miércoles, enero 26, 2011

Opiniones en cartones

¿Han leído los comunicados de los supuestos secuestradores del Jefe Diego? Si no lo han hecho, aquí están.


No sé si sea verdad o todo esto del secuestro sea un teatrito montado, pero creo que me preocuparía más si todo fuera verdad. ¿Por qué? Ora verán:

Al leer los comunicados, uno nota que quienes los redactaron son personas cultas, con conocimientos ortográficos, gramaticales, literarios, históricos y hasta filosóficos; que son propios al expresarse, que manejan un vocabulario amplio, que hablan de causas justas, sueños revolucionarios, ideales nobles, libertad, que respetan la vida y buscan cambios benéficos para todos.

Y eso es precisamente lo que me preocupa, pues me pone a pensar que este viejo cabrón del Jefe Diego, aparte de que tiene todo el poder político, económico y empresarial, todavía tiene la pinche suerte de que le toquen secuestradores bien a toda madre y hasta cultos. O sea, no conforme con todos los privilegios de los que goza este barbón, todavía lo vienen a plagiar personas razonables con una "noble causa".

No mamen… Hasta en eso nos joden los poderosos. Déjenos algo bueno, ¿no? Ya ni la chingan.

Ah, y pasando a otra cosa, falleció el Obispo y defensor de los derechos de los pueblos indígenas, Samuel Ruiz, un personaje tan importante y tan querido como el ex presidente Vicente Fox, con quien tuvo muchas similitudes.


martes, enero 25, 2011

Pensamientos mientras espero el autobús


¿Por qué las personas agradecen a Dios cuando les sucede algo que consideran positivo?

Si consiguen un trabajo, si conservan ese trabajo, si superan una enfermedad, si sacan buena nota en un examen, si tienen éxito, si tienen hijos sanos, si tienen la posibilidad de salir de viaje o de comprarse un coche nuevo, le dan las gracias a Dios.

Ah, pero que no cometan un error, porque ahí sí le echan la culpa a su condición humana.

“Soy humano, cometo errores”, “todo el mundo se equivoca”, “ni pedo, la cagué”, “de los errores se aprende”, “no nacemos sabiendo ser padres”, “no soy perfecto” y demás lloriqueos que obstruyen el camino hacía la sobrehumanidad y nos hunden en acciones cada vez más imperfectas.

¿No podría ser al revés... o igual? Tus virtudes son tuyas, al igual que tus fallas; pero las fallas pueden evitarse, las virtudes no. Pendejo es quien evita las virtudes teniéndolas. Por eso mucha gente odia al que razona las cosas dos veces para no equivocarse; por eso tachan de frívolos e insensible a quienes prefieren pensar.

Por eso la humanidad está tan devaluada. No creemos en nuestra capacidad creativa ni en nuestra inteligencia ni en nuestras virtudes. Ponemos siempre a la razón por debajo del instinto, de las emociones chantajistas y del pensamiento mágico, y a los sentimientos por debajo de la razón las pocas veces que debiéramos ser compasivos. Hasta para eso somos convenencieros e hipócritas.

Creemos que todo lo bueno nos llega del cielo y lo malo lo traemos cargando desde que nacemos. Por eso la ignorancia y la barbarie no pasan de moda. Por eso son tiempos como estos.

lunes, enero 24, 2011

Compra, tira y vuelve a comprar

Aquí les dejo uno de los mejores documentales que he visto en mi vida. Habla sobre el motor secreto de las sociedades de consumo: acortar la vida de los productos para aumentar sus ventas.

Espero comprendan por qué los gringos odian tanto a los supuestos “países comunistas” (osea, los que no despilfarran sus recursos); espero que no crean ese mito de que “para hacer crecer las economías, hay que comprar”; y que, al menos, piensen dos veces antes de comprar las cosas que compran, preguntándose: “¿Realmente lo necesito?”, y no: "Lo compro porque puedo".

Ah, y también a ver si ya bajan del pedestal mediático y tecnológico a ese viejo loco de conductas compulsivas contagiosas llamado Steve Jobs, que no hace otra cosa más que andar ideando aparatitos inservibles y extremadamente caros para verles la cara de mensos a unos cuantos incautos, sin mencionar el terrible daño ecológico que le han provocado a los países de tercer mundo él y sus amiguitos nerds, que navegan con bandera de "genios que hacen la vida más práctica". ¿Será?

Ojalá lo disfruten tanto como yo.


viernes, enero 21, 2011

Capulina me bajó a mi vieja

Hubo una etapa en mi vida -como de los 8 a los 10 años- que quise ser como Capulina. La neta le tenía mucha envidia a ese pinche gordo ridículo y bigotón. El motivo de mi envidia/admiración: Rosalba Brambila. Ay, ostión... Qué mujer...




¿A poco no? Esa mirada desvalida, ese puchero de congoja, ese peinado a gogo... Creo que fue mi primer amor que no era una caricatura. Siempre fantaseaba con que me convertía en Ricky Ricón de carne y hueso y la contrataba de mucama en mi mansión y que luego inventaba un rayo secreto que en las noches me convertía en adulto y bajaba a su cuarto y ella no sabía que era yo, sino otro, y la seducía para que me hiciera piojito y me soplara en la oreja y... bbbrrrrr... y ya en la mañana, otra vez me convertía en niño y me comía el desayuno que me preparaba y seguía enamorado de ella en secreto y ella no sabía que en verdad era yo el que la seducía en las noches.

Sí, estaba bien enfermo de morrillo. Pero es que los primeros amores platónicos son tan bellos ellos, snif.

jueves, enero 20, 2011

Pues con la novedad de que agarraron al agresor del fútbolista Cabañas, el tal "JJ". Estoy bien decepcionado, pues yo pensé que "El JJ" era otra persona, snif.

miércoles, enero 19, 2011

El vendedor de manzanas

Ayer por la tarde vino al negocio de cajas un cabrón que vendía manzanas cubiertas de chocolate. ¿Manzanas cubiertas de chocolate? ¿Qué hombre que se jacte de ser bien hombre anda vendiendo manzanitas con chocolate? “Aaaay, aaay, lleve la manzanaaa, llévela, llévelaaa, tiene chocolatito encimaaa bien ricooo, aaayyy, me duelen las nalgaaas”… ¡No mamen! Me veo más hombre yo vendiendo bolsitas de Blanca Nieves y de Winnie Pooh que este vato de las manzanas; pero bueno…

El caso fue que llegó este cabrón al negocio y me “frikió” todo. Lo que me aterró no fue que vendiera la fruta cubierta de dulce ensartada en un palo, sino los métodos macabros que empleaba para concretar sus ventas. Si antes odiaba con odio jarocho a los vendedores, gracias a este hijo de su manzanera madre los odio aún más. ¡Los aborrezco!

Ora verán por qué, no crean que mi odio es sin fundamentos. Resulta que el güey llegó, abrió la puerta del negocio, entró muy pinche sonriente y me dijo:

-Hola, amigo, mire: vengo a invitarle una deliciosa manzana con chocolate –y me extendió la mano con su producto, en un ademán que me pareció delicado y elegante.

Yo, pendejamente, al escuchar “vengo a invitarle”, pensé: “Qué a toda madre: ¡son gratis!”, y de volada agarré la manzana y le di las gracias. Peeero, el muy cabrón me respondió:

-Estas manzanas valen 50 pesos, amigo; pero yo le pongo la mitad. Usted nomás me va a dar la cantidad de 25 pesitos.

¡¡¡Mira qué verga salió!!! “Vengo a invitarle”... sí, cómo no... ¿Cómo pude ser tan menso para caer en su trampa?

Confieso que me quedé todo trabado, sin saber qué hacer, como cuando al chavito del 8 le da la garrotera. Con manzana en mano tardé en asimilar en qué momento me había arrinconado y chingado este güey. Después de como un minuto de silencio incómodo, le dije, devolviéndole la manzana:

-No, muchas gracias, amigo: yo no como de éstas.

-¿Entonces por qué me la aceptó, amigo?

-Porque dijiste que “me la invitabas”… pensé que eras de alguna campaña para niños hambrientos y me viste cara de niño hambriento.

Se rió como si mi chiste hubiera estado bien chingón.

-Si usted no come de estas manzanas, llévesela a su mamá, o a su esposa, o a su hija, o a su abuela, o a alguna amiga… no falta a quien sí le gusten. ¿A poco no se ven deliciosas? –me dijo mirándola con orgullo.

Saqué del cajón 25 pesos y se los di no muy contento. Ya me había chingado, ya qué. El vato me devolvió la manzana, me dio la mano, me la sacudió con fuerza y se fue con la misma sonrisota que había entrado.

No me he comido la manzana nomás por puro pinche orgullo, snif.

lunes, enero 17, 2011

Lunes optimista

Hoy me levanté de muy buen humor (sí, yo me levanto a las pinches seis y media de la tarde, ¿cuál es el pedo?) y decidí hacer una caricatura esperanzadora de lo que sucede en nuestro México. Ahí les va:

martes, enero 11, 2011

La señora Nalgona

Así se llama el escrito extra que hice para la segunda edición de Diarios del Fin del Mundo. Algunos lectores me han pedido que suba un fragmento. Aquí está:

El Gordo pasó por mí a las siete de la noche para ir a espiar a la señora Carmona. La señora Teresa Carmona de Vargas vive a tres casas de mi casa, pero en la banqueta de enfrente. Ése es su verdadero nombre, pero en el barrio todos la conocemos como “La Señora Nalgona de Vergas”.

Teníamos ya rato de no balconearla porque la última vez su esposo casi nos descubre. No nos dimos cuenta que había llegado más temprano que de costumbre, y de seguro escuchó nuestros murmullos en el pasillo que da a la ventana de su cuarto. Corrimos todos espantados y brincamos por la barda que da al monte cuando gritó: “¡¿Quién chingados anda ahí?!”. Mi amigo el Chompi cayó sobre un block quebrado y se torció un pie. Al siguiente día se le hinchó bien feo y se le puso morado. Tuvo que decirle a sus papás que se había lastimado jugando fútbol, pero el Chompi está tan güey que ni jugar al fútbol sabe.

Esa noche el Chompi no pudo acompañarnos porque había reprobado dos materias y su papá lo tenía castigado. El Gordo y yo entramos como si nada por la cochera de la señora Nalgona. Sabíamos que su esposo andaba de viaje. Recorrimos el pasillo que rodea la casa y llegamos al patio donde está la ventana de su habitación. Y ahí estaba doña Tere acostada en la cama, viendo tele, pero tapada hasta arriba con las sábanas. ¡Qué mala suerte!

“Tu mamá es bien amiga de doña Tere, güey”, me dijo el Gordo. “Ve a tu casa y márcale por teléfono”. “¿Y qué le voy a decir?”, le pregunté. “No seas pendejo: marcas y cuelgas; para que se pare y poder verle las nalgas”. Me cae que al Gordo siempre se le ocurren las mejores ideas.

Corrí a mi casa lo más rápido que pude. Me gusta tomarme el tiempo en mi cabeza: hice 48 segundos. Un nuevo récord. Mi mamá y mi abuela no se dieron cuenta cuando entré. Estaban viendo la televisión con un rosario entre sus manos, como casi todos los días. Abrí el cajón de la mesita del teléfono, saqué la libretita azul y busqué el nombre de la señora Nalgona. Aparecía como “Tere la vecina de enfrente”, y entre paréntesis, con letra de la abuela, decía: “(la vieja puta)”. Cuando levanté la bocina del teléfono, las manos me temblaron y batallé para marcar los números. Por los nervios no me di cuenta que el teléfono no daba línea, “estaba muerto”, como dicen los adultos.

Volví corriendo con el Gordo, pero se me olvidó tomarme el tiempo para ver si rompía mi nuevo récord. El Gordo seguía asomado por la ventana, rascándose los huevos. Le dije que el teléfono de mi casa no funcionaba. Le pregunté que si le había visto las nalgas a doña Tere y me dijo que no. “¿Entonces por qué te estás agarrando los huevos, pinche cochino?” El Gordo se sacó la mano del pantalón y acercó sus dedos a mi nariz. Pinche Gordo es un ojete. No le pude decir nada ni meterle un chingazo porque si no, la señora Tere nos podía cachar.

En eso, el cielo tronó fuertísimo y se iluminó, como si fuera a haber una tormenta. Doña Tere volteó a la ventana y muy apenas alcanzamos a agacharnos. Se asomó entre las cortinas rojas un buen rato y después se fue. Volvimos a asomarnos con cuidado. La vimos caminando por el cuarto con el teléfono en la mano. Traía puesto un camisón floreado que le tapaba las nalgas a medias. De pronto, volvió a tronar y a encenderse el cielo...

sábado, enero 08, 2011

Shopping culturoso

El año pasado me invitaron -junto a otros moneros y artistas de verdad- a participar en un proyecto editorial de Francisco Haghenbeck y Grupo Santillana. Era un libro sobre "mexicanos no tan famosos", por así decirlo; mexicanos borrados de la historia oficial u olvidados por nuestra memoria.

Todo sucedió un día que me encontraba combatiendo el crimen de la ciudad a ritmo de la "Thrillercumbia" (¿qué?... a mí me gusta combatir a los malosos bailando), cuando "redepente" me llegó un correo con un guión sobre la vida de María Sabina, la shamana de los hongos (no sé de qué me vieron cara), y me dijeron que mi misión era dibujarla en 4 páginas, sin ponerle los textos, nomás mis hermosos dibujitos.

Cumplí mi misión en un día y medio (porque, aparte, me dijeron que urgía)... pasó un año... ¡y que por fin sale el libro!... snif, qué emoción...



Un mexicano en cada hijo te dio está a la venta en los Sanborns, en la Gandhi y en un chingo de librerías más. También en Mercado Libre. Participan en este proyecto muchos colegas y amigos: Bachan, Cucamonga, Cavazos, Pinto, BEF, Betteo, Kabeza, Jasso, Juanele, etcétera.

Ah, y recuerden que también pueden seguir comprando los Diarios del Fin del Mundo por este medio o escribiéndome un mail. Compren muchos muchos muchos libros, para que así pueda dedicarme de tiempo completo a la bohemia culturosa. Compren muchos libros para que ya no tengan que ver fotos tan horrorosas como la de aquí abajo, donde parece que estoy trabajando, peleándome con el contador del negocio, hablando con algún proveedor que aumentó sus precios, con los culeros de la luz que nunca traen el recibo a tiempo o haciendo esas cosas que hace la gente normal, bbbrrrrr. ¡Háganme bohemio!, os lo pido y oslo (Noruega) agradeceré, snif.



(Tan grandote y tan macho y vendiendo bolsitas de Winnie Pooh... ojalá nadie vea esta foto porque no me la voy a acabar...)