cronicas clasemedieras (o mierderas)...

Hay muchos pinches güerquillos que son bien crueles y sádicos. A sus menos de 10 años, podrían ser la versión infantil de Hannibal Lecter. Recuerdo que cuando estaba morrillo, mis amigos de la cuadra nomás andaban buscando algún animal para partirle la madre. Eso me angustiaba demasiado. Las partidas de madre al pobre animalito iban desde agarrar a patadas a un tlacuache y pisotear a las crías que salían volando de la bolsa, hasta atrapar lagartijas e inyectarles cocacola hasta que se les reventaran los ojos. Si me oponía a la matanza; me daban pamba loca por mamón, me decían mariquita sin calzones o dejaban de ser mis amigos y ya no podía entrar al club que teníamos en el monte valdío. Tenía qué inventar una excusa para irme a mi casa para no ser partícipe de la matanza. Es fecha que no entiendo cómo un niño de casi 10 años era capaz de eso... Ya más peluditos -como a los 12- recuerdo que un amigo llenó de pipí un envase de refresco y se lo quería dar a un chavito que lavaba carros en la cuadra diciéndole que era Joya de piña. No fuí partícipe, y sólo escuché las carcajadas y la estampida de huída de los cabroncitos cuando el pobre lavacoches escupió los miados. Cuando vas entrando a la adolescencia, es más cabrona de cruel la pinche raza. Recuerdo que mi mamá me compró unos tenis en la tienda Gigante. Unos tenis marca Gigante; blancos, de esos que están en un montón y tienes que buscar el par de la misma talla. Yo iba bien requetecontento a mi último año de primaria y había una güerca fresa bien mamona en mi salón. Veo que empieza a secretearse con otra güerquilla y se reían volteando a verme. Y yo bien inocentote, bien ingenuote, nada contaminado con las marcas de moda, sonreí. "Les gustaron mis tenis nuevos"- pensé. "Los compraste en Gigante???"- me pregunta la niña fresa. "Si"- respondo emocionado. Y que se cagan de la risa las dos putillas "juaaarjuaarjuaaar"... Jasdesuputamadre... Dos pinches güercas mionas hicieron que ya no me quisiera poner los tenis que tanto me habían gustado y que con tanto esfuerzo me compraron mis jefecitos...Chinguen a su madre dondequiera que estén par de ojetosas!!! Continuarán las Crónicas de un Clasemediero Traumado...