En aquella época aún existían los paleteros. Pasaban todos los días por mi colonia sin importar la época del año. Pasaban frente a mi casa empujando sus carritos llenos de paletas de hielo de muchos colores. Paletas que -según mis papás y los papás de mis amigos- los paleteros fabricaban con agua del escusado. A mí nunca me importó esa leyenda urbana, como tampoco la de los dulces envenenados en Halloween o las naranjas con jeringas y navajas adentro. Las paletas que más me gustaban eran las azules de vainilla, porque pintaban la lengua y uno se imaginaba que la vainilla era una fruta azul y extraña. También compraba las paletas de pepino, chile y grosella y también imaginaba que la grosella era una fruta misteriosa porque no sabía qué era la grosella. Eso sí, nunca compraba las paletas de leche, esas sólo daban sed. Dos monedas de las que me dio mi madre para que me saliera a jugar las usé para pintarme la lengua de azul con una paleta de vainilla. Ah, ¡pero que no se enterara!, porque estoy seguro que saldría con su frase de que me iba a dar una pulmonía o una infección en la panza por comer paletas hechas con agua sucia. Tenía que aprovechar las paletas de hielo; pues, en algunos días, el paletero cambiaría el carrito de paletas por uno de elotes con crema calientitos.
Los del barrio jugaban fútbol. No me gustaba jugar fútbol cuando hacía frío porque los pelotazos dolían más. Pero ni hacía tanto frío. Como quiera, a mí nunca me escogían para jugar al fútbol porque parecía como si tuviera dos piernas izquierdas atrofiadas. Además, yo siempre era bien honesto (porque así me decían que tenía que ser) si metía mano, y como que eso no les gustaba mucho a los niños de mi equipo. Si los del equipo contrario gritaban ¡mano!, yo decía que sí, que sí había metido mano. Esa era la verdad, no sé por qué se enojaban. Pero todos los niños de mi equipo se enojaban me sacaban del equipo y ya no me dejaban jugar. Los del equipo contrario se meaban de la risa porque no podían creer que yo estuviera tan imbécil como para aceptar que había metido mano. Aún estaba yo muy inocente como para entender la relación de la honestidad con la imbecilidad. El hecho de que no fuera ni tantito bueno para el deporte no hacía muy feliz a mi padre, quien vertía en mí todos sus sueños de gloria deportiva frustrados inscribiéndome en todo tipo de actividades físicas. “Ya hubiera yo querido tener las mismas oportunidades que tú tienes”, me chantajeaba siempre con esta frase. Y remataba con una más dramática: “Yo soñaba con que tu abuelo me hubiera podido pagar unas clases de fútbol, deberías de aprovechar las que yo te pago”. Pero sus frases no hacían efecto en mí porque siempre me quedé con ganas de responderle: Pues tú, yo no... tú eres tú y yo soy yo. Pero no lo hice porque sabía que corría el peligro de estrenar el cinto nuevo de mi padre con mis nalgas. Mi madre me gritó desde la ventana para que me metiera a cenar y todos mis amigos rieron y corearon: ¡Aaaay, su mami le habla para cenar!
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13 comentarios:
ingale... tuviste suerte de que tus jefes no te metieran al equipo pinchurriento de halcones.... y esa frase chantajista me es muy familiar...mmmm de la dick!!!
saludos
Fijate hasta eso mi papa no dejo ser, mi papa fui musico mucho tiempo pero nunca nos obligo a seguir su camino y yo se lo agradezco. inche guffo me traes bueno recuerdos de mi infancia caon. saludos
jejeje..... a mi tambien me gustaban las paletas de grosella.. pero, que chingados es la grosella?? sigo sin saber. Agradecere orientacion al respecto
Que onda Guffo, oye ¿Que onda con la serie de los Idelistas? ¿Te las estas fumando al aire o ya las tenias guardadas por ahi? Estan con madre, voy apenas en la 3ra entrega y ya vi que publicaste más ¿Cuantas son? Tu siguele que estan bien chidas.
Saludos!
Luiz
luiz.bitacoras.com
Betote: Sí estuve en Halcones... snif.
Fabi: No descubra, caramba, acuerdese que tengo que aparentar ser un güey bien malote y méndigo. Besos.
Mexican: A mi tampoco me obligaron a seguir su camino, pero de niño si me jodían con que hiciera deporte, que no me gusta.
Alfredo: La grosella es una muchacha muy mal hablada.
Luiz: Ya la tenía escrita, nomás que no sé cuantas son, no la tengo dividida en capítulos, aquí mismo la divido.
Saludos.
Chale, de todo el grupito callejero de mi infancia a mí era al único que llamaba su mamá.
Salía de la casa, hasta la esquina y gritaba "Arturooo...!!!" Chale, la neta que sí me daba vergüenza que me llamara a cenar mientras todos seguían haciendo nada en la calle.
Ahora que recuerdo, una vez fui ya por la noche a casa de uno de mis compas (el que más se burlaba de eso, por cierto) y vi como buscaba algo para "cenar" en el refri... puras sobras frías, mientras que yo ya me había empacado una cena deliciosa y caliente, y había tenido aunque sea muy corta, una plática con mi madre acerca de mi día...
Chingao, me castra decir "ahora entiendo"...!
Esas paletas azules de vainilla son lo mejor. Una vez cuando me quitaron las anginas... un amigo llego con una hielera llena de paletas azules! Ya tenia yo 18 años! pero me encantan todavia. Ahi te encargo cuantos dias hice la pipi y lo popo de color azul.
Sobres
Que te hablen para cenar esta leve... Que te hablen porque empezo Mazzinger es una jalada... A mi nunca me hablaron para que me metiera a cenar... Pero me dieron un reloj para que me metiera a la hora que me habian dicho... El reloj por unos minutos de libertad...
para que te miento guffo la neta yo si tuve sueños deportivos frustrados como el hockey, el kung-fu o la lucha libre mi madrecita santa no podia costear esas clases pero ni hablar eso ya fue. y tambien recuerdo que habia un viejito que pasaba frente a mi casa vendiendo helado de choco crispies que estaba de huevos y hasta la fecha no he vuelto a ver ese sabor en ningun lado.
chale guffo, jajaja q bueno q sali wena pa' los deportes, si no ya me imagino a mipapa haciendo pancho igual q el tuyo...
horror!!!
x cierto q en mis pueblos todavia hay paleteros y :9~~~
chido!!! si algun dia vienes x nacolandia 1. te llevo a ver a tu clon jajajaja 2. te invito una paleta de grosella
a ti y toda tu prole, claro :P
yo siempre tuve las ganas de comer unos tamarinodos en bolsita de papel, con sal de grano, nunca me dejaron mis papas, decian...
no porque se enferma el niño..
no cabe duda que a veces los padres te trauman en esos aspectos, a lo mejor sabia de la chingada, pero como ya no los hacen, me salio un grano en la lengua del antojo...
jejej bueno es un decir.
salu2
yo siempre tuve las ganas de comer unos tamarindos en bolsita de papel, con sal de grano, nunca me dejaron mis papas, decian...
no porque se enferma el niño..
no cabe duda que a veces los padres te trauman en esos aspectos, a lo mejor sabia de la chingada, pero como ya no los hacen, me salio un grano en la lengua del antojo...
jejej bueno es un decir.
salu2
Usted escribe bien lindo, maese...venga y deme un besito, snif...pero rapido que la Fabi se da cuenta...envidiosa, juar juar juar.
Saludos, maese...y usted perdone mis puterias. Cuidese.
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