otras 3 cosas que no sabían de mí...

1.- En la primaria me daba vergüenza pedir permiso para ir al baño, por lo tanto, siempre me aguantaba las ganas y mi vejiga se inflaba como la de un albañil en quincena. Hasta que un día, no me aguanté y que me orino todo a la chingada. No me quería parar del pupitre pa´que no se dieran cuenta de que estaba todo pipiado, pero una pinche güerca mounstra que se sentaba a mi lado, de esas gigantonas y gordotas que son bien mal pedo, empiezó a decirme: "Eeeeh, se hizo pipí, ¡giuuuu!!! se hizo pipí como bebé, guákalaaa". Y yo, con la pinche vocecilla entrecortada: "Es aguaaa... es aguaaa..." Y que me pongo a chillar. Juarjuarjuar. Pinche gordinflas: chinga tu madre donde quiera que estés.

2.- Fui muy famosos de chiquillo(dentro de mi familia, claro está) por mi frase "toró popó", que, traducida al idioma humano, significa: "Se me atoró la popó". Pa´todo decía "toró popó, toró popó"; vivía tapado del fundillo y siempre batallé pa´defecar; razón por la cual mis papis optaron por retacarme de supositorios el yo yo. Gracias a Dios y a mi excesiva virilidad, no se me hizo vicio y ahora zurro tres veces al día, debido a lo güanga que me dejaron la colita con tanto medicamento rectal.

3.- Me daba pena todo lo que tuviera que ver con salir en público. Me cagaban las pastorelas por que siempre querían que yo fuera el San José debido a mi galanura; pero yo, humilde como siempre, prefería ser un simple pastorcillo y cederle el lugar a un niño menos agraciado que yo, ocasionando la furia de mi madre, tías y abuelas por haber rechazado el protagónico. También me cagaba salir en la escolta. Recuerdo el rollo que me echaba el director acerca de "el gran patriotismo, privilegio y honor de ser el abanderado"; pero no me convencía ni tantito su discurso nacionalista y, de haber tenido más huevitos, le habría dicho al dire de la escuela un sonoro ¡ay, no mame, pinche ruco!!!

Ya fue mucho, ahí se ven.