martes, noviembre 14, 2017

Sobre el abuso sexual de mujeres a hombres

¿Conocen a algún hombre que haya sufrido acoso o agresión sexual por parte de alguna mujer?

Esta misma pregunta la hice en mi cuenta de Twitter hace poco más de dos semana, y la respuesta que obtuve me sorprendió mucho, pues nunca imaginé que esta modalidad de abuso sexual fuera algo tan común (o al  menos más común de lo que imaginaba).

Antes de entrar en el tema y presentarles algunos testimonios que me llegaron al correo electrónico y a Twitter, me gustaría aclarar que con este post no busco homologar esta práctica con los acosos o abusos que sufren las mujeres por parte de los hombres. Tampoco pretendo banalizar los hechos ni minimizar un acto para engrandecer el otro; mucho menos, victimizar al género masculino para que salgan con su cantaleta de: “¿Ya ven, mujeres? A nosotros también nos acosan y nos violan, y no la andamos haciendo de pedo como ustedes”. Y no: tampoco hice este post "por moda", como por ahí se refieren algunos a tanta denuncia que ha salido a la luz últimamente. Nada de eso. Y quien así lo tome, pues qué triste, la verdad...

Los ejemplos ahí están: Harvey Weinstein, Louis C.K., Bill Cosby, Roman Polanski, Woody Allen, Dustin Hoffman, Felipe Montes, etc. Las estadísticas, también: claramente es más frecuente que un hombre acose o abuse de una mujer a que suceda lo contrario, porque, pues sí: el mundo es una sociedad patriarcal, snif. Pero quería hacer este ejercicio desde hace tiempo para ver si podemos dejar de lado esa guerra de géneros que casi siempre surge cuando se toca este tema, y ver también si podemos tratar el problema desde un punto de vista neutral: desde el género humano como tal. Humanos respetándose mutuamente.

Quería hablarlo porque siento que, al no hacerlo, seguimos perpetuando la hegemonía machista; pero esto se los explico más adelante. Por lo pronto, a continuación les presento algunos de los testimonios que me mandaron. Fueron nueve correos y varias menciones en Twitter (que, por cierto, agradezco mucho la confianza que tuvieron para compartirme algo tan personal). Tres personas de las que me enviaron email me comentaron que si quería compartir sus experiencias, podía hacerlo; a los demás no quise plantearles esta opción si ellos no lo mencionaban por voluntad propia.
Aquí van (dar clic en imágenes para agrandarlas):  
Confieso que hasta hace poco no conocía hombre alguno que hubiera sufrido acoso o abuso sexual por parte de una mujer. Bueno, más bien, no veía esta conducta como tal (y, al parecer, quienes la habían padecido, tampoco lo veían así). ¿Por qué? Pues por lo que mencioné anteriormente: por la cultura del machismo. Como hombres suponemos -y a veces ni eso- que el machismo sólo perjudica a las mujeres, sin percatarnos del daño que a nosotros mismos nos ocasiona.
La educación machista nos programa para, entre otras cosas, no llorar, aguantarnos todo "porque somos hombres" y nunca decirle "No" a una mujer que "quiere algo con nosotros", porque, pues, ni que fuéramos jotos, ¿no?
Vivimos en una sociedad que nos predispone a traducir el acoso como un halago, a verlo como sinónimo de lo irresistibles que le resultamos al género femenino, a percibirlo como el culmen de nuestra hombría. Por lo tanto, creo que al minimizar o normalizar esto, al verlo como una complacencia o lisonja de ellas hacia nosotros, sentimos que del hombre hacia la mujer debe ser igual; por lo tanto, ellas deberían interpretar de esta forma "inofensiva y halagadora" nuestras miradas, piropos o avances lascivos. Tal vez si lo viéramos al revés, sin ese velo machista, podríamos sentir un poco de empatía por las mujeres que incluso llegan a sentirse atosigadas por un "Hola, guapa".

Hace algún tiempo en este blog les platiqué sobre un abuso sexual que sufrí a la edad de 3 ó 4 años por parte de una chavita que ayudaba con las labores domésticas en casa de mis papás.
Cada que mis padres salían y me dejaban encargado con ella, me quedaba llorando. Al principio pensaban que lloraba por chiflado, pero luego se les hizo raro tanto llanto. Un día, mis padres disimularon irse. Yo, como siempre, me quedé llorando desconsolado. Esperaron afuera de la casa unos minutos y luego volvieron a entrar sin hacer ruido. Fue entonces que sorprendieron a la chica haciéndome sexo oral sobre la mesa del comedor.

Hasta hace un tiempo no me refería a este episodio de mi vida como "abuso sexual" por lo mismo: machismo. ¿Cómo va a decir un hombre que una mujer abusó de él? ¿Acaso es puto? ¿Acaso no le gusta que las mujeres lo deseen, lo toquen y lo besen? ¿Qué hombre dejaría pasar una oportunidad así? ¡Al contrario! ¡Qué halago! Por lo mismo, nunca me sentí víctima de abuso sexual, y también porque ese episodio de mi vida lo tengo bloqueado: por más que lo intento, no me acuerdo, a pesar de tener muchos recuerdos de aquella época. Y quizás también porque "era una desconocida". Pero como me dijo una vez un amigo: “Aunque no te acuerdes, fuiste un niño abusado sexualmente, y eso trae consecuencias tanto en conducta como en personalidad; y parte de que no te sientas abusado, es por la programación machista que has recibido”. Y ¡booolas!, me cayó el veinte.

De hecho, hasta hace poco solía platicar esta anécdota de mi infancia a la menor provocación, casi siempre en reuniones; incluso con desconocidos. Me gustaba contarla con humor, a veces exagerándola  para desatar las carcajadas de los presentes. Relataba la anécdota como una hazaña de mi hombría, me vanagloriaba de mi supuesto aspecto irresistible desde pequeño, del tamaño de mi pene, de "haber perdido la virginidad" a los 4 años: ¡un récord! ¡nadie me ganaba! Y sí, qué triste, pues con esa actitud era parte del problema. ¿Por qué era parte del problema si el abusado había sido yo? Pues porque le abonaba a la hegemonía del machismo, porque minimizar esto es minimizar lo otro; porque con este molde de pensamiento ¿cómo podríamos ser empáticos con las mujeres y su situación de acoso y abuso?

Después de que me cayó el veinte de lo del abuso sexual -aunque confieso que sigo sin sentirme víctima por las razones que ya les platiqué- me puse a pensar cómo sería yo de no haber vivido ese episodio que, según la psicología, marcó mi personalidad. También me pongo a pensar qué hubiera pasado si el abusador hubiera sido un hombre. O qué tal si hubiera sido alguien cercano; algún familiar. ¿Lo recordaría, o también lo tendría bloqueado?, ¿ahí sí me sentiría como un niño abusado, o tampoco?, ¿culparía a ese episodio por ser como soy?, ¿provocaría las mismas risas si esta anécdota la platicara con una tía como la protagonista y no con una chica del aseo? Es más: ¿la platicaría?
¿O qué tal si esto hubiera sucedido a otra edad: yo en mi despertar sexual; o en algún trabajo, con una jefa bonita; o en la escuela, con una maestra guapa? ¿Cómo hubiera reaccionado?, ¿lo habría tomado como acoso o no?
¿O qué tal si lo ponemos en otro contexto? Alguien me comentó que en el libro Ensayo de un crimen, de Rodolfo Usigli, esto era una práctica común hace medio siglo en México: las empleadas domésticas dormían así a los niños. Tal vez esta chica aprendió eso en su casa porque veía que la mamá y las tías dormían de esa forma a sus hermanos y primos, y ella me lo aplicaba a mí para que dejara de llorar. En este contexto, ¿se consideraría abuso sexual lo que me hizo?

En fin... Sólo quería compartirles lo que me sucedió y lo que le ha sucedido a otros, esperando que dejemos de lado esa guerra de géneros y seamos más empáticos y respetuosos entre nosotros. Y que en un futuro no muy lejano, el título de este post no tenga que especificar de qué género a qué género, y simplemente diga: Sobre el abuso sexual.

Que tengan buen martes. Espero sus comentarios por aquí o en guffo76@hotmail.com 

4 comentarios:

Roberto dijo...

(lamento la falta de acentos y enyes, estoy en un teclado gringo y no se la combinacion de teclas para ponerlos).

Guffo, me gusto muchisimo tu post, incluso me senti identificado con algunos de los testimonios, coincido totalmente sobre tu postura la cultura machista.

El problema que yo he tenido es que sucede que mi libido es muy bajo, siempre ha sido asi, soy heterosexual, estoy casado, no me siento atraido por hombres, tampoco me masturbo mucho, pero el sexo cuando mucho me interesa una ves cada semana o dos, con la chava con la que me case tuve que hablar de esto antes de ser novios, cuando nada mas "saliamos", yo trataba de no verla tan seguido porque aunque me gustaba muchisimo, la verdad no se me antojaba tener sexo siempre que la veia, parece una estupidez pero vivir siendo asi se vuelve un problema fuerte.

Y es que las mujeres, o el mundo en general, siempre asume que los hombres queremos sexo siempre y con todas las mujeres, lo cual, al menos en mi caso, no puede estar mas lejos de la realidad, de hecho conozco algunos casos de hombres que han tenido que coger "a huevo" solo para no "quedar mal", yo simplemente no puedo, si alguien no me gusta mucho simplemente no "me funciona".

Ahora soy un hombre medio gordo y calvo como casi todos despues de los 30s, pero cuando estaba chavito tenia pegue con las mujeres, sobretodo porque jugaba futbol americano y tenia un cuerpo atletico, el problema es que en la prepa y la universidad no me bajaban de "puto", por rumores que alguna otra chava que habia conocido que empezaba a hablar de mi porque no quise tener relaciones con ella, alguna vez incluso una chava trato de emborracharme y ni asi quise jajaja, y no es solo de no querer, sino que simplemente no me funcionaba, yo mismo llegue a dudar de mi sexualidad alguna vez, pense que tal vez no me gustaba nadie y eso me trajo muchas inseguridades que hacian que menos quisiera yo involucrarme sexualmente con alguien.

Se que no es tan comun como si lo es al reves, pero yo si sufri de acoso por parte de mujeres, y de sus venganzas por no querer tener sexo con ellas, por eso entiendo a las mujeres que sufren de acoso, y todo es por parte de este pensamiento machista de asumir que los hombres somos TODOS de cierta forma y las mujeres de otra.

En fin, gracias por este post.

Guffo Caballero dijo...

Muchas gracias por compartir tu testimonio, Roberto. Yo tengo un amigo que parecido a ti: dice que le da hueva el sexo, y, lo mismo: de puto no lo bajan. Disculpa que haya tardado tanto en responderte. Abrazo.

Anónimo dijo...

a mi se me han insinuado descaradamente solo mujeres gorditas y/o maduras, lo cual no lo veo mal, cada quien esta en su derecho a hacerle su lucha, las ganas son cabronas........... mientras no pase de insinuaciones no hay delito que perseguir jajaja

Anónimo dijo...

Pues yo de Chaval como 23 años..fui abordado dentro del BUS por una señora de muy buen ver como de 43 años. Una vez tomando un autobus rumbo a mi trabajo en Nuevo laredo desde MTY se sentó junto a mi una bella señora con la cual hice platica y al terminar el viaje me pidió mi numero telefonico, dias despues me llamó y me invito a comer en el moll de laredo tx, nos reunimos y de buenas a primeras que me agarra a besos frente a todo mundo,yo sacado de onda no sabia que hacer ( andaba saliendo con una chica en MTY)..total un dia que me cae un el depto sin avisar, era un dia muy frio me dijo que si le daba posada y pues le di asilo como buen samaritano..ella en su cama y yo en la mia ( a media noche se metio en mi cama y me hizo suyo jaja )...dias despues me dijo que queria tener un hijo conmigo y le saque..( terminamos despues )