viernes, octubre 14, 2005

nebraska

Siempre me ha gustado la palabra Nebraska, no sé por qué. Desde niño esa palabra significa algo para mí que desconozco hasta la fecha qué sea. Suena muy padre: N e b r a s k a; como que la ene con la be, la erre y la ka mezcladas le dan cierta fuerza femenina extraña y misteriosa. Ignoro por qué de niño, cada que escuchaba "Nebraska", se me venía a la mente el Monte Rushmore, ese de las carotas talladas en la piedra. Hasta que un maestro, uno de esos que sí creen en su profesión, me dijo que esa montaña no estaba ahí, sino en otro Estado cerca de Nebraska. Me di cuenta que, al igual que Indiana, Nebraska era un Estado de Estados Unidos y no comprendía por qué a Indiana Jones no le habían puesto mejor Nebraska Jones, pues sonaba mejor. El maestro ese que amaba su vocación, el que me corrigió con lo del monte de las esculturas de los presidentes, se llamaba Mario. Mario llegaba siempre temprano, pues su clase era la de las 8 de la mañana. Varias veces noté que llegaba con los pantalones dentro de los calcetines y, antes de entrar al colegio, se los acomodaba bien y los desarrugaba lo más que podía para así ocultar lo moteado de sus calcetones blancos que salvaban todos los días a su pantalón gris de salpicaduras. Comoquiera, pequeñas gotas de lodo y agua se percibían arriba de las bastillas. Los zapatos chatos, negros y arrugados como chicharrón llegaban más sucios y enzoquetados. El maestro cruzaba las piernas al sentarse y los limpiaba con unos pañuelitos que sacaba de su maletín, mientras sonreía disimuladamente. No me gustaba ver la escena porque temía alcanzar a ver algún agujero o un trozo de calcetín de fuera o un parche improvisado en la suela. Mario siempre estaba feliz y eso, ignoro por qué, me causaba una pena tremenda; una lástima agria como la que se le tiene a la mirada de un perro sarnoso que se alimenta de lo que encuentra en las bolsas de basura. Mario creía que preparaba al futuro de México, él así lo creía, porque nos lo decía a cada rato. Pero antes que el futuro de México, el futuro de la humanidad; porque antes que mexicanos, somos seres humanos, nos decía. Mediocre no era, malo tampoco; pendejo o ignorante, menos. ¿Por qué tenía qué llegar todos los días con los pantalones manchados, la camiseta sudada y los mismos zapatos jodidos de hacía años?, ¿por qué sus ideales se la cobrabán tan pinche con él? La palabra Nebraska me vino a la mente junto con el Monte Rushmore. Penséq que de grande quería ir a conocer ese lugar. Probablemente estando allá me acordaría con gusto -y no con lástima- del maestro Mario, el que me saco del error de creer que la montaña con las jetotas talladas estaba en Nebraska. Espero que en donde quiera que esté, ya no tenga que proteger sus pantalones del lodo dentro de sus calcetines.

11 comentarios:

Lino Coria dijo...

Con este tema de Nebraska y de maestros, me acordé que Alexander Payne, quien nació en Omaha Nebraska, filmó en su pueblo natal una de las mejores películas que he visto sobre la vida de un maestro: Election (1999).

Lau Silva dijo...

No no no.. ando muy sensible o no se.. pero me dio mucha cosa tu maestro, ojala le haya ido mejor economicamente.. o siga siendo igual de feliz. buaaaaaaaa

el mangos dijo...

pues no preparo fuertemente al futuro de mexico pero si preparo bien a los que captaron ese mensaje como usted.

Bel dijo...

Me recordó mucho a un maestro que tuve en la secundaria, también así, siempre feliz hasta que se lo encontraron llorando sentado en los escalones de la escuela porque nunca nadie le hacía caso y le decían "don Cucho" porque estaba feo... a mí siempre me dio mucha cosita, yme recordaste a mi maestro :(

the drop dijo...

Me encantan tus recuerdos y las reminicencias actualizadas de esas emociones que se van enriqueciendo con la vida... Celebro la sencillez con la cual eres lo que eres por todas esas cositas como unas manchas de lodo en un calcetin, un arbol en un terreno baldio, o la capacidad de analisar el instincto del ser humano a descalificar la felicidad ajena si no corresponde a criterios propios.

Salud! A chupar se ha dicho que es bebiernes, carajo!

Anónimo dijo...

Don Guffo:

Que buen post!

Mario dijo...

Excelente Post!, yo creo que todos hemos tenido maestros que han influido en cierto modo con sus ideas...por cierto, que era lo que les enseañaba mi tocayo? Geografía?

Buen fin de semana!

Verónica R dijo...

uy me faltaba todo octubre y un poco de sept.. pero acabé!! puff compadre jejeje le dejo saludos exhaustos.. saludos.

buen fin!

Guffo Caballero dijo...

Gracias por sus comments, raza. Buen finecillo de semana para todos. El maestro Mario nos enseñaba historia, química, física y demás; era mil usos del cerebro, sabía mucho de todo. Un güey muy chingón, demasiado chingón.

La flaca dijo...

pues a mi me gusta mas dubraska!! pero la teibolera esa que se trepa a los tubos, jajajajaja... buen inicio de sema compadre!

Araceli Gallardo Peña dijo...

Y es que la designación de la palabra MAESTRO debe tener una connotación más profunda como tú se la das, por eso yo a los que dedican a la enseñanza les digo profesores, pero cuando hay alguno que sea digno de reconocer su enseñanza, no sólo porque nos enseña una materia, entonces si con toda la boca retacada de razón le doy el apelativo "Maestro"