jueves, marzo 07, 2019

Bar 1900

Confieso que no es un bar que frecuento -ni frecuentaría-, más que nada por los precios -la cerveza cuesta $44 pesos-, porque no dan botana y porque el ambiente no es "cantinesco" (es más como un restaurante/bar con variedad nocturna); pero hago una breve reseña de él por su historia y porque vale la pena invertirle $100 pesos (dos cervezas y propina) para conocer las reliquias que hay adentro.

El Bar 1900 es el bar del Gran Hotel Ancira, uno de los hoteles más emblemáticos de México, declarado Monumento Artístico y Patrimonio Cultural de la Nación por el INBA y el INAH. El Bar 1900 existe desde que abrió el hotel, en 1912, y, al parecer, es el segundo bar más antiguo de Monterrey que sigue operando.

Y digo que vale la pena visitarlo al menos una vez en la vida sólo para contemplar la barra, los bancos, el piso de madera, el piso de mosaico veneciano, la puerta que da al hotel y los sillones booth, pues siguen siendo los originales.
Mosaico veneciano, piso de madera y banco de la barra.
Sillones booth con ventanas que dan a la calle.
El cantinero que me atendió me comentó que el bar cierra dos semanas a finales de cada año, para darle su mantenimiento a todos los elementos del lugar.

La anécdota más famosa del Bar 1900 - aunque algunos dicen que es sólo una leyenda urbana- es que Pancho Villa y sus Dorados se emborracharon en este lugar, en 1914. Se dice que el Centauro del Norte desenfundó su pistola y disparó contra la barra. Según el cantinero, hasta hace algunos años se podía apreciar la marca de la bala en la madera, pero que durante el cierre anual para la restauración y mantenimiento del lugar, uno de los trabajadores vio el pedazo de madera que le faltaba a la barra y lo resanó.

En el Bar 1900 hay botanas y comidas a la carta (los precios son un poco elevados), y de miércoles a sábado hay música en vivo de 8 a 12 de la noche. También transmiten los partidos del futbol regiomontano y cierra los domingos.  

1 comentario:

Reynaldo Sanchez dijo...

Yo me cortaba el cabello en el patio Santa Rosa y de ahi me mandaban traer unos Vampiritos muy bien preparados para amenizar el rato.