miércoles, diciembre 06, 2006

Cuando pensé que Buda me había perdonado

Regresé de la escuela con un reporte. Era el primero que me ponían en toda la primaria. Estaba bien nervioso porque no sabía qué le iba a decir a mi papá. Mi padre era muy estricto en esas cosas de la disciplina en la escuela y en la casa, siempre amenazaba con mandarme a la escuela del barrio de abajo –La Bomberito Juárez: pública, llena de pandilleros, cholos y maestros huevones- si no sacaba buenas calificaciones o me portaba mal. Me sale muy cara tu educación como para que la desperdicies sacando seises, me decía. Pero yo sabía que si le decía la verdad, como quiera de unas nalgadas y un castigo de una semana no me iba a librar. En fin.

Y todo esto del reporte de mala conducta fue por culpa de Buda, el hijo de puta del salón, quien se la había pasado todo el día burlándose de mis pantalones porque me quedaban rabones y porque se alcanzaban a ver mis calcetones blancos que contrastaban con el brillo de mis zapatos negros recién boleados. Mi madre ya me había prometido que me compraría otros pantalones porque a esos ya no les podía bajar más la bastilla, pero me dijo que me tendría que esperar hasta fin de mes, cuando el negocio de mi padre se ponía un poquito mejor en cuanto a dinero. Pero apenas había pasado una semana y yo ya estaba bombo con las burlas del pinche Buda.

Odiaba los días en que mis otros dos pantalones estaban sucios y tenía que ponerme ese pantalón rabón. Durante clases procuraba pararme lo menos posible del pupitre para que no se dieran cuenta que los pantalones me quedaban brincacharcos, pero a la hora del recreo era imposible: no dejaban que ningún alumno se quedara en el salón y yo no podía seguir ocultando mis encogidos pantalones. Durante el recreo trataba de estar casi todo el tiempo parado, sin moverme, porque así no se notaba que mis pantalones estaban tan cortos. Al momento de caminar o de sentarme era cuando los pantalones se me subían hasta medio empeine y era cuando Buda empezaba a joder y a reírse. Nadie le decía nada a Buda porque nadie podía con él. Era un hijito de la chingada de 11 años –el único que tenía esa edad- enorme, papadón y abusivo que nos hacía la vida pesada a los alumnos de sexto “A”. Ah, y aparte, era sobrino del director. Como yo era demasiado cobarde, ese día en el recreo, cuando me dijo que mis pantalones eran de niño pobre y que mejor me fuera en shorts a la escuela, tomé el termo de mi lonchera y le arrojé la leche con Quick en la cara. Mis tenis marca Gigante corrieron como nunca antes habían corrido; ni siquiera como todas esas veces que intenté ganarle a Betty en las carreritas. Pero Buda resultó ser aún más cobarde que yo y, en vez de corretearme encabronadísimo para ponerme unos chingazos, se puso a llorar con la ropa empapada y tallándose los ojos, llamando la atención de las maestras, quienes me llevaron jalándome de una manga de la camisa con el director. El dire reprobó mi actitud por más que le dije que Buda me había estado molestando todo el día. Miró mis pantalones cuando le dije la causa del incidente y sólo sonrió.
Cuando le mostré el reporte a mi padre y le expliqué lo que había pasado, también reprobó mi actitud porque él nunca me había enseñado eso de “si te pegan, pégales de vuelta”, y me castigó una semana sin salir. Las nalgadas no me las dio, de esas sí me salvé.

Esa noche entró mi madre a mi cuarto y me dijo en voz baja que le había pedido dinero prestado a la vecina, que al día siguiente iríamos a comprarme un pantalón nuevo. Me emocioné mucho.

Saliendo de la escuela fuimos a Gigante y mi madre me compró un pantalón nuevo bien chido. Me lo probé con orgullo: ya no se me veían los calcetines pues los pantalones los cubrían por completo porque me llegaban debajo de los tobillos. Me los compró un poco más largos; mejor dicho, mucho más largos, para que me duraran de perdido un par de años más.
Tenía unas ganas tremendas de que fuera lunes para que Buda viera que ya no tenía pantalones brincacharcos y así dejara de estarme jodiendo. Cuídalos mucho, mijo, me dijo mi madre. No andes en la bici con ellos ni jugando fútbol. Sí, mami, le dije.

Llegó el lunes, pero Buda no fue a la escuela. El martes tampoco. Ni tampoco el miércoles. Ese día, el director entró al salón para darnos un aviso: El papá de Buda –o sea, su hermano- había fallecido en un accidente automovilístico y habría una misa el jueves en al patio de la escuela. Traigan todos su uniforme de gala, dijo el director muy serio. Con "uniforme de gala" se refería a que no fueramos a ir en playera.
El jueves fue la misa. Yo llegué con mi pantalón nuevo y Buda ahí estaba en una jardinera del patio mirando inmóvil al suelo. Nunca lo había visto de esa manera; será que siempre lo vi como un villano miserable sin compasión, pero el güey estaba llorando con un sentimiento horrible, de ese llanto que sale desde adentro. Se veía indefenso. Durante toda la ceremonia Buda se la pasó a un lado del director y su esposa, con los ojos vidriosos y sonándose para adentro los mocos. Terminando nos metimos al salón y Buda entró junto con el grupo. Se quedaría a clases. Algunos le daban palmadas en la espalda, yo fui uno de ellos, y Buda sólo trataba de sonreír agradeciendo, pero el llanto le ganaba

Me senté en mi pupitre y lo miré con lástima. Realmente me ponía triste verlo así aunque fuera un hijo de la chingada. Volteó a verme, se limpió las lágrimas del rostro y me dijo:

- No creas que ya se me olvidó lo del Quick… te va a cargar la verga en el recreo, cabrón.

30 comentarios:

Esgar, amigo de Ales dijo...

Total mi Guffo cabronese hijos de la chingada como ese siempre habrá ¿como te fue en el recreo?
Saludos desde Rancholandia

Anónimo dijo...

Eso de crecer demasiado rápido cuando eres niño, es feo, porque los pantalones y suéteres se quedan pequeños... más feo era cuando les ponían un parche y así te mandaban a la escuela...

Ese Buda si era un hijito de pe

Saludos MJ

Anónimo dijo...

¡JAJAJAJAJAJJAJA!, 'che Guffo!!!, ese Buda si que era un hijo de la chistorra, ¡ni porque se murió sue jefe se el olvidaba madrear a los demás!.

Fíjate que en estos días me he estado acordadndo de cosas que me pasaron ¡en el kinder!. Luego que las escriba te las muestro. Un saludo y un abrazo por lo pronto!!!

Anónimo dijo...

yo que pense que Buda era bonachon, pero pues de que los hay los hay.

saludos desde slp

Carlos Efrén dijo...

No pues si resultó ser un hijo de la chingada.
Espero que no se te hayan roto los pantalones luego del recreo.

Anónimo dijo...

Cuando estaba en la secundaria (federal numero dos de Zacatecas), teniamos un compañero al que le deciamos el "Yaqui", por que desde que lo conoci y hasta finalizar la secundaria jamas le vio otra ropa que fuera en uniforme (ese de color medio verde medio caqui con corbatita de gabardina).

Si que hay gente que le tiene amor a los uniformes.

Poly

chusso dijo...

pinche buda tan abusivo, y seguro despues de unos años se fue a vivir a Oaxaca con su familia y se cambio el nombre a Flavio Sosa y se convirtio en lider de la APPO y como nunca volvio a ver al guffin pss deskito esa furia contenida en la colonial ciudad de Oaxaca, inche buda ahora sabemos ke estas en el bote, donde siempre debiste dde estar abusivo

Ya mi guffo ya, esto siempre pasa en la escuela a mi alguna vez también en la secundaria me dejaron en verguenza con las chicas, ya sabes en la epoca donde presumir los tenis eran los chidos unos panam de esos que eran de tela, no competien con los jordan air que llevaba el vondüben snif, jijo de la chingada recuerdo esa mañana en educación fisica perfecto
bua bua bua

ALEJANDRO AREVALO dijo...

Siempre ay un cabron asi de culero,en mi escuela a huevo que habia uno,un dia llegue con tenis nuevos a la pinche clase de educacion fisica,que no era otra mamada que sacarnos a jugar futbol,que para acabarla de chingar nunca me ha gustado y que me los pisa el muy hijuesù.
Saludos.

--Mr. ZoD-- dijo...

Ahuevo...pinche Buda vengador,
Hizo venganza de la muerte de su carnal, pero tu pagaste los platos rotos, casi como la PGR.
Seguro el cabron es ahora todo un judicial..Ja
Saludos.

Rich. dijo...

hombre que buena historia toda una ensalada de emociones y sentimientos al leerla.... ah chinga que tierno e inocente es uno cuando es niño.. hasta ese buda lo fue quizas.. cuando yo iva en la secundaria tmb tenia un compa que le decian el buda...pero no era un ojete... el ojete era un cabron indio grande, blanco y mamado.. le decian carisaurio.. era todo un pendejo... pero ah que fuerte pegaba el ojete.. bueno... saludos mi guffo
miselF

EL MATUTE dijo...

jajajajajaj que pinche buda tan culero, jejejejjee, no esperaba ese final.

Sivoli dijo...

Nah, el Buda estaba en lo correcto. se necesita de madurez para poder separar las cosas!

kireymx dijo...

¿qué esperabas guffo? el Buda es un culero innato y aunque le vaya de la chingada siempre busca como desquitarse

J. Domínguez dijo...

Me hizo recordar a un mocoso de alla de mi rancho (Durango). Este hijo de la tiznada, siempre que alguien llevaba ropa nueva, les aventaba boñiga (estiercol de vaca) para ensuciarlos. Hasta que un día , entre todos lo aventamos al estanque que se estaba secando y estaba el lodo en la orilla. Jajaajaja, lo hubieran visto, parecia todo un cerdo, lleno de lodo.

Buen recuerdo Don Guffo
Saludos

Cesar Guajardo dijo...

en la primaria "Venustiano carranza" habia un hijito de su madre que se llamaba Manuel; era igual que el pinche buda... en ocasiones me traia en chinga... lo deje de ver porque se cambio de casa... hace 3 años me lo encontré cargando costales en el mercado estrella... jajaja... me dio lastima..!

saludos..!

Guffo dijo...

Saludos a todos, gracias por compartir sus traumas de infancia como yo, jejejeje. Buen jueves. Abriguenseeennnnn

Archivero dijo...

En mi primaria había un hijo de la chingada que le decían el Manolo. Me traía de encargo el hijo de puta. Lo odiaba como nadie podía odiar a un ser humano, era mucho mas grande (fisicamente) que yo y me llenaba de impotencia no poder hacerle algo contra sus hburlas.
De pronto dejó de molestar a todos, se apartó. Nos enteramos que su mamá se murió, y no tenía papá. tuvo que dejar la escuela. despues de años lo vi hace un mes en la calle tirado drogado. que triste.

mi estimado guffo, sigue cmpartiendo esa niñez tan envidiable.

Manuel dijo...

Habla y le rompemos su mandarina en gajos

Chingasatt dijo...

Puto Buda, al menos te aviso cuando te iba a madrear

correa dijo...

pues claro!! si antes era un hijo de la chingada, pero la chingada de murio en el accidente... ahora el pinche buda era la meritita chingada...

aunque se te le mamaste con lo del quick... digo, hubiera sido chocomil...

espero que no te haya ido tan mal en el recreo...

[. correa .]

buho dijo...

jajajajajajaja y como te fue compadre. saludos.

fulano de abran dijo...

já. y que tal cuando ibas todo miado y no te bañabas y a la hora del recreo todos tus compañeros se burlaban hasta el hartazgo porque cuando te daba el sol en el pantalon se empezaba a orear los miados y apeztaba culeriiiisimo. eso si que es verguenza cabron, ups creo que me estoy proyectando...

Esmeralda dijo...
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Esmeralda dijo...

jajajajajajajaajajajaja... excelente historia, me hizo pasar de la ternura a la risa...
Además me hizo recordar mi niñez, cuando mi mamá me compraba en invierno unas mallas enoooormes para que me duraran varios años y yo tenía que doblarlas abajo de la falda del uniforme para que no se notaran jajajajaja...yo creo que todavía me quedan jajajajajajajaa...
Esas madres!

r_e_f dijo...

Jejejeje... Ta chistosito, ¿te dejo como camote o no? y... ¿Por qué le decían Buda... o qué asi se llamaba? Yo tuve más o menos los mismos problemas, namas que ahora esos weyes (si, no era uno, eran como 5) son bien lambiscones y ya no molestan a nadie... Putos... Como los odié, y aún ahora, aunque ya no molestan a nadie, a mi me siguen cayendo mal, porque me cagan ese tipo de gente. Sigue así.

Guffo dijo...

Nel, no me acuerdo cómo se llamaba, pero le decían Buda porque estaba gordo y grande; le pusieron ese apodo los de secundaria que se llevaban con él.
Y no, ese día en el recreo nomás hizo como que me correteó, corrí, y agarró por su lado y ya no me peló el güey porque se fue a chingar a otro, jaja.
Saludos y buen fin de semana.

Eagle dijo...

Gente así nunca falta. En la primaria siempre había alguien que me molestaba, una vez fue exactamente por lo mismo, los pantalones que ya no me quedaban. Pero yo era tan callado que creo que todo el que me molestaba se aburría jajaja. Me has recordado viejos tiempos.

Anónimo dijo...

Chido post anecdótico, mágico, musical.

Pero que paso con la conclusión de su mini-novela. Ya estuvo bueno de suspenso no, maese Guffo, apiadese de sus lectores.

Lidia Gaytán dijo...

aiin niños.
No manches creo que hay un buda en cada escuela, son como la peste, uno si te va bien, jaja

Anónimo dijo...

pinche buda, q'hijo de la fregada, verdad....