jueves, diciembre 06, 2007

Continúa Guffo con su trágica lucha contra el imperialismo de gringolandia

Úkela… Como que mi crítica a Taco Bell y Starbucks no le cayó en gracia a mucha gente. El trasfondo del asunto era señalar cómo mi ciudad se ha convertido en una sucursal – pero en feo y en sucio- de cualquier ciudad de Texas, California o el estado norteamericano fronterizo que les venga en mente. El propósito del escrito era señalar la facilidad con la que México le abre las patas a los gringos para que vengan y nos introduzcan sus intereses económicos, políticos, militares y way of life.

Pero nel, nadie captó el mensaje. De “comunista”, “izquierdista”, “perredista”, “globalifóbico”, "indio" y “pinche jodido” no me bajaron. Luego, cuando fueron a leer en Big Blogger toda la mierda que le echo a los iPods, iPhones, Blackberrys y de más chucherías tecnológicas, siguieron con más ardor los insultos, como si les hubiera exprimido un limón en las hemorroides de su fundillo.

“Ay, sí, como si tu no fueras a Estados Unidos de compras o de vacaciones”, dijeron algunos. Y pues sí; sí cruzo la frontera, pero cuando lo considero estrictamente necesario y no hay de otra. Además, aquí el tema no es ir para allá, sino que aquí se convierta en un clon de allá. Y no me salgan con que usar Blogger me hace incoherente con lo que pienso por ser un "producto gringo". Por favor.

“De seguro no tienes dinero para pasar una tarde en un Starbucks, indio de mierda”, alegaban otros de los ofendidos que, asumo, son consumidores compulsivos de los menjurjes que vende esa franquicia. La realidad es que no tengo nada a qué ir a un pinche Starbucks. Nada. El día que vendan cerveza, puede ser que vaya, pero los seguiré odiando, jojojo.

“De seguro criticas todo eso porque no puedes tenerlo porque eres un pinche jodido”, decían otros refiriéndose a los aparatejos modernos a los que les tiré mierda. Chale. Como si tener cosas que nunca he necesitado fuera lo máximo.
La hija de 11 años de la Fabi -y una que otra de sus amiguitas de la primaria- tienen un iPod, una cámara digital y un celular mejores que los de muchos amantes de la música, de la fotografía, de los celulares y de los que me escriben agredidos por mis críticas. No sé por qué se sienten tan chingones de tener algo que unas nenas de 11 años –casi 12- usan a diario, o por qué yo debiera sentirme mal por no querer tenerlo.
Por Dios, si hasta los serranitos de Tamazunchale que se pasean en la Alameda de mi ciudad los domingos y vienen en busca de mejores oportunidades de empleo, traen esos aparatejos. ¿Por qué creer que quien los tiene es dueño de un estatus alto o es muy verga?

A lo que voy es que siempre he considerado las ideologías gringas como peores que el comunismo, el socialismo o el izquierdismo extremo. Ese afán por el consumo desmedido de: “Si tienes, eres alguien; si no tienes para tener lo que te decimos que debes tener, no existes”.
Eso de imponer en todos lados su imperio y su estilo de vida sin chiste se me hace de lo más bárbaro; más bárbaro aún que Chávez, Castro, Evo Morales y de más loquitos que, con su bravuconería, de perdido le ponen sazón a la nota del día y le bajan los huevos a las devastadoras potencias mundiales.

Por ejemplo: ¿Alguna vez se han paseado por el aeropuerto de Houston? Ese que lleva el nombre del papá del actual presidente de los EUA. Bueno, pues en las bocinas de todo el agriopuerto se escucha, cada cinco minutos, una voz femenina que advierte: "Quien haga un comentario desfavorable o una broma referente a la seguridad de esa nación o su gobierno, será consignado a las autoridades y las consecuencias serán graves". ¡Háganme el puto favor! Ahora hasta lo que pensamos tenemos qué guardárnoslo. Por favor. Al rato nos van a negar la visa a quienes escribimos estas cosas en un blog. Pero ¿qué respeto se le puede tener a una nación paranoica que en sus aeropuertos obliga a los visitantes a quitarse los zapatos y a ser esculcados hasta por debajo de los huevos?
Estos putos al rato van a inventar un aparato para leer la mente y entonces ahí sí valdría madre todo, pues lo único que nos hace libres, sería también controlado por los gringos.
De hecho, ya están aplicando esa tecnología; si no me creen, vean este producto: