No. No es tu mamá pidiéndote que vayas a misa "a dar gracias" o le ayudes a poner el pinito de navidad o los foquitos de colores en el contorno de la barda de tu casa. Tampoco es tu abuelita pidiéndote que en la posada familiar cantes los villancicos, cargues al niñito Jesús o le pegues a la piñata como todos tus primitos bebés. Tampoco los culturosos y sus atuendos estrafalarios.
No. Nada de eso es tan pesado y fastidioso como los güeyes -amigos, compañeros, conocidos, primos, etc.- que desde el fin de semana pasado no han parado de vanagloriar y hablar acerca del Maratón Guadalupe Reyes. Estos güeyes, a la menor provocación, mencionan esta práctica, y eso simplemente los vuelve personas non gratas. Si se toman una cheve: ay, el Maratón Guadalupe Reyes; si va a haber una posada: ay, el Maratón Guadalupe Reyes; si van a una fiesta o una boda, el puto Maraton Guadalupe Reyes sale al tema para todo como si fueramos muy cabroncitos, fuera obligación o algo que nos distingue orgullosamente como cultura. Y lo peor: los que usan nicks como: "Listo para el Guadalupe-Reyes ¡AJUA!", "Yo hago el Maratón Reyes-Guadalupe porque soy más cabrón", "¡¡¡Que empiece el Guadalupe-Reyes!!! Joto el que no le entre" o "1 día para que empiece el Guadalupe Reyes"
...y luego por qué me cagan estas fechas...