Primero fue el Escuadrón Recto, copia "pirata" y escatológica de nuestros héroes. Ahora, es esto:
Y hablando de matemáticas... Me acuerdo que en la escuela, cuando empezamos a ver trigonometría, nos pidieron un horrible libro azul marino con rayas horizontales en tono celeste que llevaba por título "Tablas Matemáticas" (pueden googlearlo). Cuando le dije a mi papá que necesitaba dinero para comprar el mentado libro, me dijo que no había necesidad. Abrió un cajón del librero de su cuarto y lo sacó, como si fuera un mago. Me quedé con los ojos cuadrados. "Mi tío Arquímedes lo hizo", me dijo mi padre irradiando orgullo. “En todas las escuelas del país piden su libro”. "¿Tengo un tío qué se llama Arquímedes?", pensé, y luego me cagué de la risa en mi cabeza, jajajaja.
Al día siguiente llegué a la escuela con el libro en mis manos, ni siquiera lo metí en la mochila. Lo primero que hice fue presumirle a mi maestra que el hermano de mi abuelito había escrito ese libro. Antes de empezar con la clase, la maestra aprovechó para dar la noticia en el salón, para inflarme -creo yo- un poquito el ego. Pero como que a mis compañeritos no les hizo mucha gracia que yo tuviera un tío abuelo que se dedicara a complicarles la vida a los estudiantes con numeritos, triangulitos, ángulos, mediciones, operaciones y demás mamadas.
Como podrán deducir, no fui muy popular en aquella época de mi vida, snif. Pero si algo aprendí -aparte de trigonometría- es que no hay que ser presumidos cuando haya gente famosa en nuestra familia, a menos que sean famosos porque salen en la televisión.
Les deseo un buen fin de semana, y que en todo lo que realicen encuentren la hipotenusa de su vida.
Y hablando de matemáticas... Me acuerdo que en la escuela, cuando empezamos a ver trigonometría, nos pidieron un horrible libro azul marino con rayas horizontales en tono celeste que llevaba por título "Tablas Matemáticas" (pueden googlearlo). Cuando le dije a mi papá que necesitaba dinero para comprar el mentado libro, me dijo que no había necesidad. Abrió un cajón del librero de su cuarto y lo sacó, como si fuera un mago. Me quedé con los ojos cuadrados. "Mi tío Arquímedes lo hizo", me dijo mi padre irradiando orgullo. “En todas las escuelas del país piden su libro”. "¿Tengo un tío qué se llama Arquímedes?", pensé, y luego me cagué de la risa en mi cabeza, jajajaja.
Al día siguiente llegué a la escuela con el libro en mis manos, ni siquiera lo metí en la mochila. Lo primero que hice fue presumirle a mi maestra que el hermano de mi abuelito había escrito ese libro. Antes de empezar con la clase, la maestra aprovechó para dar la noticia en el salón, para inflarme -creo yo- un poquito el ego. Pero como que a mis compañeritos no les hizo mucha gracia que yo tuviera un tío abuelo que se dedicara a complicarles la vida a los estudiantes con numeritos, triangulitos, ángulos, mediciones, operaciones y demás mamadas.
Como podrán deducir, no fui muy popular en aquella época de mi vida, snif. Pero si algo aprendí -aparte de trigonometría- es que no hay que ser presumidos cuando haya gente famosa en nuestra familia, a menos que sean famosos porque salen en la televisión.
Les deseo un buen fin de semana, y que en todo lo que realicen encuentren la hipotenusa de su vida.