo vieron? ¿Realmente los gemólogos de las joyerías hacen eso?
-Los cabrones que le dan dos o tres pataditas a la llanta de su coche para ver si le hace falta aire o está ponchada. Pinches huevones, con tal de no agacharse o pararse en una vulkanizadora. Éstos están peor que los güeyes que abren el cofre y se quedan mirando a ver si encuentran la falla pero, en el fondo, no tienen ni puta idea de lo que están mirando
-Los que hacen chistes sobre Chuck Norris. Que si Chuck Norris para presidente, que si Chuck Norris para el muro fronterizo, que si Chuck esto, que si Chuck lo otro. No entiendo la gracia del chiste ni su naturaleza, y veo a cada rato nicks y mails cadena sobre este tema de Chuck Norris. Pero por favor, ni se molesten en explicármelo, pues de seguro ha de ser una pendejada.
-Los señores (esposos y padres de familia cuarentones, cincuentones o sesentones) que ¡¡¡ven telenovelas!!! Dios mío. Eso pasa cuando los hijos se van y dejan que su señora se vuelva una gorda fodonga a la que ya ni con pito prestado le hacen el amor.
-Las mujeres que se ponen camisetas de equipos de fútbol mexicano. Una mujer con playera de fútbol, que se hace llamar “Rayada”, Tigre” o “Americanista”, es tan sexy como ver a tu abuela leyendo el Tv Notas mientras se avienta una zurrada.
-Los Hooters mexicanos.
Ay, diosito santo: ¿por qué ese afán del empresario indio mexicano de hacer del país una réplica de los Estados Unidos pero en pinche? Todo ese mobiliario deportivo (fotos, autógrafos, balones firmados, jerseys con los apellidos de los atletas, bates, cascos, tenis, fotos y más fotos) y esa ideología de ver deportes pero no practicarlos, me caga sobremanera. Si el Hooters gringo es patético, imaginen ahora el mexicano: con playeras de algún jugador del Santos o del Morelia como "trofeos", una pinchurrienta pelota de béisbol firmada por el pitcher de los Tomateros o de los Loros, un balón de americano firmada por el coach de los Aztecas de la UDLA y una que otra foto de las meseritas abrazadas al Kikin Fonseca, máximo ídolo que se ha parado a tragar ahí. Lo sé: muy triste el pedo, pero hay gente que va y esas mierdas proliferan. Por favor, si alguien quiere hacerme feliz, vierta gasolina sobre esos lugares y quémelos a la verga.
-La única franquicia gringa que NO odio, es el Subway. De hecho, me gustaría tener una, snif. Lo que me caga es que los “combos” traen como “complemento” las mierdas de papitas Sabritas y Pepsi. Ah, y me caga también que, para “mexicanizarlo”, le tienen que poner hasta la madre de jalapeños, chipotle y mil chingaderas picantes que le matan el sabor.
Los odio a todos... pero que pasen muy buenas tardes.
-Los "periodistas" de espectáculos que siguen refiriéndose a la seña del dedo medio como "la Britneyseñal". Lo que nos faltaba: darle más notas y primeras planas a esta pobre pendeja que piensa con el vellito de su vulva rasurada, snif.
-Los que muerden las monedas y -ahora en temporada de olimpiadas- las medallas para comprobar si son verdaderas o falsas. ¿Por qué lo hacen? ¿En qué caricatura lo vieron? ¿Realmente los gemólogos de las joyerías hacen eso?
-Los cabrones que le dan dos o tres pataditas a la llanta de su coche para ver si le hace falta aire o está ponchada. Pinches huevones, con tal de no agacharse o pararse en una vulkanizadora. Éstos están peor que los güeyes que abren el cofre y se quedan mirando a ver si encuentran la falla pero, en el fondo, no tienen ni puta idea de lo que están mirando
-Los que hacen chistes sobre Chuck Norris. Que si Chuck Norris para presidente, que si Chuck Norris para el muro fronterizo, que si Chuck esto, que si Chuck lo otro. No entiendo la gracia del chiste ni su naturaleza, y veo a cada rato nicks y mails cadena sobre este tema de Chuck Norris. Pero por favor, ni se molesten en explicármelo, pues de seguro ha de ser una pendejada.
-Los señores (esposos y padres de familia cuarentones, cincuentones o sesentones) que ¡¡¡ven telenovelas!!! Dios mío. Eso pasa cuando los hijos se van y dejan que su señora se vuelva una gorda fodonga a la que ya ni con pito prestado le hacen el amor.
-Las mujeres que se ponen camisetas de equipos de fútbol mexicano. Una mujer con playera de fútbol, que se hace llamar “Rayada”, Tigre” o “Americanista”, es tan sexy como ver a tu abuela leyendo el Tv Notas mientras se avienta una zurrada.
-Los Hooters mexicanos.
Ay, diosito santo: ¿por qué ese afán del empresario indio mexicano de hacer del país una réplica de los Estados Unidos pero en pinche? Todo ese mobiliario deportivo (fotos, autógrafos, balones firmados, jerseys con los apellidos de los atletas, bates, cascos, tenis, fotos y más fotos) y esa ideología de ver deportes pero no practicarlos, me caga sobremanera. Si el Hooters gringo es patético, imaginen ahora el mexicano: con playeras de algún jugador del Santos o del Morelia como "trofeos", una pinchurrienta pelota de béisbol firmada por el pitcher de los Tomateros o de los Loros, un balón de americano firmada por el coach de los Aztecas de la UDLA y una que otra foto de las meseritas abrazadas al Kikin Fonseca, máximo ídolo que se ha parado a tragar ahí. Lo sé: muy triste el pedo, pero hay gente que va y esas mierdas proliferan. Por favor, si alguien quiere hacerme feliz, vierta gasolina sobre esos lugares y quémelos a la verga.
-La única franquicia gringa que NO odio, es el Subway. De hecho, me gustaría tener una, snif. Lo que me caga es que los “combos” traen como “complemento” las mierdas de papitas Sabritas y Pepsi. Ah, y me caga también que, para “mexicanizarlo”, le tienen que poner hasta la madre de jalapeños, chipotle y mil chingaderas picantes que le matan el sabor.
Los odio a todos... pero que pasen muy buenas tardes.
miércoles, agosto 13, 2008
Oh, Limpiadas, Oh, mamadas...
Ah, cómo me encabrona ese afán de Televisa y TV Azteca por acaparar a los atletas e impedir que disfruten su momento bombardeándolos con preguntas pendejas con tal de captar el instante en que se les escurra una lágrima o se les infle una burbuja de moco para hacer un mega close up que conmueva al país.
Me caga esa maña que tienen de hacer preguntas obvias e idiotas a los deportistas después de triunfar en alguna prueba o ganar una medalla. Preguntas tales como: "¿Cómo te sientes?". Pues cómo crees, reportero imbécil. "Paola: por fin una medalla para México". Esa no es una pregunta, pendejo. "¿Cómo te sentiste durante la prueba?". ¿Otra vez la misma pregunta?. "¿Qué sigue?". No, pos si tú, que eres reportero de deportes no sabes, estás empinado.
Y ya veo a la pobre de la Paola Espinosa (porque a la otra pobre que ganó con ella ni quién la pele) haciendo sketches con Adal Ramones, Omar Chaparro, Derbez y dando entrevistas y consejos de moda en el programa de Pepillo Origel o como "invitada especial" en algún programa matutino, de esos en que los "conductores" empiezan el día bien contentos bailando a ritmo de Daddy Yankee.
Dios mío.
Y otra cosa: ¿Alguien conoce o está familiarizado con alguno de los periodistas deportivos o entrevistadores que trae TV Azteca? ¿Cómo le hacen para sacar a tanto reportero opaco y gris?
Ah. Y el llamado "Dream Team" de Televisa (jajajajaja... "Dream Team"). Traen a la Nadia Comanechi, pero el máximo ganador de medallas olímpico para México, Joaquín Capilla, ahí está: desaprovechado, olvidado, muriendo lentamente, viviendo de su pensión y una beca que instituyó Salinas de Gortari, en un departamentito sucio del DF... No Country For Old Men.
Me caga esa maña que tienen de hacer preguntas obvias e idiotas a los deportistas después de triunfar en alguna prueba o ganar una medalla. Preguntas tales como: "¿Cómo te sientes?". Pues cómo crees, reportero imbécil. "Paola: por fin una medalla para México". Esa no es una pregunta, pendejo. "¿Cómo te sentiste durante la prueba?". ¿Otra vez la misma pregunta?. "¿Qué sigue?". No, pos si tú, que eres reportero de deportes no sabes, estás empinado.
Y ya veo a la pobre de la Paola Espinosa (porque a la otra pobre que ganó con ella ni quién la pele) haciendo sketches con Adal Ramones, Omar Chaparro, Derbez y dando entrevistas y consejos de moda en el programa de Pepillo Origel o como "invitada especial" en algún programa matutino, de esos en que los "conductores" empiezan el día bien contentos bailando a ritmo de Daddy Yankee.
Dios mío.
Y otra cosa: ¿Alguien conoce o está familiarizado con alguno de los periodistas deportivos o entrevistadores que trae TV Azteca? ¿Cómo le hacen para sacar a tanto reportero opaco y gris?
Ah. Y el llamado "Dream Team" de Televisa (jajajajaja... "Dream Team"). Traen a la Nadia Comanechi, pero el máximo ganador de medallas olímpico para México, Joaquín Capilla, ahí está: desaprovechado, olvidado, muriendo lentamente, viviendo de su pensión y una beca que instituyó Salinas de Gortari, en un departamentito sucio del DF... No Country For Old Men.
martes, agosto 12, 2008
Hace poco vi al Filósofo de Cantina
Mon, el mesero barrigón, carga las sillas del local y las pone con las patas hacia arriba sobre las mesas. Somos los últimos clientes del Zacatecas. Faltan los dos últimos y más tristes tragos para acabarnos la cerveza y volver a la realidad de tener que dormir para trabajar al día siguiente. El Filósofo de Cantina eructa con educación, imperceptible, tapándose la boca con el borde de su mano empuñada. Pide una disculpa y dice:
"La cosa más valiosa que he aprendido de no tener dinero, es que las mujeres que han estado conmigo lo han hecho por lo que soy, no por lo que tengo. Pobre del Alcalde, del Gobernador, del Empresario, el Industrial, el Notario Público, el Abogado y cualquier otro hombre adinerado, pues siempre tendrán la incertidumbre de si sus mujeres están con ellos por lo que realmente son".
Me fui a casa más contento de lo que ya estaba, pues amaba lo doble a mi novia.
"La cosa más valiosa que he aprendido de no tener dinero, es que las mujeres que han estado conmigo lo han hecho por lo que soy, no por lo que tengo. Pobre del Alcalde, del Gobernador, del Empresario, el Industrial, el Notario Público, el Abogado y cualquier otro hombre adinerado, pues siempre tendrán la incertidumbre de si sus mujeres están con ellos por lo que realmente son".
Me fui a casa más contento de lo que ya estaba, pues amaba lo doble a mi novia.
lunes, agosto 11, 2008
Piropos cursis que alguna vez dije en la cama
La miro desnuda y se tapa con el edredón. La destapo y se vuelve a tapar.
-Yaaaaa... no me veas...
-Es que estás bien bubulubuena.
Ríe. La vuelvo a destapar.
-Yaaaaa...
-Es que estás bien ricolina.
Vuelve a reír y se vuelve a tapar.
-Y eso que yo no como dulces. Imagina cuánto me gustas -le digo.
Sonríe, se arrastra por las sábanas y me abraza. Le aprieto una nalga: está suavecita, como bubulubu.
Nos quedamos dormidos. Esa noche sueño que estoy en la fabrica de chocolates de Willy Wonka... Y eso que a mi no me gustan los dulces.
-Yaaaaa... no me veas...
-Es que estás bien bubulubuena.
Ríe. La vuelvo a destapar.
-Yaaaaa...
-Es que estás bien ricolina.
Vuelve a reír y se vuelve a tapar.
-Y eso que yo no como dulces. Imagina cuánto me gustas -le digo.
Sonríe, se arrastra por las sábanas y me abraza. Le aprieto una nalga: está suavecita, como bubulubu.
Nos quedamos dormidos. Esa noche sueño que estoy en la fabrica de chocolates de Willy Wonka... Y eso que a mi no me gustan los dulces.
viernes, agosto 08, 2008
Aquel agosto del 89
Dicen que siempre fui un niño “distinto”. Las antenitas verdes que brotan de mi cabeza y mis orejas del tamaño de una milanesa -cada una- lo confirman.
Mientras mis amigos ansiaban cumplir los trece para ir con una prostituta de La Coyotera a perder su virginidad –como la leyenda urbana dictaba en aquella época-, yo soñaba con ser un pintor famoso y pintaba unos cotorros horribles, como ése de la foto.
Mi profesor de pintura decía que nunca había conocido a un pintor que pintara con una mano en el bolsillo, como yo lo hacía. Me daba risa cuando me decía eso y se me inflaba el pecho de orgullo, pues el maestro Aldape –a quien admiraba- me llamaba “pintor”, y, según yo, ya tenía “mi propio estilo”.
En aquel agosto del 89, aún con doce años y mis huevillos sin vello (lo que hubiera ocasionado la burla de las putas de La Coyotera), me puse la ropa que sólo me dejaban usar los domingos para ir a misa y a visitar a los abuelos (mi única camisa de Liverpool y un pantalón baggy decolorado), me peiné como Benito Juárez y me puse mis tenis de botín imitación Reebok, los menos madreados que tenía (imaginen cómo estaría el otro par). Estaba más galán que Pimpón, el muñeco de cartón que se lavaba sus manitas con agua y con jabón. ¿El motivo?: Era el Concurso/Exposición en el Salón Reinas del Club de Leones, organizado por la humilde academia de pintura en la que estudiaba por las tardes.
No se me olvida que gané un pinchurriento tercer lugar y fui el niño más feliz y conformista del mundo; aunque me enojé en silencio y me corroía la envidia porque el segundo puesto se lo llevó un compañero que había pintado al óleo un espantoso carro Cutlass rojo, coche deportivo de moda en aquellos tiempos (arriba a mi lado izquierdo se alcanza a apreciar la polvera trasera del coche). Y no es en mala onda mi comentario, pero: ¿a quién vergas se le ocurre dibujar un carro Cutlass rojo y a quién chingados se le ocurre premiar un cuadro de un Cutlass rojo? Bueno, aunque lo mismo han de haber pensado algunos al ver mi cotorro.
La cosa es que han pasado 19 años desde esa foto y no soy un pintor famoso. Aparte, tengo ya algunos años sin pintar. Los cuadros que tengo los tengo yo, escondidos por ahí, en algún rincón de mi cuarto. Algunos familiares y uno que otro amigo también poseen alguna de “mis obras”.
Acabé como dibujante de tiras cómicas en un periódico gigante de mi ciudad, caricaturista político y escritor de una columna en un periódico local que pocos conocen, bloguero y vendedor de cajas de cartón.
A 19 años exactos de esa foto, me doy cuenta que hoy también cumplo 4 años exactos de tener este espacio, y que las cosas nunca suceden como uno las planea o sueña, así pongas todo tu empeño en ellas. Al contrario: a veces suceden mejor.
jueves, agosto 07, 2008
Secuestro
Suena el teléfono que sólo suena en situaciones críticas y del que pocos conocen el número:
-Y ya le dije, señor Presidente: Ni se les ocurra proponer la pena de muerte para mis colegas, porque le armamos una pinche matazón en pleno día y en un lugar público, con mujeres y niños incluidos. ¿Entendió, pendejo?
-Sí señor, usted manda –dijo el Presidente.
Y el país siguió siendo la misma mierda de siempre, pero más apestosa y con más moscas.
FIN
Mejor no les pudo ir a los secuestradores.
Propuso el Presidente cadena perpetua para ellos. Techo y comida gratuitos de por vida, con opción a seguir operando el negocio desde su encierro. Bendito país, donde los secuestradores tienen mejores oportunidades de desarrollo y crecimiento que los maestros, los albañiles, los campesinos y los niños.
Ah, y si a alguno le da hueva la cadena perpetua, le conviene mejor matar a su víctima aunque se le pague el rescate, que al cabo siendo procesado por homicidio y en lo que le comprueban si él secuestró o no al occiso, lo más probable es que salga en menos de 10 años.
¿Se puede caer más bajo en este país?
Sí... Creo que aún no hemos visto nada.
-Y ya le dije, señor Presidente: Ni se les ocurra proponer la pena de muerte para mis colegas, porque le armamos una pinche matazón en pleno día y en un lugar público, con mujeres y niños incluidos. ¿Entendió, pendejo?
-Sí señor, usted manda –dijo el Presidente.
Y el país siguió siendo la misma mierda de siempre, pero más apestosa y con más moscas.
FIN
Mejor no les pudo ir a los secuestradores.
Propuso el Presidente cadena perpetua para ellos. Techo y comida gratuitos de por vida, con opción a seguir operando el negocio desde su encierro. Bendito país, donde los secuestradores tienen mejores oportunidades de desarrollo y crecimiento que los maestros, los albañiles, los campesinos y los niños.
Ah, y si a alguno le da hueva la cadena perpetua, le conviene mejor matar a su víctima aunque se le pague el rescate, que al cabo siendo procesado por homicidio y en lo que le comprueban si él secuestró o no al occiso, lo más probable es que salga en menos de 10 años.
¿Se puede caer más bajo en este país?
Sí... Creo que aún no hemos visto nada.
miércoles, agosto 06, 2008
Tira y rollo sin importancia
Si se dan la vuelta por algún antro de Monterrey el fin de semana, es probable que vean este tipo de escenitas:
Por cierto: si ustedes son afortunados poseedores de ¡#$%&! Cómics, háganos saber si sus revistas cuentan con algún error de impresión, de continuidad, páginas al revés o esas fallas que a veces la imprenta no controla por ser tirajes de miles y no poder checar número por número. Así que ya saben: nos avisan y se las cambiamos.
Lo mismo si algún número no les ha llegado o el paquete se extravió, avísenos.
Gracias.
Por cierto: si ustedes son afortunados poseedores de ¡#$%&! Cómics, háganos saber si sus revistas cuentan con algún error de impresión, de continuidad, páginas al revés o esas fallas que a veces la imprenta no controla por ser tirajes de miles y no poder checar número por número. Así que ya saben: nos avisan y se las cambiamos.
Lo mismo si algún número no les ha llegado o el paquete se extravió, avísenos.
Gracias.
lunes, agosto 04, 2008
Escuadrón Retrou
Continuará...
Esta tira es un homenaje/agradecimiento a Bachan, dibujante mexicano mundialmente famoso y al que admiro en secreto desde hace mucho tiempo, el cual me ocasionó un orgasmo cuando me mandó un mail y me dijo que mis monos pinches del Escuadrón Retro lo hacían reír mucho y quería hacer una portada del Bulbo (su personaje) y mi Escuadrón Retro para el número 12 de la humilde ¡#$%&! Cómics. ¿Qué más se puede pedir en la vida? Snif.
Por cierto, ya salió la número 10 desde la semana pasada, con portada de Luis Sopelana, dibujante nominado este año para el Will Eisner Award allá en el gabacho (el Óscar de los cómics). Pura pinche estrella en ¡#$%&! Cómics. Lástima que las suscripciones ya se hayan agotado. Si quieren algunos números de la colección, pónganse en contacto conmigo.
Saludos y buen inicio de semana.
sábado, agosto 02, 2008
Cosas de un fin de semana con boda
Hoy se casa una de mis hermanas. La de 28. Lo único malo de que se te case una hermana es que tienes que ir a huevo a la pinche misa.
Agradezco a mi madre por respetar mi advertencia de: "Por favor no me vayas a poner a leer al frente ni a participar en nada de esas cosas que se hacen en las misas de los recién casados". "¡Aaaay, pero es tu hermanaaa!", gritó mi madrecita haciendo la señal de la cruz como si fuera yo un vampiro. Mal hijo que soy, snif. Nomás manejaré el coche a la iglesia y pasaré a amarrar a mi carnala y a su güey con un mecate que parece rosario. Por cierto, eso de "dar la paz" en misa siempre me ha caído gordo.
Ayer viernes hubo una cena de bienvenida para toda la familia que viene “de fueras". Lo único malo de estos eventos es que, si llegas tarde, tienes que invertir una hora en saludar a todos los que llegaron puntuales, acordarte de los nombres de primos y tíos que hace años no ves y ponerlos al corriente con lo que haces. Los últimos 20 minutos siempre se invierten en que te apachurren los cachetes y te saquen parecidos con el tío Chato, el tío Arquímedes, el tío Taviche y puro tío dinosaurio y lejano que uno ni conoció, snif.
Ayer me di cuenta que soy un discapacitado social. Bueno, más bien lo reafirme. No sé hacer plática ni sé sostener una conversación con gente que apenas conozco. Pero es que la gente tampoco ayuda mucho. Estuve con varias personas que -sin exagerar- me preguntaron 5 veces lo mismo cada una: "¿Y cómo te ha ido?", “¿y qué tal, cómo va todo?”. Lo peor es que algunas de ellas las veo al menos una vez al mes, y me siguen preguntando lo mismo. Definitivo: hay gente que no trae nada en el morral.
Ocasiona mucha hueva también explicarles a todos tus motivos personales por los que no te has casado y tu hermana menor que tú casi 4 años sí, ay, snif. Como que la gente necesita una explicación más allá de "no creo en eso", “me parece un gasto inútil”, “no tengo que darle gusto a nadie”, “me paso por los huevos los protocolos sociales” o “el papelito no tiene valor para mí, sino lo que me dicta el corazón, ¡ajuuua!”. No lo entienden, no lo comprenden, e ignoro por qué les preocupa tanto que alguien no quiera encajar en ese orden social. Chale; si hasta el naco del Buki lo entiende y hasta escribió una canción que dice: “el ritmo de la vida me parece mal”; ¿por qué los demás no lo entienden?
Ah, y cuando eres más honesto y les dices a calzón quitado: "Es que sinceramente los hijos me parecen cargas; para mi los hijos son sinónimo de carencias y sacrificios que no quiero hacer, de ejemplos que no quiero dar y responsabilidades que no quiero tener", te ven muy feo. Bueno, tal vez así está mejor, porque así no vuelven a preguntarte.
En fin. Creo que hoy me la voy a pasar muy bien.
Agradezco a mi madre por respetar mi advertencia de: "Por favor no me vayas a poner a leer al frente ni a participar en nada de esas cosas que se hacen en las misas de los recién casados". "¡Aaaay, pero es tu hermanaaa!", gritó mi madrecita haciendo la señal de la cruz como si fuera yo un vampiro. Mal hijo que soy, snif. Nomás manejaré el coche a la iglesia y pasaré a amarrar a mi carnala y a su güey con un mecate que parece rosario. Por cierto, eso de "dar la paz" en misa siempre me ha caído gordo.
Ayer viernes hubo una cena de bienvenida para toda la familia que viene “de fueras". Lo único malo de estos eventos es que, si llegas tarde, tienes que invertir una hora en saludar a todos los que llegaron puntuales, acordarte de los nombres de primos y tíos que hace años no ves y ponerlos al corriente con lo que haces. Los últimos 20 minutos siempre se invierten en que te apachurren los cachetes y te saquen parecidos con el tío Chato, el tío Arquímedes, el tío Taviche y puro tío dinosaurio y lejano que uno ni conoció, snif.
Ayer me di cuenta que soy un discapacitado social. Bueno, más bien lo reafirme. No sé hacer plática ni sé sostener una conversación con gente que apenas conozco. Pero es que la gente tampoco ayuda mucho. Estuve con varias personas que -sin exagerar- me preguntaron 5 veces lo mismo cada una: "¿Y cómo te ha ido?", “¿y qué tal, cómo va todo?”. Lo peor es que algunas de ellas las veo al menos una vez al mes, y me siguen preguntando lo mismo. Definitivo: hay gente que no trae nada en el morral.
Ocasiona mucha hueva también explicarles a todos tus motivos personales por los que no te has casado y tu hermana menor que tú casi 4 años sí, ay, snif. Como que la gente necesita una explicación más allá de "no creo en eso", “me parece un gasto inútil”, “no tengo que darle gusto a nadie”, “me paso por los huevos los protocolos sociales” o “el papelito no tiene valor para mí, sino lo que me dicta el corazón, ¡ajuuua!”. No lo entienden, no lo comprenden, e ignoro por qué les preocupa tanto que alguien no quiera encajar en ese orden social. Chale; si hasta el naco del Buki lo entiende y hasta escribió una canción que dice: “el ritmo de la vida me parece mal”; ¿por qué los demás no lo entienden?
Ah, y cuando eres más honesto y les dices a calzón quitado: "Es que sinceramente los hijos me parecen cargas; para mi los hijos son sinónimo de carencias y sacrificios que no quiero hacer, de ejemplos que no quiero dar y responsabilidades que no quiero tener", te ven muy feo. Bueno, tal vez así está mejor, porque así no vuelven a preguntarte.
En fin. Creo que hoy me la voy a pasar muy bien.
viernes, agosto 01, 2008
Fabulas del Mundo Gris. Capítulo 5
Va poco más de un mes que abrimos el negocio de cajas de cartón. De toda la gente que vino a la inauguración a cenar y chupar gratis a cambio de palabras de aliento, tales como: "¡Wow, qué bonito negocio!, vas a ver que te va a ir muy bien, felicidades, yo siempre compro cajas de cartón, se ve que es un negociazo, bla bla bla", ninguna se ha vuelto a parar aquí a comprar siquiera un moño o un pliego de papel de china.
Sigo dibujando y escribiendo después de las 6 de la tarde para los periódicos en los que trabajo desde hace más de 10 años. Hace dos semanas que fui a cobrar a uno de ellos me tope con un conocido; un güey que he visto un par de veces y con el que tengo un amigo en común. La plática fue más o menos así:
- Hey, ya me dijeron que tienes un negocio de cajas de cartón.
- Ah, sí.
- Yo conozco a un güey de una empresa que puede comprarte muchas cajas. Compran chingos de cajas de cartón a la semana. De a madre, güey.
- ¿Neta?, ¡chingón!, pues pásame el dato.
- ¿Pero de a cómo va a ser la comisión o qué?
Reí, pues pensé que estaba bromeando. Pero no.
- No, es en serio. ¿O sea que yo te paso el contacto y tú te ganas la lana? Nooooo, así no es esto. Dime de a cómo y ya veo yo si me conviene pasarte el dato o no –me dice con cierta arrogancia y aires de grandeza el pobre muerto de hambre.
- No. No me interesa, muchas gracias -le respondo, pues ahorita las ventas apenas dan para pagar los servicios báscios y los sueldos.
- Uuuuh. Pues así nunca vas a ganar lana. Bissness is bissnes -me dice.
- Pos sí.
- Bueno, pues ahí me avisas si cambias de opinión -y me extiende su tarjeta de presentación.
En eso, la contadora me hace pasar a la oficina. Le digo al “Hombre de Negocios” que me permita, sin tomar su tarjeta. Por la ventana de la oficina de la contadora veo que llega el amigo en común que tenemos, saluda al pendejo, me saluda a mí por la ventana, platica algo con el pendejo, veo de reojo que mueven los labios sin sonido; ambos no dejan de mirarme a través del cristal, salgo de la oficina con mi cheque y resulta que el pendejazo conoce a mi papá de algún lado, por lo que su actitud cambia completamente hacia mí, tornándose cobarde y servil.
- Oye, aquí me está diciendo mi compadre que eres hijo del Dr. Caballero.
- Sí, es mi papá -le digo, mientras saludo de abrazo a mi amigo.
- Aaaah, yo lo conozco... es un señorón. ¿Cómo le va allá en el Congreso?
- No sé, tengo mucho de no verlo y cuando lo veo no le pregunto de su trabajo –concluyo.
Me despido para ir al banco a cambiar mi cheque, abrazo a mi amigo y, antes de retirarme, Don Bissness is Bissness me dice:
- Oye, Tavillo - El güey da por hecho que soy “Tavillo” nomás por ser hijo de un “Gustavo”-: márcame cuando quieras y te paso el dato, es que aquí no tengo los teléfonos de este chavo que compra cajas, pero aquí tienes mi tarjeta -me extiende por segunda vez el rectángulo blanco. Saco mi cartera y le extiendo una tarjeta arrugada de mi padre que tenía guardada ahí ya mucho tiempo.
- Yo no voy a estar en la ciudad –miento-, pero ten: habla con mi papá y ahí te arreglas con él con lo de tu comisión -le digo.
- ¡No!, cómo crees, es un placer...
Antes de que acabe de hablar me retiro y lo dejo hablando solo, como deben de hablar los pendejos: con la pared o con el piso.
No pasaron ni dos minutos y me llama mi amigo al celular, diciéndome que no me ponga así, que el güey estaba jugando y que estaba muy apenado.
Me sorprende que siendo mi amigo no sepa que los lame huevos, lame culos y convenencieros me cagan las pelotas, y que tengo una ley ficticia anotada en un cuaderno donde propongo castración química para todos ellos.
Sigo dibujando y escribiendo después de las 6 de la tarde para los periódicos en los que trabajo desde hace más de 10 años. Hace dos semanas que fui a cobrar a uno de ellos me tope con un conocido; un güey que he visto un par de veces y con el que tengo un amigo en común. La plática fue más o menos así:
- Hey, ya me dijeron que tienes un negocio de cajas de cartón.
- Ah, sí.
- Yo conozco a un güey de una empresa que puede comprarte muchas cajas. Compran chingos de cajas de cartón a la semana. De a madre, güey.
- ¿Neta?, ¡chingón!, pues pásame el dato.
- ¿Pero de a cómo va a ser la comisión o qué?
Reí, pues pensé que estaba bromeando. Pero no.
- No, es en serio. ¿O sea que yo te paso el contacto y tú te ganas la lana? Nooooo, así no es esto. Dime de a cómo y ya veo yo si me conviene pasarte el dato o no –me dice con cierta arrogancia y aires de grandeza el pobre muerto de hambre.
- No. No me interesa, muchas gracias -le respondo, pues ahorita las ventas apenas dan para pagar los servicios báscios y los sueldos.
- Uuuuh. Pues así nunca vas a ganar lana. Bissness is bissnes -me dice.
- Pos sí.
- Bueno, pues ahí me avisas si cambias de opinión -y me extiende su tarjeta de presentación.
En eso, la contadora me hace pasar a la oficina. Le digo al “Hombre de Negocios” que me permita, sin tomar su tarjeta. Por la ventana de la oficina de la contadora veo que llega el amigo en común que tenemos, saluda al pendejo, me saluda a mí por la ventana, platica algo con el pendejo, veo de reojo que mueven los labios sin sonido; ambos no dejan de mirarme a través del cristal, salgo de la oficina con mi cheque y resulta que el pendejazo conoce a mi papá de algún lado, por lo que su actitud cambia completamente hacia mí, tornándose cobarde y servil.
- Oye, aquí me está diciendo mi compadre que eres hijo del Dr. Caballero.
- Sí, es mi papá -le digo, mientras saludo de abrazo a mi amigo.
- Aaaah, yo lo conozco... es un señorón. ¿Cómo le va allá en el Congreso?
- No sé, tengo mucho de no verlo y cuando lo veo no le pregunto de su trabajo –concluyo.
Me despido para ir al banco a cambiar mi cheque, abrazo a mi amigo y, antes de retirarme, Don Bissness is Bissness me dice:
- Oye, Tavillo - El güey da por hecho que soy “Tavillo” nomás por ser hijo de un “Gustavo”-: márcame cuando quieras y te paso el dato, es que aquí no tengo los teléfonos de este chavo que compra cajas, pero aquí tienes mi tarjeta -me extiende por segunda vez el rectángulo blanco. Saco mi cartera y le extiendo una tarjeta arrugada de mi padre que tenía guardada ahí ya mucho tiempo.
- Yo no voy a estar en la ciudad –miento-, pero ten: habla con mi papá y ahí te arreglas con él con lo de tu comisión -le digo.
- ¡No!, cómo crees, es un placer...
Antes de que acabe de hablar me retiro y lo dejo hablando solo, como deben de hablar los pendejos: con la pared o con el piso.
No pasaron ni dos minutos y me llama mi amigo al celular, diciéndome que no me ponga así, que el güey estaba jugando y que estaba muy apenado.
Me sorprende que siendo mi amigo no sepa que los lame huevos, lame culos y convenencieros me cagan las pelotas, y que tengo una ley ficticia anotada en un cuaderno donde propongo castración química para todos ellos.
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