Prometo volver a evadir la realidad con jocosas tiras del Escuadrón Retro y La Neta del Planeta el lunes, porque con este último aumento a la gasolina (apenas me di cuenta hoy, jeje), ¿cómo no soltar veneno?
Y es que me acordé de esos bonitos anuncios televisivos en los que el buen gobierno de Calderón afirmaba que "todos los mexicanos somos dueños del petróleo y nos beneficiamos parejo de él”. Al verlos, hasta sentía el peso de un Rolex Mamalón Plus en mi muñeca, snif.
Al rememorar esos simpáticos spots, me vino a la mente la anécdota del padre que hereda en vida al hijo; que va más o menos así:
-La cuenta con 3 millones de pesos es tuya, hijo mío.
-¡Muchas gracias, papá! Con ese dinero voy a viajar alrededor del mundo, voy a comprar una pequeña casa a la orilla del mar, voy a...
En eso, el joven es interrumpido abruptamente por su padre:
-Aaaah, no: ¡ese dinero no lo tocas hasta que yo me muera!
Total que el hijo muere antes que el padre y nunca disfruta "su herencia".
Moraleja: ¿Entonces pá qué vergas lo heredaba el pinche ruco mamón?
Es lo mismo con esa jalada de que "el petróleo es mío". Ni siquiera puedo controlar su precio ni tener una bomba de gasolina en mi casa para llenar el tanque del coche cada que se me hinchen las pelotas. Es más, ¡ni siquiera tengo opción de respirar aire limpio!
Sería un ingenuo al pensar que en verdad tengo opción, pero aquí lo que encabrona no es que no sea nuestro el petróleo, sino que gasten el dinero en echar mentiras tan estúpidas. De perdido con lo de la influenza le echaron más ganitas y hasta las tienditas de la esquina hicieron su agosto vendiendo tapabocas y gel antibacterial a los pend... precavidos.
Señores del gobierno y hombres detrás de la cortina: yo sí cumplo mi palabra. Aquí tengo un enorme yacimiento de petróleo blanco con dos bombotas. Es todo suyo. ¡Mámense!
Y es que me acordé de esos bonitos anuncios televisivos en los que el buen gobierno de Calderón afirmaba que "todos los mexicanos somos dueños del petróleo y nos beneficiamos parejo de él”. Al verlos, hasta sentía el peso de un Rolex Mamalón Plus en mi muñeca, snif.
Al rememorar esos simpáticos spots, me vino a la mente la anécdota del padre que hereda en vida al hijo; que va más o menos así:
-La cuenta con 3 millones de pesos es tuya, hijo mío.
-¡Muchas gracias, papá! Con ese dinero voy a viajar alrededor del mundo, voy a comprar una pequeña casa a la orilla del mar, voy a...
En eso, el joven es interrumpido abruptamente por su padre:
-Aaaah, no: ¡ese dinero no lo tocas hasta que yo me muera!
Total que el hijo muere antes que el padre y nunca disfruta "su herencia".
Moraleja: ¿Entonces pá qué vergas lo heredaba el pinche ruco mamón?
Es lo mismo con esa jalada de que "el petróleo es mío". Ni siquiera puedo controlar su precio ni tener una bomba de gasolina en mi casa para llenar el tanque del coche cada que se me hinchen las pelotas. Es más, ¡ni siquiera tengo opción de respirar aire limpio!
Sería un ingenuo al pensar que en verdad tengo opción, pero aquí lo que encabrona no es que no sea nuestro el petróleo, sino que gasten el dinero en echar mentiras tan estúpidas. De perdido con lo de la influenza le echaron más ganitas y hasta las tienditas de la esquina hicieron su agosto vendiendo tapabocas y gel antibacterial a los pend... precavidos.
Señores del gobierno y hombres detrás de la cortina: yo sí cumplo mi palabra. Aquí tengo un enorme yacimiento de petróleo blanco con dos bombotas. Es todo suyo. ¡Mámense!