Hay una canción del llamado Rey del Bolero Norteño, Juan Salazar, que se titula "Mi Último Refugio". He ahí la razón del nombre de este lugar.
Mi Último Refugio es una cantina modesta, de poca concurrencia, que está desde hace 23 años sobre la calle Isaac Garza, pasando Zaragoza. Antes tenía otra ubicación -allá por Tapia y Amado Nervo-, por lo que, si se suman los años que estuvo allá con los que lleva aquí, dan 33 años de vida en total.
Los clientes regulares de Mi Último Refugio son los amigos de don Abel, el dueño, que se reúnen con frecuencia a jugar dominó, a ver partidos de futbol o a escuchar la rocola con música que va desde Fleetwood Mac y Pink Floyd hasta Dyango y César de Guatemala.
Los sábados, don Abel ofrece botanas a los comensales: frijoles a la charra, arroz, chicharrón en salsa verde, carne de puerco con calabacita, guacamole con pico de gallo o lo que prepare ese día. Comenta don Abel que antes daba botana todos los días, pero "le ganaron los años". A veces los clientes llevan comida para que don Abel le ponga su sazón y se las cocine, y ofrece un poco a los demás clientes, sean o no del grupo que llevó la vianda. Los sábados es también el día en que el hijo de don Abel va a echarle la mano a su padre en la barra y en la cocina, pues entre semana trabaja como abogado.
Los sábados, don Abel ofrece botanas a los comensales: frijoles a la charra, arroz, chicharrón en salsa verde, carne de puerco con calabacita, guacamole con pico de gallo o lo que prepare ese día. Comenta don Abel que antes daba botana todos los días, pero "le ganaron los años". A veces los clientes llevan comida para que don Abel le ponga su sazón y se las cocine, y ofrece un poco a los demás clientes, sean o no del grupo que llevó la vianda. Los sábados es también el día en que el hijo de don Abel va a echarle la mano a su padre en la barra y en la cocina, pues entre semana trabaja como abogado.
Mi Último Refugio tiene una pequeña terraza escondida en donde se puede asar carne en una vieja parrilla bajo una chimenea de ladrillos; el lugar lo transporta a uno al centro de Monterrey de hace 50 años: cuando todos esos negocios eran aún casas habitación, con sus cuartos al fondo y sus patios centrales.
En la mesa de atrás se escucha el golpeteo de las fichas del dominó. "¡Les hicimos zapato!", exclama uno de los hombres mientras "hace la sopa". Los perdedores de esa partida se ponen de pie y en su lugar se sienta la pareja retadora. Uno de los perdedores se dirige a la rocola, saca una moneda de $10 pesos de su bolsillo y la introduce en la ranura de la sinfonola...
"Mi úuuultimo refugio, pensé que fueras tú, y fue mi gran fracaso, poner mi fe en tu amor..."
¡Salud!
1 comentario:
LORENZO DE MONTECLARO EN VIVO "MI ULTIMO REFUGIO" AL LADO DE JUAN SALAZAR
https://www.youtube.com/watch?v=4xsD5Wlfr0A
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