lunes, agosto 28, 2017

De muros y murales

En noviembre del año pasado regresé a Monterrey después de un viaje a la ciudad de Filadefia, en donde -entre otras cosas- conocí la calle Sur y quedé fascinado con la obra del artista estadounidense del mosaico Isaiah Zagar.

Regresé a mi ciudad natal inspirado y con la onda de "hacer algo nuevo", por lo que me metí a aprender la técnica del mosaico (trencadís) con una maestra del Barrio El Nejayote, en donde han hecho algo similar -pero en banquetas, en vez de muros- a lo realizado por Zagar en el downtown de Philly. Traía desde hace rato la cosquilla de hacer algo a la par de la caricatura, actividad a la que me he dedicado profesionalmente desde hace como 20 años y, a veces, me siento un poco ciclado si no salen proyectos nuevos, snif.

Total que después de como 3 ó 4 clases intensivas y de ayudar a terminar de decorar una de las tantas banquetas de ese barrio con la técnica del trencadís, empecé a hacer algunas cosas con mosaico por mi cuenta. Lo poco que hice encontró cliente y se vendió -y regaló- de volada. Pero quería hacer algo más y, de preferencia, distinto a lo que he hecho toda mi vida; algo arriesgado, incluso alejado de "mi toque personal". Inventar otro estilo, pues. Algo que me pareciera grande, significativo; pero, sobre todo: algo que me quitara esa sensación de estar dando vueltas donde mismo.

Acababan de ser las elecciones en Estados Unidos y el tema recurrente era el mentado muro de Trump y sus efectos medioambientales, xenófobos, económicos y demás. Entonces decidí que quería aplicar mi vena artística por ese lado, un tanto como protesta y como símbolo de unión, no de división; como un mensaje de: "Si nada podemos hacer para que se construyan muros, al menos que esos muros se conviertan en murales y en metáforas de la libertad". Y fue así como, después de algunos meses, me decidí a hacer un mural en una de las paredes del patio de mi casa.

Al principio quería hacer el mural con mosaico, como mi reciente ídolo Isaiah Zagar, pero al ver el tiempo que me llevaría terminarlo y el costo de los materiales, desistí en mi intento, snif, y mejor opté por desempolvar los escasos conocimientos en pintura vinil acrílica que tengo y empezar a pintar mi obra. Confieso que este resurgimiento de mis dotes de pintor de brocha gorda fueron posibles gracias a la inspiración que también agarré caminando las calles de mi barrio, en donde, de un tiempo a la fecha, han aparecido decenas de coloridos murales de distintos artistas. Aquí les muestro algunos:
Y pues hace un mes empecé mi mural y ahí la llevo, poco a poco. Le avanzo en mis ratos libres y los fines de semana. Todavía falta la parte de arriba y nomás vendiendo las palmeras washingtonia que estoy creciendo y obstruyen un tramo de esa pared, espero alargarlo lo más que se pueda. Por lo pronto les dejo algunas fotos del proceso. Espero decorar muchos muros más (si les interesa, mándenme un correo a guffo76@hotmail.com).
Hoy, que pareciera que el mundo está dominado por los abyectos, los insensibles y los incultos, hagamos que prevalezca el arte sobre la ignorancia y la barbarie; y, aunque esos señores buitres piensen que la cultura es inútil si no tiene un fin utilitario, sigamos demostrando que su poder va más allá de eso. Buen inicio de semana. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Puro "arte" de cagada hecho por puro puto huevón de cagada. Ya porque hacen un puto mono creen que cambian al mundo, pinches imbéciles

Kazbam dijo...

Me encanta la propuesta. (Y me encanta el gato al pie del mural.)

Miguel dijo...

Esta bien perron brother, en verdad te felicito.

Karlos F. dijo...

Hey, se me había pasado esta entrada... muy chingón el proyecto, siempre es bueno buscarle variantes a nuestra actividad, como dicen "para reavivar la llama".

Me gusto eso que dijiste de "hagamos que prevalezca el arte sobre la ignorancia y la barbarie" a lo que yo agregaría lo que seguido menciono de que "el arte salva", a pesar de que otros insistan en lo contrario.

Saludos...