más aventuras de clase media...

Eran los últimos semestres de la carrera. Sonaba en el radio una canción nueva de Oasis y , a pesar de mi guapura y plática tan interesante, aún no había cogido. La neta, no me preocupaba mucho no haberle sacado brillo a la corneta todavía, me la pasaba chido con la banda y eso de remojar la brocha pasaba a segundo plano, pa´eso estaba la mano. Tenía unos 20 años y manejaba una pinche caribe amarilla bien madreada, pero con clima y rines deportivos. Estudiaba en una escuela privada, hasta la madre de viejas fresas y vatos mamones a la moda. No era raro ver en el estacionamiento a guaruras en BMWs con radios y demás artefactos cuidando a los hijos de algún empresario importonto. Había otro estacionamiento donde estaban los carritos más jodidos, porque a la raza le daba pena estacionarse donde estaban los guarros. Mi raza malora era la neta; nos la pasábamos criticando, viendo nalgas, chupando, taqueando, soñando y también estudiando. Teníamos una amiga de lana que tenía muchas amigas fresas a las cuales simpre veíamos y le decíamos que nos las rolara. Por no decirnos que eramos unos clasemedieritos que dejábamos nuestros carros en el estacionamiento jodido, nos decía que sus amigas eran muy mamonas. Un día, le dije a mi amiga que me presentara a una en particular. La respuesta de mi amiga fue: ¨Esta chava es muuuy interesada, no te conviene¨, por no decirme: ¨Sé realista, traes una garribe¨. Total, nunca me la presento y yo la seguía viendo pasar por los pasillos sin tirarme un pedo. Pasaron los años y la chava interesada se casó con el hipermamón de Roberto Palazuelos. Qué razón tenía mi amiga. Yo era Roberto Por los suelos. Total, ¿qué se pude esperar de una vieja que se ¨enamoró¨ de ese pendejazo???