Ayn Rand, filósofa estadounidense de origen ruso, alguna vez dijo:
“Observa el dinero, pues es el barómetro de las virtudes de una sociedad. Cuando veas que el comercio se hace, no por consentimiento de las partes, sino por coerción; cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos, sino por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando repares en que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en autosacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada”.
No es berrinche ni desplante antipatriótico las ganas que muchos tenemos de vivir en otro país. No es "haber perdido la fe" o "no tener esperanza". Es simplemente lo citado ahí arriba. Mejor no lo puedo explicar.
“Observa el dinero, pues es el barómetro de las virtudes de una sociedad. Cuando veas que el comercio se hace, no por consentimiento de las partes, sino por coerción; cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no te protegen contra ellos, sino por el contrario, son ellos los que están protegidos contra ti; cuando repares en que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en autosacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada”.
No es berrinche ni desplante antipatriótico las ganas que muchos tenemos de vivir en otro país. No es "haber perdido la fe" o "no tener esperanza". Es simplemente lo citado ahí arriba. Mejor no lo puedo explicar.