Max Phillipe es el único compañero de clases que viene de un país del que nunca había leído o escuchado hablar: Benín.
La República de Benín, como se le conoce oficialmente, es un pequeño territorio africano francoparlante ubicado entre Togo, Burkina Faso, Níger y Nigeria. Cuando Max mencionó su lugar de origen, lo ubiqué de inmediato en un mapamundi imaginario, pues la primera vez que tuve la oportunidad de estudiar fuera de México –hace 18 años- tuve un compañero de Togo.
Un día al salir de clases y con la intención de practicar mi inglés, me acerqué a Max Phillipe y le pregunté -de la manera más ñoña y forzada- que qué se producía en su país. Max me comentó amablemente que Benín era “más o menos famoso” por producir yuca. Al principio no entendí a lo que se refería, pues Max no sabía la traducción de la palabra al inglés y yo no sabía el significado en francés, por lo que trataba de describirme con señas y pantomimas una palmera con frutos rojos y alargados. Después googleó la palabra en su moderno aparato telefónico, me mostró algunas fotografías y supe a qué se refería. Max también mencionó que en Benín se cultivan granos que se utilizan en la producción de alimento para aves -sorgo y mijo rojo-; pero que, a grandes rasgos, Benín es un país pobre, explotado y olvidado, como casi todos los del continente negro.
Max me cae muy bien. Tiene 34 años y es ingeniero en sistemas computacionales. Vive en Paris desde hace 3 años. Max me cae bien porque acostumbra hacer bromas sobre su color de piel. Es negro como el chapopote, de esos negros que cuando les brilla la frente o los pómulos sueltan destellos azules y no blancos. Cuando algún maestro lo felicita o le dice algún cumplido por su buen desempeño en clase, Max dice, señalándose el rostro: “En caso de que no lo hayan notado: me estoy sonrojando”.
Otro compañero de clases con quien he entablado amistad se llama Vlatko. Es croata y, como Max, es ingeniero en sistemas computacionales. Vino a la escuela de idiomas para prepararse para los exámenes de la universidad. Tiene 27 años y estudiará su segunda carrera. Durante un receso entre clase y clase Vlatko me comentó -cagado de la risa- que había estado preso durante 6 meses en su ciudad natal por cultivar mariguana en el departamento donde vivía; actividad a la que se dedicaba para ganar dinero extra. Cuando le pregunté que cómo le había hecho para conseguir una visa y salir de su país a pesar de tener antecedentes delictivos, me respondió con su típica sonrisa: “With corruption, my friend. Just like in your country”.
Vlatko tiene una novia canadiense. Se conocieron en una playa de Croacia hace un par de años, durante el verano. Vlatko me mostró unas fotos en su laptop. Tanto su novia como las playas de Croacia son hermosas. La intención de Vlatko es casarse o embarazar a su novia para no tener que volver a Croacia a enfrentar la justicia o a pagar otra cantidad de dinero para comprarla.
Recuerdo que una vez, en una clase, nos encargaron leer la novela Saving Private Ryan. Podíamos sacarle copias al ejemplar del maestro, buscarla en alguna de las 100 bibliotecas de la ciudad o comprarla. Al escuchar esto, Vlatko grito: “¡Blagh, yanqui propaganda!”, guardó su termo de café en la mochila, guardó su laptop, salió del salón y no volvió a aparecerse en esa clase.
Vlatko también me cae bien. Se queja casi de todo: así como yo. Le tiene cierta desconfianza a todo lo que provenga de Estados Unidos: así como yo. Por su físico, Vlatko tiene fama de ser el Brad Pitt de la escuela: así comooo… esteeehmmm… ¡snif!
He hecho buenas amistades. Gracias a Max y a Vlatko conocí a dos mexicanos: uno de ellos de mi ciudad natal y el otro de Sonora. El güey de Sonora está chavillo; es de ésos que todavía se la pasa preguntando cómo se dicen las maldiciones en otro idioma. Pero es buena gente.
El viernes fuimos todos a comer al barrio coreano. Es la primera vez en mi vida que pruebo la comida coreana. También probé una cerveza que, a pesar de ser "de las más comerciales" de ese país, sabe mejor que muchas cervezas mexicanas. Hoy en la noche mis nuevos compas me invitaron a un bar cerca de la escuela (no al que está a un lado; a otro). Voy a ir a pesar del clima lluvioso, a ver qué tal.
Han sido dos buenas semanas en Toronto.
La República de Benín, como se le conoce oficialmente, es un pequeño territorio africano francoparlante ubicado entre Togo, Burkina Faso, Níger y Nigeria. Cuando Max mencionó su lugar de origen, lo ubiqué de inmediato en un mapamundi imaginario, pues la primera vez que tuve la oportunidad de estudiar fuera de México –hace 18 años- tuve un compañero de Togo.
Un día al salir de clases y con la intención de practicar mi inglés, me acerqué a Max Phillipe y le pregunté -de la manera más ñoña y forzada- que qué se producía en su país. Max me comentó amablemente que Benín era “más o menos famoso” por producir yuca. Al principio no entendí a lo que se refería, pues Max no sabía la traducción de la palabra al inglés y yo no sabía el significado en francés, por lo que trataba de describirme con señas y pantomimas una palmera con frutos rojos y alargados. Después googleó la palabra en su moderno aparato telefónico, me mostró algunas fotografías y supe a qué se refería. Max también mencionó que en Benín se cultivan granos que se utilizan en la producción de alimento para aves -sorgo y mijo rojo-; pero que, a grandes rasgos, Benín es un país pobre, explotado y olvidado, como casi todos los del continente negro.
Max me cae muy bien. Tiene 34 años y es ingeniero en sistemas computacionales. Vive en Paris desde hace 3 años. Max me cae bien porque acostumbra hacer bromas sobre su color de piel. Es negro como el chapopote, de esos negros que cuando les brilla la frente o los pómulos sueltan destellos azules y no blancos. Cuando algún maestro lo felicita o le dice algún cumplido por su buen desempeño en clase, Max dice, señalándose el rostro: “En caso de que no lo hayan notado: me estoy sonrojando”.
Otro compañero de clases con quien he entablado amistad se llama Vlatko. Es croata y, como Max, es ingeniero en sistemas computacionales. Vino a la escuela de idiomas para prepararse para los exámenes de la universidad. Tiene 27 años y estudiará su segunda carrera. Durante un receso entre clase y clase Vlatko me comentó -cagado de la risa- que había estado preso durante 6 meses en su ciudad natal por cultivar mariguana en el departamento donde vivía; actividad a la que se dedicaba para ganar dinero extra. Cuando le pregunté que cómo le había hecho para conseguir una visa y salir de su país a pesar de tener antecedentes delictivos, me respondió con su típica sonrisa: “With corruption, my friend. Just like in your country”.
Vlatko tiene una novia canadiense. Se conocieron en una playa de Croacia hace un par de años, durante el verano. Vlatko me mostró unas fotos en su laptop. Tanto su novia como las playas de Croacia son hermosas. La intención de Vlatko es casarse o embarazar a su novia para no tener que volver a Croacia a enfrentar la justicia o a pagar otra cantidad de dinero para comprarla.
Recuerdo que una vez, en una clase, nos encargaron leer la novela Saving Private Ryan. Podíamos sacarle copias al ejemplar del maestro, buscarla en alguna de las 100 bibliotecas de la ciudad o comprarla. Al escuchar esto, Vlatko grito: “¡Blagh, yanqui propaganda!”, guardó su termo de café en la mochila, guardó su laptop, salió del salón y no volvió a aparecerse en esa clase.
Vlatko también me cae bien. Se queja casi de todo: así como yo. Le tiene cierta desconfianza a todo lo que provenga de Estados Unidos: así como yo. Por su físico, Vlatko tiene fama de ser el Brad Pitt de la escuela: así comooo… esteeehmmm… ¡snif!
He hecho buenas amistades. Gracias a Max y a Vlatko conocí a dos mexicanos: uno de ellos de mi ciudad natal y el otro de Sonora. El güey de Sonora está chavillo; es de ésos que todavía se la pasa preguntando cómo se dicen las maldiciones en otro idioma. Pero es buena gente.
El viernes fuimos todos a comer al barrio coreano. Es la primera vez en mi vida que pruebo la comida coreana. También probé una cerveza que, a pesar de ser "de las más comerciales" de ese país, sabe mejor que muchas cervezas mexicanas. Hoy en la noche mis nuevos compas me invitaron a un bar cerca de la escuela (no al que está a un lado; a otro). Voy a ir a pesar del clima lluvioso, a ver qué tal.
Han sido dos buenas semanas en Toronto.
27 comentarios:
pon fotos de tus compas...
...desde qeu andas en Canada escribes mass seguido...y menos amargado.
keep it the way....constante me refiero
jajaja, el Brad Pitt.
Y qué pedo con la foto esa del homicidio en proceso en el subway jeje. Parece que al bato lo está aventando Wally el de los libros.
Yo estuve estudiando inglés con un grupo así, hace algunos años. La mayoría eran mayores que yo y había de lugares como Alemania, Venezuela, Colombia y no me acuerdo los demás.
Siempre es interesante conocer la forma de pensar y los modos de la raza de otros lares. Te sorprende lo muy parecidos o lo muy diferentes que podemos llegar a ser.
Lástima que yo estaba con casi puro 'rufles' y nunca nos acoplamos después de clases.
Guffo, échale todas las ganas y te aconsejo que no te quedes con ninguna duda. Parece algo básico, pero todavía a esta edad, a veces nos gana la vergüenza.
Mi estimado Gustavo Caballero Talavera alias Guffo: me da mucho gusto que exista gente como tu auténtica, que supo reconocer la verdad de su vida e ir con coraje tras sus sueños. Otros tantos debieran aprender de ti. Cuidate mucho y no dejes de escribirnos tus anécdotas. Se te lee diferente...Saludos desde tierras cachanillas (Blanca).
Tampoco había escuchado sobre ese lugar Benín antes.
Orale... ¡Ya llevas dos semanas! que rápido se pasa el tiempo. Pues aprovechalo hermano, se ve que estás más contento que en Monterrey.
Saludos :)
Oye Guffo y cómo les va a los perros con el frío? vi uno en tus fotos, pero pos no sé si los sacan a la calle, hay suéteres especiales pa' ellos o qué.
Ya sé, preguntas raras pero pos me inquieta esa situación.
Por otro lado, me hicites recordar a mis amiguis latino-gachupos, snif. Saludidos
Gracias a todos por sus comentarios y sus buenas deseos.
Rox, acá a los perros los sacan hasta con zapatos, jajaja, es neta. Les ponen unos como calcetines térmicos e impermeables, muy curiosos. Y pues sí, obviamente hay un chingo de tiendas para mascotas donde venden suéteres y esas ondas para el frío.
Sr Guffo, como lo envidio. Me encantaria estar viviendo la aventura que estas viviendo ahorita (se noto el switcheo de usted a tu?). En este momento estoy pasando por una situacion muy dificil y escapar suena tan tentador, no solo por huir, tambien por ver que afuera hay mas de lo que hay aqui. Mucha suerte y que te vaya super bien. No dejes de postear tus vivencias. Saludos desde Mexicali.
las canadienses estan hermosas snif
Que chido, me da gusto que te vaya bien por aquellos lares...dile a tu compa que te pase una foto de su novia canadiense pa' ver sicierto que muy guapa...
Saludes y suerte siempre!
No me sorprende que el grado de corrupción en México sea conocido a nivel mundial...hasta en los países mas lejanos.
Como siempre, gran post master. Tómese unas Hite a nuestra salú!
W
Buena onda! Que la sigas pasando bien, tranquilo, con rumbo.
Un abrazo.
Qué bonito es pasar a leerte compadre.
Un abrazo. Me alegra que todo este excelente para ti.
:)
Felicidades guffo lograste un objetivo interesante el salir de un lugar en el cual no te sentias comodo, descubri tu blog en este mes y he leido todos tus articulos, (2004 hasta ahora) coincido contigo en varios aspectos, no siempre, te deseo lo mejor y ojala encuentres lo que buscas o quiza ya esta en cada uno de nosotros como sea suerte..
--Me vine pa´cá y me dijeron: "Allá la gente es fría". No es que sea fría, sino que les vale verga si eres musulmán, chino, gay, ateo, etc.--
chingao, compa, me da mucho gusto que por fin hayas encontrado un lugar que no te coarte tus preferencias sexuales y religiosas. jajajajajajajajajajajaja.
Saludos Men, aqui ya van un chingo de muertos, nomas en enero.
Goeyyyy, en la última foto se te ve la cara de que quieres acabar con tu misería, ¿pero no vea?, es solo mi apreciación, jajajajajaja, pasatela chingon compa.
Que onda señor Guffo. Yo lo llevo leyendo desde hace un rato.
En realidad era de mis momentos mas agustos en la universidad el echarme un cafesito y leer tus historias. En particular me gusto la de ver tu ciudad como un extranjero. Aunque puede que sea algo viejo el post.
Aqui estamos desde aguascalientes checando sus aventuras y pues animo!!
Siempre es un placer leerte hermano, la neta; que buenas anécdotas te estan sucediendo, me imagino a tu compañero el croata como un güey bien cabrón con voz ronca y blasfemando cuanta pendejada se le venga a la mente jajajaja.
No dejes de escribir Guffo, tus lectores te lo imploramos.
te encargo una playerita, compa.
La cerveza canadiense no vale verga, las unicas que le hacen competencia a las mexicanas son las alemanas (en cervezas, ya casate con una extranjera para que vivas tu increible vida clase media-baja de malinchista quejica que eres.
es muy interesante. gracias
Es cierto! como algunos observan estas menos amargado (bueno para ti, malo para tu sindicato de amargados lectores)Ya eres cosmopolita manto!!! jajajaa
Da gusto leerte desde una perspectiva positiva. Aunque tengo una observación: Los Monterrellenos o regios (da igual) tienen fama (aparte de codos) de racistas y que hayas hecho migas con un morenazo no te hace regio promedio... bueno ya de por si aca en México no eras un regio promedio.
Saludos!
Guffo, hay una cantante de Benin que es genial y muy famosa, se llama Angélique Kidjo, yo por eso supe de Benin. Preguntale a Max Philipe!
:)
trinche guffo que bien te la estas pasando, disfrutalo... aca seguimos en la misma mierda
shercas del bajio
Hubiera estado de pelos hubieras narrado un poco la comida coreana Gufrenio, ahora tendré que googlear y dejar de ver pelos por tu culpa, felicidades por tu nueva vida y pos algunas fotos de algunas canadienses no caerían mal cab...
ya suba fotos de la banda pa' la banda master, las mejores vibras para usted y sus nuevos compañeritos. paz!
Publicar un comentario