La calle El Roble está a espaldas del Gimnasio Nuevo León. Es una pequeña arteria vial antes de llegar a la convulsionada avenida Gonzalitos, viniendo por Ruiz Cortines de poniente a oriente. En la intersección de estas calles hay un edificio de locales comerciales que lleva años abandonado, salvo por un local en donde sacan copias y un Alcohólicos Anónimos en un extremo de la primera planta. En una pequeña caseta, sentada en un banco de plástico, una mujer cobra una cuota fija por el uso del estacionamiento a quienes compran flores en un negocio aledaño para dejárselas a sus muertos en el panteón de enfrente; pero es más común que usen los cajones del aparcamiento quienes van a los eventos deportivos que se llevan a cabo en el gimnasio estatal. En este edificio, como si se hubiera congelado en el tiempo, sigue estando este lugar:
Recuerdo haber ido alguna vez, aunque acostumbraba
más ir a jugar al Chispas o al Playland de Galerías Monterrey. En aquella época, la clínica
veterinaria de mi padre estaba en contra esquina del Gimnasio Nuevo León,
frente al Cinerama 2000, que luego se convirtió –creo– en oficinas de Agua y
Drenaje. De hecho, si no me equivoco, el primer trabajo de mi padre como funcionario público, fue en ese recinto deportivo.
En el Mr. Do! conocí al Mr. Do!, el juego del payasito que escarba túneles para recolectar cerezas mientras es perseguido por monstruos, a los que destruye dejándoles caer encima manzanas gigantes.
Al asomarme por el cristal, alcancé a ver como diez maquinitas clásicas llenándose de polvo. Un Galaga y un Dig Dug entre ellas, con las palancas y los botones intactos. Una pena. El señor de las copias dice que, en más de veinte años, sólo dos veces ha visto a los dueños del lugar. Una de esas veces el hombre les comentó su intención de rentarles el espacio para ampliar su negocio de copias, pero estos se negaron, a pesar de que llevaba ya tiempo cerrado, como hasta ahora.
Quizás los dueños, sumergidos en la nostalgia, pretenden dejar su local intacto, como vestigio de una antigua ciudad en donde alguna vez el cerro de la silla se vio más pixeleado.
12 comentarios:
Me gusta leer tu blog :)
Felipe: Y a mí me gusta que lo leas. Muchas gracias. Te mando un abrazo.
Aquí pasando a saludar y a leer como siempre tu blog Guffo, un abrazo y que estés bien.
Gran Relato, lleno de nostalgia, muy bueno :)
Una lagrimita se asoma en mi rostro después de leer tu post acerca del local de arcade
Oh, estaría chido tener una de esas maquinitas.
Me acordé de cuando iba a jugar de niño al Magic Place, de Plaza San Agustín. Y al de Galerías que mencionas también. De los que más llegué a jugar y a otros no les gustaba tanto era el Yie Ar Kung Fu. Gasté una fortuna en ese.
Si me acuerdo de ese local, creo que en una ocasión llegue a ir, saludos compadre...
Sol Hooligan: Gracias por la visita, brither. Te mando un abrazo.
Oscar: Saludos :)
Master: Lagrimita pixeleada, snif.
Alexander: Uuuuts, ese juego era una chingonada. De mis favoritos. Nunca lo acabé, snif.
Ángello: Saludos.
Saludos Guffo
casi dos navidades sin reportarme. Hoy me puse al corriente, me chute todos tus post que había perdido en ese tiempo.
Sali del pais, no es tan chido como esperaba, el ser Buscado por una empresa ser relocalozado, disque por tus habilidades.. madres!!!
me dio gusto ver que sigues cob el blog, no vi nada del proyecto de las hamburguesas, que fin tuvo?
veo que sigues del lado de la ley. me cuesta trabajo verte haciendo esas funciones. debe ser muy dificil tener tu manera de pensar y estar en ese ambiente, si en el peridico la sufras!!! ahi,,,,,?
Saludos de tu seguidor Shercas, ahora desde California.
Shercas: Qué gusto saber de ti, brother. Lo de las hamburguesas se acabó porque me cambiaron el horario, un socio se salió y otro agarró otro jale. Sigo en esta chamba y haciendo lo mío en mis tiempos libres; calándome, conociendo más a fondo las entrañas del Sistema, sus cosas positivas y negativas... a ver qué. Saludos hasta California, y no te desaparezcas. Un abrazo.
¡Qué nostalgia! seguro que pasate buenos ratos dentro, claro. Los sitios así que había en mi barrio hoy han desaparecido del todo, ni los huesos quedan :S
Mi guffo. No había leído este relato... Me voló la mente, imagínate que entres de incógnito y pase todo como la película de Tron??!! Jajajaaja
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