martes, enero 10, 2012

Crónica de Monterrey

Me he llevado sorpresas muy chidas con esto de la mudanza. Hurgando entre cajas, cajones y la parte de arriba de los clósets de casa de mis padres me he encontrado fotos y dibujos de mi infancia, un poema que le escribí a mi mamá en la primaria un 10 de mayo, cartitas de amor de la secundaria y de la prepa, más fotos de fiestas y viajes con amigos de la universidad; incluso un casete con rolas grabadas directamente de una estación de radio, que supongo algún día dejé donde pegaba el sol porque el plástico está todo pandeado.

Pero una de las cosas que más me sorprendió y dio gusto encontrar fue una crónica que escribí a los 19 años, durante el cuarto semestre de la carrera de comunicación, cuando la ciudad de Monterrey cumplió 400 años y yo ni siquiera disfrutaba escribiendo. Es más, me cagaba las pelotas hacerlo y ni ganas le echaba.

La maestra de la clase de periodismo de opinión nos encargó a los del salón ir a la Macroplaza a tomar fotos y redactar una crónica sobre el festejo de los cuatro siglos de la fundación de la ciudad. “El premio” para el mejor escrito sería que lo publicarían en El Diario de Monterrey -donde trabajaba mi maestra- y, aparte, lo meterían en “La Cápsula del Tiempo”: un cilindro metálico que enterrarían en diciembre de ese mismo año en uno de los patios de la universidad, en una ceremonia solemne, y al cual desenterrarían hasta el año 2046, en otra ceremonia solemne.

Un amigo y yo fuimos los ganadores. Pasamos la crónica en limpio ese mismo día –en máquina de escribir eléctrica- y se la entregamos al día siguiente a la maestra para que le diera una copia al rector de la universidad y la otra al editor del diario.

No recuerdo si fui a la ceremonia ésa de enterrar La Cápsula del Tiempo. Tampoco encontré el recorte -que serviría como prueba- del periódico donde salió mi escrito publicado. Lo que recuerdo –y es con lo que me quedo- es que después de esa experiencia le agarré el gustó a la escritura que, como les dije antes, me cagaba.

Aquí la crónica con todo y sus errores. Chequen la portada: no tenía ni puta idea de en qué clase estaba:


En esta página de abajo hago referencia a una canción de ¡Ricardo Arjona! (mátenme, por favor) cuando creía -como mucho incautos con novia romántica- que era el poeta que vendría a salvar el mundo, snif. Curiosamente, eso de la rola del Arjona fue una de las cosas que más gustaron de mi escrito cuando lo leí frente a mis compañeros lelos.


En la siguiente página me aventé una megacagazón que la maestra ni cuenta se dio, al decir que un lustro son ¡500 años! No me acuerdo si a la versión definitiva le corregí ese horror, pero bueno.


Está de más decir que ya no siento lo que antes por esta ciudad. Ese orgullo de haber nacido aquí, seguir viviendo aquí y querer morir aquí desapareció. Siento que todo fue un espejismo: las grandes empresas, el crecimiento económico, el desarrollo cultural, la modernidad, los valores. Me parece que sigue la farsa de doble moral de siempre. Pero toda farsa se descubre tarde o temprano. La verdad se le revela sólo a quienes la buscan, y a veces sólo a medias; pero deja ver una parte importante, suficiente para abrirnos los ojos y dejar el letargo de lo que nos han dicho que tenemos que ser y no hay de otra.

A pesar de todo, espero algún día revivir ese sentimiento de extrañar la tierra que me vio nacer. Sé que hay sentimientos más grandes, más útiles e incluso tangibles; pero no deja de ser un sentimiento, y los sentimientos cuando se pierden–cualesquiera que sean- nos van haciendo inhumanos.

Esta crónica la escribí a los 19 años y es un motivo más para querer llegar a los 70, cuando desentierren La Cápsula del Tiempo y lean mi escrito en una ceremonia solemne. También es un motivo más para volver... algún día.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

pues no cambiaste ni maduraste, sigues escribiendo la misma mierda que cuando tenias 19...

¡Comunicaciones? pfff jajajaja Que carrera tan mas mediocre, simplona y que evidencia tu falta de materia gris, estudiaste. Solo los fracasados y demás pendejetes que no tienen capacidad para ESTUDIAR una carrera REAL entran ahí... Ahora entiendo porque tu padre te tiene que procurar todo y darte casi de comer en la boca, que lastima y decepción debes provocar en tus padres...

Ni modo mi guffito, ahí pa'l otra reencarnación a ver si te toca nacer bueno para algo...

Anónimo dijo...

Es genial encontrar cosas asi...
Solo espero que despues de abrir la super cápsula del tiempo no suceda como la película de "Presagio" y alguien se de cuenta que pronto se acabara el mundo... y puuum!!!

Rafa Ibarra dijo...

Chido encontrar escritos como este y pensar: "¿En serio esto lo escribí yo?".

Anónimo dijo...

Sigues escribiendo tan de la verga como antes. Felicidades inutil.

Guffo Caballero dijo...

Anónimo: Tienes razón, la carrera de ciencias de la comunicación no vale madre ni aquí ni en ningún otro lado, jajaja. Por eso me negué tanto tiempo a sacar el título, pero en fin... Y por eso también me voy del país a estudiar una carrera real.
Ahí te aviso en mi otra vida cómo me fue.

Anónimo: Ojalá no, jajaja.

Rafa: Ya séee, jajaja. Hasta da penita darse cueta, snif.

Anónimo: Y sin embargo me sigues leyendo. Un abrazo.

Anónimo dijo...

y qué pedo con eso que dice el primer anonimo de que tus papas te dan de comer en la boca guffo???

JC dijo...

Chales, Guffo, tu escrito casi me hace llorar y ni soy de Monterrey. Se nota esa frescura y alegría juvenil en esas letras (y acentuada en los errores jaja) que por desgracia se va perdiendo con el paso del tiempo.

Anónimo dijo...

¿2046? como esa gran película de Wong Kar Wai.

Un viaje a ninguna parte. Al mismo sitio. Al punto de partida. Sin llegar nunca. Regresar a la nada.

Guffo Caballero dijo...

Anónimo: Pues si lo dice un Anónimo, ha de ser verdad. Y si es verdad, pues soy una persona muy afortunada de tene un padre así. Suerte para ustedes en su otra reencarnación, ojalá sean niños mimados como yo, ña ña ñaaa.

JC: Muchas gracias por sentir ambos escritos.

Gerardo: Chingona película, carnal.

Anónimo dijo...

PT

Buena crónica, así pasa después de mucho tiempo te encuentras algún escrito que hiciste con anterioridad y luego luego...dices..... "En la madre de donde sacaba tanta pendejada",jajajaja
yo pienso que ese anónimo que te chinga cada vez que publicas, esta enamorado de ti.... a lo mejor quiere un chamaco tuyo....
saludos mi buen guffo

Anónimo dijo...

Guffo
que chido chido tu escrito, cuantos recursos tomados de lo que todos todos los dias vemos, pero que solo alguien con sensibilidad interior como tu, enlaza de forma magistral
me permitire, pidiendo tu permiso, reproducir tu escrito, y si me dejas abusar, inspirarme en el para describir algo algun dia, recubriendolo con el brillo del ingenio que muestras.
un abrazo hermano y valor para iniciar tu nueva vida!
acuerdate antes de irte de la raza de hecg que te quiere !
adrian

Pablo Cabañas dijo...

Cuándo uno trata de descubrir la verdad, así pasa; hasta hace pocos años era de los que podía defender a capa y espada la ciudad donde nací y vivo, pero de tanto adentrarme en su historia, uno encuentra con situaciones y mentalidades negativas; pero pienso -ingenuotamente, puede ser- que tal vez todo ello puede servir para que las personas de mi ciudad se den cuenta del porqué estamos como estamos, y creo que se aplicaría para cualquier lugar, ciudad o pueblo.

Saludos y abrazos!!

Sir David von Templo dijo...

Es padre encontrar recuerdos de otros tiempos y darte cuenta lo mucho o poco que has cambiado en esos años. Te ayuda a darle su debida importancia a las cosas. Solo me queda desearte un feliz viaje. Y habrá gente que te espere... si decides volver algun día.

Saludos Guffo...

P.D. Pobre primer anónimo. Pero ya que el parece ser una persona de gran entendimiento, debería decirnos cuales carreras si son "reales"...

Guffo Caballero dijo...

PT: Jajaja... puede ser eso. Así se les pone el carácter a las viejas cuando no les dan su bien merecida dosis de chile, snif.

Adrián: Muchas gracias por escribir y por comentar siempre en lo que escribía en HECF. Prometo volver. Claro que puedes tomar el escrito para mejorarlo. Un abrazo.

Pablo Cabañas: Concuerdo con lo que dices, carnal. Un abrazo.

Sir David: Muchas gracias por tus buenos deseos. Aquí seguiré, también en twitter y en mi correo. Un abrazo.

InDrUiN dijo...

Ya decidiste que vas a hacer con tu coleccion de video risas?

Prestalos pa' leerlos de nuevo, como cuando chavos cada semana... snif!

Àngello dijo...

esta muy chido tu escrito compadre, de verdad que se nota cuanto orgullo sentias en esos tiempos.

yo lo unico que he ganada con mis escrtitos, fue una cena romantica con mi pareja el 14 de febrero, fue un concurso que organizo FM-TU, y pues como no tenia pareja, se la cambie a lguien por dos cartones de chela, jajajaja.


saludos.

Unknown dijo...

va comentario troll, pero tu empezaste ;-)

Nooo, bueno, aparte del lustro de 500 años, el "arrivó" que tampoco la maestra se dio cuenta.

En fin, saludos y suerte en Canadá

Fernando dijo...

jajaa sí está chingon cuando encuentras un texto de hace años y dices" jajaja yo escribía estas mamadas? jaaja


neta que te da mucha risa.

saludos y buen viaje.

Anónimo dijo...

Me gustaría poder decir que me sentí identificado, pero ni el nacionalismo ni el regionalismo son para mi.

Son muchos los logros de los que uno puede sentirse orgulloso en la vida, pero el haber nacido en x lugar del planeta nunca me ha parecido uno de ellos.

La crónica sin embargo, tiene muy buena estructura y por algo fue seleccionada. Bastante mejor de lo que yo hubiera podido escribir a esa edad y tal vez ahorita...

Viviana Nevárez dijo...

Mi estimado Guffo. Me sigue encantando leerle. Un placer, siempre visitar el blog del compadre.

Sobre todo, me da mucha risa la gente que viene a lanzar mala vibra, pero que chido se toman el tiempo de leerte.

Un abrazo con harta admiración a mi compadre favorito :)

RAUL SEPULVEDA dijo...

El anónimo que escribió primero da lástima, de seguro de niño su madre ni lo quiso amamantar, por eso está tan amargado, no le hagas caso, Guffo, saludos.

Vicente dijo...

Quizás lo que te desilusionó fue ver esa transformación de una ciudad hogareña a un monstruo que crece incontrolablemente, quizás cuando ya seas viejo halla llegado a un estado mas tranquilo y todo el caos se asiente, quizás la veas como la ciudad que ahora admiras

Alexander Strauffon dijo...

El anónimo del primer comentario se nota que es un torpe ardido, mediocre a su vez, que gusta de escupir para arriba.

Aquí entre nos, como suelen decir, ¿para éste momento te has arrepentido de volver a Monterrey? Vaya, creo que de haber estado en Canadá, habría hecho todo por quedarme en ese lugar.