Después de 60 años, el Bar Alameda -hoy 5ta Avenida- dejó de existir el domingo pasado. La inseguridad y la poca afluencia de clientes fueron los motivos que orillaron a don Gil -de familia de tradición cantinera- a cerrar un ciclo de vida.
Los Gil tuvieron cuatro negocios de este giro en Monterrey. Empezaron cerca del Obispado, con un lugar que se llamaba Bar ArGil. Después tuvieron el Salón Rey, el Fresno Bar -en la avenida Venustiano Carranza- y el Bar Alameda: el más icónico de todos sus negocios, ubicado en la esquina de Villagrán y 5 de Mayo, a unas cuadras de la Alameda Mariano Escobedo.
Dice don Gil que el nombre se lo cambió por sugerencia de unos sobrinos "para atraer más clientes", allá, cuando su negocio todavía tenía cocina y servían distintos tipos de botana. Pero esa parte de la ciudad "se puso fea", como todos sabemos. Villagrán es una calle repleta de giros negros (teibols, sobre todo) donde son (o eran) comunes las extorsiones, los robos y los tiroteos. De hecho, en el año 2011, en esta calle se perpetró la mayor masacre que ha habido en nuestra ciudad: más de 20 personas fueron ejecutadas en el Bar Sabino Gordo, en Villagrán y Salazar.
Don Gil comenta que no quiere rentar su local para que siga siendo bar "porque uno nunca sabe a quién le renta". No quiere que su legado lo vayan a convertir en teibol disfrazado de cantina. "Donde hay mujeres atendiendo siempre hay malandros; siempre hay trata". La Cervecería le ha ofrecido quedarse con el negocio, pagándole una renta justa, pero la oferta tampoco convence a Don Gil, quien, recargado en su bastón metálico de cuatro patas, observa con nostalgia cada rincón de su negocio, como despidiéndose. "Me dicen que hay que cerrar ciclos en la vida, y creo que a éste ya le toca".
Que quede esta breve crónica como testimonio de la existencia del Bar Alameda y el legado cantinero de los Gil.
Dice don Gil que el nombre se lo cambió por sugerencia de unos sobrinos "para atraer más clientes", allá, cuando su negocio todavía tenía cocina y servían distintos tipos de botana. Pero esa parte de la ciudad "se puso fea", como todos sabemos. Villagrán es una calle repleta de giros negros (teibols, sobre todo) donde son (o eran) comunes las extorsiones, los robos y los tiroteos. De hecho, en el año 2011, en esta calle se perpetró la mayor masacre que ha habido en nuestra ciudad: más de 20 personas fueron ejecutadas en el Bar Sabino Gordo, en Villagrán y Salazar.
Don Gil comenta que no quiere rentar su local para que siga siendo bar "porque uno nunca sabe a quién le renta". No quiere que su legado lo vayan a convertir en teibol disfrazado de cantina. "Donde hay mujeres atendiendo siempre hay malandros; siempre hay trata". La Cervecería le ha ofrecido quedarse con el negocio, pagándole una renta justa, pero la oferta tampoco convence a Don Gil, quien, recargado en su bastón metálico de cuatro patas, observa con nostalgia cada rincón de su negocio, como despidiéndose. "Me dicen que hay que cerrar ciclos en la vida, y creo que a éste ya le toca".
Que quede esta breve crónica como testimonio de la existencia del Bar Alameda y el legado cantinero de los Gil.
2 comentarios:
Siempre es triste ver cómo negocios que eran punto de reunión para familias o amigos se apagan x la delincuencia. hasta pueblos enteros fantasma hay ☹️
Supongo que ya viste esto... qué triste: https://www.eluniversal.com.mx/estados/familia-firma-piedra-del-elefante-y-la-dana-tenia-miles-de-anos-de-existencia
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