Hoy tampoco me libré de las viejas locas. Es como si su nave nodriza acabara de aterrizar justo en donde vivo. No me tocó en el negocio, pero sí a la hora de ir al banco.
La mujer tenía detenida la fila de clientes porque había ido a cambiar unos dólares y la muy mamona no quería traer "tantos billetes". Pá los pinches 500 dólares pedorros que cambió y todavía se pone sus moños. Es como los cagaleros que llegan al negocio de cajas y no quieren que les dé feria en "moneditas". Como si no fuera dinero. Aparte, las moneditas ayudan a que uno se vea más riatón de lo que está. Inténtenlo y verán.
Bueno, total que la ñora hizo que la cajera -la única que había- hablara a tres sucursales del banco para ver si ahí tenían billetes de a 100, porque los de 50 y 20 "le hacían mucho bulto y ahorita las cosas están muy feas", decía refiriéndose a la inseguridad; como si "los malitos" tuvieran visión de rayos láser y vieran a través de las bolsas de las viejas necias cuánto dinero traen, y, si traen muchos billetes, sí las asaltan, y si no, no.
La cajera, harta, reaccionó, y se puso al nivel de la vieja loca diciéndole: "Los billetes de 100 son mucho más llamativos, señora; aparte nos han tocado algunos casos de billetes falsos de esa denominación. ¿No prefiere mejor que le dé 10 billetes de 50?".
Y la vieja loca aceptó.
Me quedé con ganas de salir corriendo detrás de ella, gritando como enfermo y arrebatarle la bolsa -en broma-, para sacarle un buen pedo y ver si así se deja de mamadas a futuro.
La mujer tenía detenida la fila de clientes porque había ido a cambiar unos dólares y la muy mamona no quería traer "tantos billetes". Pá los pinches 500 dólares pedorros que cambió y todavía se pone sus moños. Es como los cagaleros que llegan al negocio de cajas y no quieren que les dé feria en "moneditas". Como si no fuera dinero. Aparte, las moneditas ayudan a que uno se vea más riatón de lo que está. Inténtenlo y verán.
Bueno, total que la ñora hizo que la cajera -la única que había- hablara a tres sucursales del banco para ver si ahí tenían billetes de a 100, porque los de 50 y 20 "le hacían mucho bulto y ahorita las cosas están muy feas", decía refiriéndose a la inseguridad; como si "los malitos" tuvieran visión de rayos láser y vieran a través de las bolsas de las viejas necias cuánto dinero traen, y, si traen muchos billetes, sí las asaltan, y si no, no.
La cajera, harta, reaccionó, y se puso al nivel de la vieja loca diciéndole: "Los billetes de 100 son mucho más llamativos, señora; aparte nos han tocado algunos casos de billetes falsos de esa denominación. ¿No prefiere mejor que le dé 10 billetes de 50?".
Y la vieja loca aceptó.
Me quedé con ganas de salir corriendo detrás de ella, gritando como enfermo y arrebatarle la bolsa -en broma-, para sacarle un buen pedo y ver si así se deja de mamadas a futuro.