viernes, marzo 21, 2014

Manada de dromedarios

Las montañas que rodean mi ciudad son como una manada de dromedarios. A veces el horizonte de jorobas verdes desaparece bajo una bruma tan blanca como un mar de leche; otras, bajo un telón de brea gris.

Y es en esas partes alcanzadas por el desarrollo donde la manada se hunde precipitadamente en un pantano de concreto, fierro y vidrio; como si atravesara un hormiguero o un río lleno de pirañas, donde el hombre -en su función de marabunta o cardumen- les trepa por las patas para devorar pedazos de carne y piel. 

Las edificaciones modernas pretenden competir con este horizonte. Todas tienen el complejo de La Torre de Babel. No buscan formar una manada libre, sino una caravana guiada: la caravana del progreso y la modernidad, cuyo perfil a contraluz no alude a las jorobas del dromedario, sino al esqueleto de un pez gigante que lo apesta todo.

4 comentarios:

Karlos F. dijo...

Muy bueno Guffo. Muy Emotivo.

Saludos...

cocijo dijo...

que chingados te picó o te dieron de comer de morrillo para escribir y hacer esas apologías tan chingonas. el "progreso" solo termina apestando todo a alcantarilla.
no me canso de decirte que escribes super chingon.

Guffo dijo...

Karlos F: Muchas gracias. Me da gusto que lo disfrutes. Te mando un abrazo y que tengas buen fin de semana.

Cocijo: Jajajaja... Nada me picó ni me dieron de comer, nomás andaba "inspirao", jajaja. Gracias por tus palabras. Saludos.

Alexander Strauffon dijo...

Me dejaste pensando en las mafias constructoras y su empeño en terminar de arruinar el cerro y todo aquel lugar al que uno voltee.

Y, como habias mencionado en otro post tuyo, esos otros que se empeñan en darle en su madre a los espacios verdes y quitar arboles por estorbarles. Triste.