Se está acabando enero y me atrevo -atrevido que soy yo- a hacer un pronóstico de todos aquellos ñoños que hicieron propósitos de año nuevo:
De grande, me gustaría tener un negocio como éste de la foto. Como el soñador que soy, siempre he pensado que los crudos necesitan un trato digno y no sólo los dolores de cabeza matutinos y los reproches de sus esposas fodongas por gastarse el dinero que era para el mandado y los zapatos de los niños en chupe, snif.
P.D. Ya están activadas otra vez las fotos de los posts anteriores. Que no cunda el pánico. Saludos.