miércoles, septiembre 12, 2012

Cuando tenía poderes

De niño tenía la manía de aprenderme todo de memoria. El problema era que casi toda la información que guardaba en mi cabeza no servía para otra cosa que no fuera apantallar incautos o salir bien en algunas pruebas de la escuela. O, ¿para qué otras cosas pude servir la información inútil si no es para eso? 

Recuerdo que llegué a aprenderme las capitales, idiomas y monedas de casi todo el mundo –con excepción de algunos países del centro de África- y recitaba en orden numérico la tabla periódica de los elementos. También me sabía el día, el mes y el año en que iniciaban y concluían los horóscopos occidentales y chinos; y, aparte -agárrense porque éste es un dato medio “freaky”-, me aprendía los cumpleaños de tíos, tías, primos, primas, abuelos y abuelas que ni siquiera eran de mi familia. Sí, así estaba yo de pinche dañado.

Me gustaba tener esta habilidad, pues, como les dije antes, apantallaba a gente de todas las edades. Muchas personas eran tan tarugas que incluso llegaban a creer que yo “tenía superpoderes” o era “un niño especial”; y eso me gustaba, pues todo niño sueña con tener un superpoder. Aunque yo hubiera preferido volar, snif.

Mi superpoder consistía en, por ejemplo: si determinado día un amigo del barrio me decía que no podría salir a jugar porque iría al cumpleaños de su abuela materna, retenía esa fecha en mi cabeza y, al año siguiente, le decía a mi amigo: “Ah, hoy cumple años tu abuelita Conchita, ¿verdad? Es Capricornio y es víbora en el zodiaco chino”. O si un amigo no me invitaba a su casa a jugar porque iría al cumpleaños de alguno de sus primos, el próximo año se lo recordaba: “Ah, hoy cumple 12 años tu primo Toño, ¿no?. Es Aries y chango en el horóscopo chino”. Obviamente mis amigos se sacaba todos de onda y se me quedaban viendo bien raro y me preguntaban que cómo chingados sabía cosas que ni siquiera ellos sabían. Yo, magnánimo, les respondía: “Pues es que yo lo sé todo... tengo poderes”, y me retiraba envuelto en un halo de misterio... ¡Ahijuelachingada!, qué miedo... Neta que ahora me doy cuenta que, de haber seguido con mis ondas de memorizarlo todo, podría haber hecho una carrera exitosa en charlatanería, jejeje. Pero bueno, me decidí por otro camino, snif. 

También me acuerdo que otras veces, frente a invitados, mi padre –enciclopedia en mano- me señalaba en un mapamundi un país al azar y yo le decía qué país era, cuál era su capital, qué idioma se hablaba, qué moneda usaban y a cuánto estaba en contra del dólar. ¡Nah!, no es cierto; eso del dólar es mamada, jejeje, pero todo lo demás sí es cierto. También los invitados me decían su fecha de nacimiento y yo les decía sus signos zodiacales. Y, pues, como les decía más arriba: la gente se asombraba y a mí eso me hacía gracia y me hacía sentir bien. Las personas no se daban cuenta que si ponían tantita atención en los detalles a los que nadie pone atención, hubieran podido hacer lo mismo que yo. Pero en fin, supongo que no tenían tanto tiempo libre como yo para andarse memorizando pendejadas.

Hasta que llegó el día en que los datos más inútiles que le había metido a mi cabeza rindieron frutos.

Continuará...

9 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja no seas mamila, ahora si me hiciste reir con tu post.........................

César JM dijo...

jajaja muy bueno Guffo.

Deja tú, si le hubieras seguido a la memorizada hubieras salido en el programa Súper Humanos que pasan en el History jeje, el otro día salió un señor que también tenía la habilidad de recordar chingo de fechas, así que si pensabas que estabas solo en este mundo ahora sabes que hay otros chisque... digo, privilegiados como tú o_O

Diana. dijo...

Yo aún sigo siendo buena para memorizar cumpleaños.

Espero la continuación, Guffo.

Saludos.

Alexander Strauffon dijo...

Esa habilidad te habria sido extremadamente util de haberte dedicado a la politica en cualquiera de sus niveles, a Leyes (juez o abogado), y Justicia/Seguridad Publica (la importancia de captar y recordar los minimos detalles... labor de un buen detective)

Ana dijo...

Empezaron a rendir frutos cuando creciste y te empearon a gustar las niñas... a esa hola debieron ser muy útiles jajaja

No, no me preguntes cómo lo supe, tengo superpoderes jajaja

Àngello dijo...

jejejeje, ahora se porque eres como eres...

que onda cuando nos echamos unas maltas???

InDrUiN dijo...

Jajaja... Buenas historias Guffo.

En la primaria recuerdo una anecdota bien mamona:

El profe dice "saquen su libro de sociales que vamos a leer sobre México" y todos en chinga a sacar el libro y encontrar el capitulo.

Luego pregunta "Que pais cabe NoRecuerdoCuantas veces en el continente americano"

Y yo bien seguro grito "México" y todos asi bien asombrados.... jajajaja

El datalle esta en los detalles!

Anónimo dijo...

Que satizfacción para el Brujo Mayor, el que UD. no haya seguido con eso de los superpoderes. saludos muy buena Historia.

Brenda Palafox dijo...

jajaja buenisíma historia. ESo de q te presuman los papás me recordó al mío, quien tenía la obsesión de q sus hijos entraran a los 5 años a la primaria sabiendo leer y escribir, y se esmeró mucho en ello. Cuando fue mi turno de brincarnos el sistema oficial fuimos a la primaria en cuestión y mi pá me puso a leer enfrente de la directora... con el libro de cabeza! p q no hubiera duda jajaja. Pienso q podrias participar en un torneo de datos inutiles, aunque yo apostaría por Luis Sopelana, mira q después de vivir c él tantos años he aprendido muchos datos raros derivados de su memoria prodigiosa jijiji Saludos y como siempre un placer leerte :))