martes, mayo 12, 2015

Fragilidad

El hombre tiende a destruirlo todo. A veces lo hace por accidente. Otras, por atrabancado. Pero casi siempre por ignorante o porque siente un placer enfermizo al hacerlo. Lo curioso es que en la fragilidad de lo que destruye nunca ve reflejada la propia.  

Por eso, donde veas que ha permanecido lo endeble, ¡alégrate!: es señal de que el hombre no ha pisado aún ese lugar. O, quizá, hay mejores noticias: llegó, pero era un hombre nuevo, que podía comprender lo frágil de su existencia con tan sólo mirar el entorno.

Caminando por una playa nos encontramos varios cangrejos ermitaños. Éste fue el que más llamó nuestra atención por el color de su concha: un lila radiante, con puntos de color gris y blanco. 
Si hubieran llegado hombres atrabancados, ignorantes o con cierto placer enfermizo por la destrucción, supongo que no nos hubiéramos topado con estos crustáceos. Posiblemente los hubieran pisado sin darse cuenta o se los hubieran llevado para tenerlos como mascotas o venderlos como joyas exóticas con patas.

Quiero pensar que estas playas han sido visitadas por más hombres; hombres que han visto la cantidad de cangrejos ermitaños que nosotros hemos visto, y que, como nosotros, pudieron ver su propia fragilidad reflejada en sus conchas. 

¿Qué quieren que haga? Por más que digo que pierdo la fe en la humanidad a cada rato, hay algo que siempre me hace recobrarla. Hoy fue este pequeño cangrejo ermitaño en esta playa desierta. 

6 comentarios:

Adan R. dijo...

Hace unos días vi una frase que me llamó la atención, creo que se relaciona con ello:

"El hombre es la especie más insensata: venera un Dios invisible y masacra una naturaleza visible, sin saber que esa naturaleza que él masacra es ese Dios invisible que él venera" (Hubert Reeves)

Anónimo dijo...

Esta muy bonito el cangrejo.

El Pensador Mexicano dijo...

A veces los detalles más pequeños opacan a las grandes porquerías que nos hacen odiar al mundo.


Saludos Enfermos.

Guffo Caballero dijo...

Adan: Chingona frase. No la conocía. Creo que es lo más sabio y contundente que he leído en años. Gracias por compartirla. Un abrazo.

Anónimo: Muuuuuuy bonito.

Daniel: Eso es lo chingón de lo que pareciera insignificante. Saludos.

Anónimo dijo...

Ese pequeño cangrejo te devuelve un poco de fe en la humanidad. Tú nos compartes esa fe y se multiplica.

Guapo Guffo

Anónimo dijo...

Excelente post Guffo, saludos desde Jalisco