viernes, abril 30, 2010

Treintones ridículos

Casi todos mis amigos tienen Twitter.

Cuando abrí mi blog, yo era el raro, pues nadie tenía -ni quería- un blog. Ahora, sigo siendo el raro, pues soy el único que no tiene -ni quiere- Twitter.

Me di una vuelta por los Twitters de mis compas nomás para ver qué escriben. Nada del otro mundo: chistes obvios, actividades diarias aburridas, frases que sacaron de alguna película de Tarantino que todavía no superan y estados de ánimo descritos con fragmentos de canciones en inglés.

Tienen más de 30 años -algunos ya casi llegan a los 40- y siguen recurriendo a frasecitas de canciones para describir sus estados de ánimo. Lo peor es que algunos recurren a fragmentos de cumbias de Pesado, Intocable o Banda El Recodo para decir cómo se sienten.

Y luego no quieren que odie a mi prójimo, snif.

miércoles, abril 28, 2010

Clientes curiosos

Dos veces por semana viene al negocio una mujer que compra un metro de "plástico burbuja". Sólo eso.

El sábado se nos acabaron los rollos de ese material y no pude hacer un nuevo pedido con tiempo.

El lunes, cuando se apareció la mujer, le ofrecí otro material protector similar, pero sin burbujitas. La clienta sonrió apenada y me dijo:

- Vas a pensar que estoy loca, pero la burbuja la compro porque me relajo tronando las bolitas mientras trabajo.

Hoy llegaron más rollos de aire sellado y éste es el primer post que escribo tronando burbujitas.

martes, abril 27, 2010

Nada existe

Llega un cliente al negocio y me pide “la caja más grande que tenga”.

Le enseño la caja más grande que tenemos y me dice: “No, pero no tan grande”.

Le muestro una un poco más pequeña y me dice: “No, pero no tan chica”.

-¿De qué medidas la necesita? -le pregunto.

-Una medida entre estas dos – dice señalando ambas cajas.

Es como si alguien pidiera una talla de camiseta entre la mediana y la grande: no existe.

La gente se la pasa pidiendo cosas que no existen.

lunes, abril 26, 2010

Blogs que no soporto

Los de las viejas que se refieren a sus hijos como "angelitos que Dios les mandó" o "bendiciones caídas del cielo".

Ya las veré el día en que sus hijos descubran la cerveza, el cigarro, el sexo y la copia de las llaves del coche, a ver si siguen pensando lo mismo.

Buen lunes.

viernes, abril 16, 2010

Diarios agotados

Se acabaron los Diarios del Fin del Mundo. Muchas gracias a todos los que compraron este primer proyecto impreso de Recolectivo. Ojalá lo hayan disfrutado.

Gracias también a todos los que participaron en él, a la editorial, a los editores, a los correctores, a Alberto Chimal por su prólogo... Gracias.

Qué chido que no hubo necesidad de entrar en las librerías, de aceptar sus condiciones de ventas y comisiones, de hacer presentaciones ostentosas ni cosas de esas para que los 500 ejemplares se agotaran en 4 meses. No sé si esto sea algo sorprendente o algo patético, pero sé que es algo.

Por lo pronto, esperen nuevos proyectos. Esperen también la segunda edición del libro para el 2011. Vendrá "remasterizada" con 10 relatos nuevos de autores distintos, otra portada y algunas sorpresas. Los que adquirieron la primera edición tendrán algunos regalillos extra y descuentos.

Por otro lado, en verano pienso sacar otros diseños de playeras y calcas a todo color del Escuadrón Retro. Ya ando trabajando en eso. Ahí les va una probadita. Estén pendientes...


viernes, abril 09, 2010

Riiinnnggguen a su madre


Con este cartón espero ser muy claro en mi opinión acerca del RENAUT y lo que pueden hacer con mi teléfono celular... pero no con mi Nextel, snif.

Sí, soy de lo peor. Me siento sucio por haberme doblegado ante el sistema. Al Nextel no tuve más remedio que registrarlo porque no es mío, está en línea con otros aparatos del trabajo, tiene radio, no tengo teléfono en mi casa y bla bla bla: pretextos de vida moderna que machacan nuestros sueños guajiros de total independencia; porque no, no les basta con tenernos fichados con la credencial de elector.

Ni hablar. El sistema se nos puso de nalguitas y tuvimos la oportunidad de metérsela toda entera, pero -otra vez- por miedosos y agachones que somos, no lo hicimos.

Tuvimos oportunidad de joder a las compañías de telefonía celular -que se la pasan jodiéndonos a nosotros con sus tarifas absurdas- y llevarle la contra a los ineptos que inventan las reglas de cómo vivir en este país; pero nel: ahí vamos todos a hacer lo que nos dicen, a reafirmar que ellos son quienes mandan.

“Ay, es que el teléfono es mi medio de trabajo”; “ay, es que es muy necesario”; “ay, es que ahí tengo a todos mis clientes”; “ay, es que bla bla bla”. ¿Y cuando no existían los pinches teléfonos celulares cómo le hacía la gente? ¿No trabajaba o qué pedo? ¿Tampoco se podía comunicar con nadie o qué chingados?

Ése es el problema de volver necesario algo que antes no lo era: con acciones como éstas, no tenemos para dónde hacernos. O te alineas o te alineas.

Teniendo taaantas opciones para comunicarnos: Facebook, MSN, Hi5, Blogger, etc., y vamos y damos las nalgas a la menor provocación. Ya hasta nos parecemos al Ricky Martin.

Y no, señoritas y señoritos, esta queja no es nomás por llevar la contra a los pendejo ni decir lo que ya han dicho muchos mails sobre los puntos escabrosos de la iniciativa. La onda es que ya nadie cree en nada que venga de boca de las autoridades que, en lugar de recuperar nuestra confianza hablándonos al chile, nos amenazan si no hacemos tal o cual cosa. Será que todas esas campañas de iniciativas gubernamentales a las que se les invierte tanto dinero y tanto tiempo aire, en las que los motivos no son muy claros y nos piden que hagamos cosas metiéndonos miedo, no me las creo.

Me retiro a darme una ducha y a ponerme pomada en el culo, que todavía me duele. Les recomiendo hacer lo mismo a todos aquellos que registraron su número.

jueves, abril 08, 2010

Petróleo Blanco

Prometo volver a evadir la realidad con jocosas tiras del Escuadrón Retro y La Neta del Planeta el lunes, porque con este último aumento a la gasolina (apenas me di cuenta hoy, jeje), ¿cómo no soltar veneno?

Y es que me acordé de esos bonitos anuncios televisivos en los que el buen gobierno de Calderón afirmaba que "todos los mexicanos somos dueños del petróleo y nos beneficiamos parejo de él”. Al verlos, hasta sentía el peso de un Rolex Mamalón Plus en mi muñeca, snif.

Al rememorar esos simpáticos spots, me vino a la mente la anécdota del padre que hereda en vida al hijo; que va más o menos así:

-La cuenta con 3 millones de pesos es tuya, hijo mío.

-¡Muchas gracias, papá! Con ese dinero voy a viajar alrededor del mundo, voy a comprar una pequeña casa a la orilla del mar, voy a...

En eso, el joven es interrumpido abruptamente por su padre:

-Aaaah, no: ¡ese dinero no lo tocas hasta que yo me muera!

Total que el hijo muere antes que el padre y nunca disfruta "su herencia".

Moraleja: ¿Entonces pá qué vergas lo heredaba el pinche ruco mamón?

Es lo mismo con esa jalada de que "el petróleo es mío". Ni siquiera puedo controlar su precio ni tener una bomba de gasolina en mi casa para llenar el tanque del coche cada que se me hinchen las pelotas. Es más, ¡ni siquiera tengo opción de respirar aire limpio!

Sería un ingenuo al pensar que en verdad tengo opción, pero aquí lo que encabrona no es que no sea nuestro el petróleo, sino que gasten el dinero en echar mentiras tan estúpidas. De perdido con lo de la influenza le echaron más ganitas y hasta las tienditas de la esquina hicieron su agosto vendiendo tapabocas y gel antibacterial a los pend... precavidos.

Señores del gobierno y hombres detrás de la cortina: yo sí cumplo mi palabra. Aquí tengo un enorme yacimiento de petróleo blanco con dos bombotas. Es todo suyo. ¡Mámense!

miércoles, abril 07, 2010

Cuando te toca...

Es lo de hoy. Todos la repiten. Yo, me niego a vivir bajo esa filosofía del “cuando te toca, te toca; y cuando no te toca, ni aunque te pongas”.

Al mexicano le encantan los refranes y creer que su destino está en manos de otros.
Es obvio que con los índices de violencia de este país, hay más probabilidades de que “nos toque”. Si viviéramos en un país organizado, equitativo, armonioso, pacífico, educado, respetuoso, el que “nos toque” sería cosa de muuuy mala suerte… o porque en realidad “ya nos tocaba” que nos comiera un jaguar o nos golpeara un pedazo de estrella.

Me niego a vivir bajo esa mentalidad mediocre y resignada. Me niego a “ponerme en manos de diosito y que él decida lo mejor para mí”.

El trabajo interno es mucho. Esto que vivimos no es otra cosa mas que una crisis de valores muy grave; una crisis donde el dinero, el poder y el consumismo se han impuesto por encima de todo, haciéndonos creer que son los maderos a los que debemos aferrarnos para no hundirnos... y matar para que nadie más se aferre a ellos.

Habría que reinventar la moral, revivir la ética, priorizar nuestras necesidades, jerarquizar las cosas por las que vale la pena vivir, no morir. Habría que aventar más maderos al océano.

El trabajo interno es mucho y muy duro. Hay quienes no saben cómo empezarlo y hay a quienes ni siquiera les interesa hacerlo.

A muchos les parecerá absurda, "hippie" o bohemia mi propuesta. Lo que sí les garantizo, es que sale más barata que la guerra. Pero, como la introspección no deja dinero, creo que la violencia seguirá siendo la “solución” a "nuestros problemas"...


P.D. Para todos aquellos que se ponen locos y se ofenden cuando digo que Monterrey es un asco de ciudad y su gente es de lo peorcito del mundo, lean este interesante artículo, a ver si así dejan de lloriquear cada que les lastiman su "orgullo de ser del norte" y mejor se ponen a hacer ese trabajo interno del que hablo.
El artículo me lo mandó Rafa Ibarra. Si les gusta todo lo relacionado con los vinos y la gastronomía (en otras palabras: si son borrachotes y tragones, jejeje), su blog es una muy buena opción de lectura.

lunes, abril 05, 2010

Matemáticas simples

Me cuesta creer cuando dicen que somos más los que queremos cosas buenas para el mundo. No porque yo no las deseé, sino porque -matemáticamente hablando- si fuéramos mayoría, sucederían más cosas agradables que funestas.

Pasa algo curioso con ese discursito optimista del “somos más”; algo que puede engañar a mucha gente pero no engañar a las matemáticas simples.

Imaginen que son dueños de un millón de ceros y de un par de unos. Al sumar todos sus ceros, el resultado obvio será cero; pero al sumar el par de unos, el resultado será dos. Los ceros son más que los unos, sin embargo, los unos, aunque muy pocos, juntos valen más.

Así es en México y en casi todo el planeta: se hace lo que una poderosa minoría ordena y, si el mundo es matemático, estamos jodidos.

Por lo tanto, dejen de engañarnos con ese discursito baratón de que “somos más los que queremos paz”, “somos más los que no queremos corrupción”, “somos más los que bla bla bla”.

El día que la minoría dueña de los “unos” quiera que las cosas cambien, ese día cambiarán.