Vine a buscar al Filósofo de Cantina. Lo encontré sentado en la mesa de siempre, con la silla de espaldas a la puerta principal, mirando hacia una enorme pantalla de plasma: la nueva adquisición del Zacatecas, supongo. Tenía a un lado una botella de cerveza que sudaba y encharcaba una servilleta doblada por la mitad.
Me acerqué por un costado, tratando de no hacer ruido, para sorprenderlo. Le palmeé el hombro con la mano izquierda y le extendí la derecha para saludarlo. El Filósofo pegó un brinco y después miró hacia arriba, para ver quién era. Soltó una carcajada al reconocerme. Sacudió mi mano, se puso de pie y me abrazó con fuerza: como lo hacen los viejos amigos.
-Qué bueno que llegaste: no soportaba seguir fingiendo que me interesa ver deportes en la televisión –me dijo con una sonrisa que contrastó en su rostro siempre serio.
El Filósofo de Cantina jaló una silla para que me sentara. A falta de opciones cerveceras, pedí una Superior, que vino acompañada de un plato con higaditos deshidratados y pico de gallo. Alcé la cerveza y la choqué con la del Filósofo.
-¿Qué descubriste? –me preguntó antes de dar el trago que sigue siempre a un brindis.
Preguntas tan concretas siempre tienen algo de abstracto. O tal vez es al revés: preguntas tan abstractas buscan siempre respuestas concretas.
Le platiqué -con el lujo de detalles que mi memoria me permitió- todo lo que hice durante el año que no lo vi. Le conté lo que había aprendido, lo que seguía buscando y lo que no había logrado; los lugares que visité y las personas que conocí. Le describí la sensación que no deja de perseguirme; ésa de no hallarme en ningún sitio, o de hallarme por momentos y después querer salir huyendo –harto- hacia otra parte.
Quizás el Filósofo de Cantina percibió que intenté disimular el tono quebradizo de mi voz al pronunciar estas últimas palabras, pues me interrumpió diciendo:
-No es algo que deba incomodarte. ¿Acaso no dicen los más sabios -y los más estúpidos lo repiten- que la vida es un viaje y no un destino? Si un estúpido repite como cotorro lo que dice un sabio, es que está haciendo todo lo contrario a lo que el sabio dice. Recuerda que el estúpido repite, el sabio dice y el más sabio actúa. La mayoría busca el destino. El bunker donde se sientan protegidos. A veces ni buscan: se quedan donde están porque prefieren la seguridad que da el tedio de la rutina. Pero predican lo contrario. Haz de la búsqueda tu rutina. Siempre será una práctica más amable, creo yo; más llevadera, pues lo inesperado será tu rutina. Benditos los que no encajan en ninguna parte, pues su búsqueda será eterna. Pero creo que todo lugar que te dé respuestas, es tu sitio. Las respuestas nunca terminan. Están siempre en el aire. Incluso hay preguntas que ni siquiera se han inventado aún para recibir tales respuestas, que se asimilan sólo con los sentidos que la mayoría ignora tener; y que, a final de cuentas, están en lo más profundo de uno.
El Filósofo de Cantina dio un trago a su cerveza, sin quitarme los ojos de encima, y me dijo:
-Me ha dado mucho gusto verte.
Regresé a casa un par de horas después. Me senté en la banqueta a contemplar la silueta de las montañas, pensando hacia dónde me llevará mi siguiente "viaje interior"; por no decir: "hacia dónde me llevará el hartazgo de no hallarme en ningún lugar".
15 comentarios:
Pues da gusto estar de acuerdo con el Filósofo de Cantina. Sin embargo, hay veces que tienes que seguir buscando sin necesariamente moverte físicamente. Es más como un "buscar el modo"...
vi tú blog en hazmeelchingadofavor.com en un comentario que pegaron del 2010 creo y dije es el guffo, saludos desde monterrey mi buen. el escrito del 24 de octubre excelente. Victor, Pinokio para que te acuerdes. Saludos.
Que bueno que regresaste loco, luego te mando un correo pa' ver si hechamos un cafe. Platicamos.
que a todo dar pasartela en un bar hechando chela......... ese filosofo es un fraude..... o el tipìco pacheco con sus discursitos mamertos que te quieren enseñar la verdad.......... mamadas queeeee
Apenas empezamos a hablar cuando somos niños, lo primero que hacemos es empezar a hacer preguntas, tales como: "¿por qué el cielo es azul?", "¿de qué están hechas las estrellas?", "¿quién le dio clases de canto a los pájaros?". Y hasta a la mejor respuesta que nos puedan dar, siempre salíamos con otra pregunta: "¿y por qué?". Nuestra curiosidad es innata, como si supiéramos que necesitamos conocer, aprender, comprender.
Y no solo los niños hacen preguntas, sino que conforme vamos creciendo continuamos igual, sólo que ahora nuestras preguntas son un poco más elevadas: "¿para qué hemos venido al mundo? ¿Es esto todo lo que hay? ¿Existe Dios? ¿Cómo es?".
Es bueno preguntar. Lo malo es cuando, cansados de no encontrar respuestas satisfactorias y que tengan sentido, dejamos de hacer preguntas, y es entonces cuando caemos en la apatía y un desánimo mortal.
Me gustó esto que dijo el filósofo de la cantina: "Creo que todo lugar que te dé respuestas, es tu sitio."
Guffo, tú sigue buscando, porque el más grande Maestro que ha existido nos dijo: "sigan buscando y hallarán".
Un fuerte abrazo.
Sr. Caballero usted acaba de escribir en su blog un párrafo que realmente es MEMORABLE... (y cito)
¿Acaso no dicen los más sabios -y los más estúpidos lo repiten- que la vida es un viaje y no un destino? Si un estúpido repite como cotorro lo que dice un sabio, es que está haciendo todo lo contrario a lo que el sabio dice. Recuerda que el estúpido repite, el sabio dice y el más sabio actúa.
El filósofo es el mismo Gustavo.
no se alucinen con los discursitos del filosofo pacheco ese, quien escucha a un marihuano que se la vive en un bar hechando chela....
Estimado Guffo, Joel Bd tiene razon, has escrito un parrafo que es realmente memorable. Comprendo la incertidumbre que se siente en el alma cuando no te encuentras a gusto en ningun lugar, y sabes si vas de ida, vuelta o ya llegaste. Yo tambien me hago las mismas preguntas, pero nomas que no lo escribo tan padre :)... Esperando encuentres lo mejor de ti mismo y te encuentres con tu verdad, te envio un abrazo desde la tierra que atrapo al sol... :)
Muchas gracias por sus comentarios.
Entiendo perfecto como te sientes Guffo, tengo la misma sensación que tu, aún cuando cambié todo lo que tenía esperando encontrarme, tal vez conmigo mismo, tal vez con un destino bien pintado, pero no lo he encontrado, o quizá si pero soy demasiado miope para verlo o demasiado tonto para entenderlo o simplemente no es lo que yo esperaba encontrar. Las palabras del filosofo de cantina van más allá de la persona que las dice, por que caen justo en donde tienen que caer. Yo aún no he decidido que sigue, dejaré que las cosas sucedan, creo.
Un abrazo desde Cancún.
Y usted Joel, ¿Por qué lo repitio?
Ya extrañabamos esos relatos del filosofo de cantina.
En hora buena y bienvenido Mr. Guffo.
slds.
Peter
Ya extrañabamos esas narraciones que involucraban al filosofo de cantina, en hora buena y bienvenidi Mr. Guffo.
slds.
Peter
Me he topado con muchos que detestan a Jodorowsky. No sé por qué. No soy su fan, pero caray, tanto como para odiarlo...
No digo que sea tu caso. Sólo es algo que recordé.
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