jueves, diciembre 02, 2010

Nadando entre cuacha

Bien dice Noam Chomsky que los mayores enemigos de la democracia son quienes dicen defenderla.

Qué risa da ver a todo el aparato de inteligencia norteamericano queriendo limpiar la mierda derramada por WikiLeaks. Expuestos ante el mundo como los hijos de puta que son, no les queda de otra mas que decir que WikiLeaks es una asociación terrorista, que lava dinero, que su fundador es un violador, bla bla bla bla...

Pues sí, a nadie le gusta que le digan sus verdades. Menos cuando decimos una cosa y hacemos otra; cuando aparentamos ser algo que no somos y nos empeñamos en que todo el mundo así lo crea.

No tengo nada en contra de los Estados Unidos ni de su gente, al contrario, lo considero un país maravillo. Lástima de sistema: esa maquinaria voraz, sedienta de dinero y sangre que está por encima de cualquier gobierno, diálogo, razonamiento, soberanía, sueño o ideal.

A continuación, mi percepción de los gringos cada que les dicen sus verdades o les llevan la contra:


Y no quise hablar del tema de las drogas que consumen ni de las armas que nos venden, pues nunca acabaría.

Yo sólo me pregunto: ¿qué pasaría si algún día dejáramos de mandarles esas drogas de las que tanto se quejan? Dejen de mandarles drogas, para que vean quién es el verdadero malo de la película...