lunes, marzo 17, 2008

Los trenes que sueño


Hace dos meses que regresé del viaje de la foto, y cada semana, desde que volví, tengo sueños relacionados con trenes.

En uno, estoy acostado en medio de las vías, inmóvil, con los brazos cruzados sobre el pecho. El tren me pasa por encima; no puedo ni respirar porque cualquier movimiento haría que mi cuerpo rozara con los fierros y metales del convoy, causando mi desmembramiento. Hasta ahorita, en todos los sueños, he salido ileso.

En otro, los vagones del tren pasan rajamadre (muy rápido) frente a mí, y yo tengo que brincar a uno antes de que terminen de pasar, porque si no, me quedo solo en medio de un desierto, sentado en el terraplén, esperando a que pase otro tren que nunca pasa. Hasta ahorita no he logrado subirme: me da miedo porque va muy rápido (rajamadre). En el tren va gente que conozco y quiero, pero nomás me dicen adiós: nadie me echa porras ni me alenta a armarme de valor para subirme. Como que les vale madre si me subo o no.

Los demás sueños que tengo no tienen importancia; son de esos que uno sueña hasta despierto y aún no se logran.