lunes, mayo 31, 2010

Surfin´USA


Aceptar nuestros errores a veces no es suficiente. Tampoco lo es el dinero cuando de pagar daños irreversibles se trata.

En México insisten en explotar aguas profundas. Si lo hacen, nuestro país seguirá siendo pobre, pero con el peligro latente de una catástrofe ambiental. No aprenden de errores ajenos. Dicen que el hecho de que “alguien se haya caído de la bicicleta no es motivo para no subirnos en una”.

Les aviso que aquí nadie se cayó de una bicicleta. Aquí está en juego la vida. Y si la vida no es motivo suficiente para optar por energías más limpias, entonces véanlo con ojos de signos de pesos: con este derrame de crudo peligra el sector energético, el turístico, el restaurantero, el de pesca de atún, camarón, sardina, pulpo y toda la gente que de eso dependen.

¿Quién juzga a las naciones poderosas cuando justifican sus guerras o aceptan sus errores de magnitudes catastróficas? ¿Quién se encarga de sancionarlas?

¿Bastará con un “estamos preparados para lo peor” y un “pagaremos todos los daños”?

Vamos a ver qué dice el planeta. Por lo pronto, es momento de ponerse a temblar, no a rezar.