miércoles, julio 22, 2015

Fragmentos de ciudad que nos pasan de largo

Una niña juega en la parada del camión. A estas horas de la tarde el sol pega de tal manera que la sombra de la techumbre no cubre a quienes esperan debajo de ella. De la mano de quien supongo es su abuelo,  la nena sube a la banca metálica y pega de brincos hacia la banqueta una y otra vez.

El hombre parece exhausto, aunque no deja de sonreír y de seguirle el juego a su nieta. Un par de minutos después, la carga y la sienta sobre su regazo. Intenta calmarla haciéndole caballito en sus piernas. Se quita la gorra y se limpia el sudor con la manga de la camiseta, que trae el logotipo de un partido político estampado a la altura del corazón. La pequeña toma al viejo por los cachetes. El hombre le tira una mordida juguetona, atrapando sus pequeños dedos entre los labios. La niña estalla en risas y engurruña el cuerpo hasta quedar tendida sobre la plancha de metal, reposando la cabeza en el regazo de su abuelo.

La pequeña toma con las manos los cordones que le salen del cuello del vestido, los observa unos segundos y se los mete a la boca. El hombre le dice que no lo haga, dando un suave manotazo. La niña se pone de pie sobre la banca, como una catapulta. El viejo hace lo mismo, la toma de una mano y le sigue el juego de brincar una y otra vez del asiento a la acera.

El camión se aproxima.

La niña se para en el borde de la raya amarilla y levanta la mano. El abuelo se apresura a sostenerla por los hombros con sus manos toscas, para impedir que vaya a dar un paso en falso. La masa metálica se detiene soltando resoplidos hidráulicos y rechinidos. La puerta de abre justo frente a la pequeña, quien voltea emocionada a ver a su abuelo: cree que tiene poderes; que hizo magia. Su abuelo la carga y suben al camión atestado de gente.

Para la niña, esperar el transporte colectivo con su abuelo es toda una aventura. Por la mirada que me concede el viejo de ventana a ventana, deduzco que le entristece saber que algún día su nieta dejará de ser niña y se dará cuenta del suplicio que implica moverse en esta ciudad para poder apenas sobrevivir.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Guffo estoy intrigado por jairo. Que pasó?

Guffo Caballero dijo...

Anónimo: Se va a ir a juicio. Sigue en prisión preventiva. No pasó nada. Su situación sigue igual :( Gracias por preguntar.

Àngello dijo...

snif. que bonito escrito, hazme un hijo guee...

Anónimo dijo...

Haría esa misma pregunta :(

Espero que al final del camino haya una Luz, para Jairo !!!

Rafael dijo...

Este relato, es parte de la vida de cada uno, ya lo vivimos, al crecer o madurar perdemos esa capacidad, esa imaginacion, esa dependencia hacia las cosas o hacia algo.A esa edad podemos hacer lo que queriamos solos, la imaginacion era nustra mejor arma. Toda la inocencia,la diversion natural y pura son cosas que dificilmente regresaran.

Tengo dos hijos pequeños y aun esta eso ahi con ellos, pueden jugar con sus amigos y no tienen limites en su mente, tomales una foto a ellos y son las poses mas honestas y naturales que vas a poder encontrar.

Felicidades por este relato.


Rafael OG

Alexander Strauffon dijo...

En el mismo tema que preguntó el Anónimo, habias mencionado el día 28, verdad Guffo?

pato dijo...

Simplemente bello. Solo que yo no tengo paciencia con mis nietos !

Anónimo dijo...

Es terrible lo de Jairo. Ojala haya justicia para el.

Guffo Caballero dijo...

Ángello: Jajajaja.

Anónimo: Espero lo mismo, snif. Gracias por preguntar.

Rafael: Muy cierto, compadre. Te mando saludos y gracias por comentar.

Alexander: Fue el 22, pero no se solucionó nada. Lo devolvieron a prisión preventiva. Ahora a esperar a que le den fecha para un juicio y ahí ya que se sepa el desenlace.

Pato: Muchas gracias. Te mando saludos y paciencia para tus nietos, jejeje.

Anónimo: Ojalá. Ya se la hicieron muy cardíaca. Saludos.