Mi segunda bicicleta fue una ItalJet de color azul, rojo y amarillo, más grande que la Bimex en la que aprendí a andar en… ehmmm… pues en bicicleta, valga la “rebuznancia”.
Tendría yo doce o trece años. Ésa sí estoy seguro que me la trajo Santa Clos. Obviamente a esa edad no era yo un creyente del viejo gordo y barbón, pues ya tenía “pelícanos en el puerto” –o estaban a punto de salirme-, pero mis hermanas seguían creyendo en él, por lo que mis padres montaron todo un teatro para que no se les cayera el teatrito de “los regalos de Santa” y me obligaron a fingir -con una actuación digna de un premio TVyNovelas- asombro al momento de ver mi nueva “rila” a un lado del pinito de navidad.
Me acuerdo que en aquel tiempo mis amigos y yo traíamos de moda dos cosas: ponerle un bote de Frutsi a la llanta trasera para que sonara como motocicleta y ponerle nombre a nuestras biclas. También traíamos de moda las revistas Video Risa, pero ahorita estamos hablando de otra cosa. Mi ItalJet era portadora del ridículo mote de “Dragón Multicolor” (no se rían, más respeto por favor, snif), pero en comparación con las de mis amigos –que se llamaban “Tigre Robot”, porque era amarilla con plateado; y “Corcel del Pavimento”, porque era de color blanco- mi bici tenía el mejor nombre del universo (según yo).
También recuerdo que para que los compitas del barrio que no tenían bicicleta pudieran andar con nosotros recorriendo los montes baldíos y las cuadras de nuestras “pandillas” rivales, había unos dispositivos que se llamaban diablitos –ignoro por qué-, que no eran otra cosa más que unas barritas de fierro horizontales que se ponían en los tornillos de la llanta trasera y se podía subir un pasajero de pie. Los diablitos fueron un invento genial, pues al huir de barrios enemigos, quien iba montado atrás servía como escudo humano, cubriendo a quien manejaba la bici de pedradas y botellazos: acción loable y heroica de cualquier niño carne de cañón. Y pues sí, viví muchas aventuras muy chidas en mis bicicletas.
Pero mi ciudad creció al igual que todas las ciudades del mundo y necesitó dinero y buscó inversionistas y se quiso “modernizar” y “progresar” y "desarrollar" y la cantidad de automóviles y calles y avenidas creció sin control y la gente enloqueció y ¡buaaaa!, snif. Y la mayoría de los parques y plazas y áreas verdes y ciclopistas fueron tragados por la indiferencia y el olvido de ciudadanos y autoridades. Y de aquellos tiempos sobre dos ruedas no quedó nada. Carajo: ya ni los niños de hoy las usan. Hasta ese gusto nos robaron quienes “dirigen" las ciudades, pues, por lo general, entienden que el progreso tiene cuatro ruedas y el retroceso dos; la riqueza cuatro y la pobreza dos; la modernidad cuatro y lo obsoleto dos.
Desgraciadamente la bicicleta no pudo convertirse en un medio de transporte funcional; en un medio de transporte de uso cotidiano sin consecuencias negativas para el ambiente o para la salud pública. Las bicicletas quedaron relegadas -al menos en el México "civilizado”- a deportistas profesionales, aficionados y algunos hipsters y hippies suicidas. Las bicicletas son para quienes pueden darse el lujo de tener un coche con adecuaciones para transportarlas fuera de la ciudad o para quienes buscan contribuir a que haya menos humos tóxicos en las ciudades, arriesgando su vida entre conductores que no poseen una pizca de cultura vial. Pero también pasaron a ser de uso exclusivo de quienes no pueden darse esos lujos porque comer está primero. Algo tan útil, noble y divertido como una bicicleta se convirtió en un estigma social: el que la usa con casco, lentes y ropa deportiva llamativa, tiene dinero; quien la usa para ir de un lugar a otro porque es su único medio de transporte, es albañil, jardinero, velador o alguna personas que a nadie le importa que llegue sudada a su trabajo; y, si llega sudada a su trabajo, ha de ser un trabajo inferior, porque pos ya saben que “como te ven te tratan” y "la primera impresión es la que cuenta" y esas mamadas.
Gran diferencia con la mentalidad de los daneses, holandeses y canadienses -por mencionar sólo algunos-; ciudadanos balanceados mentalmente que supieron ver a la bicicleta como un medio de transporte benéfico para propiciar un entorno social saludable y al coche como un gasto excesivo, cuestionable, dañino e impráctico; no como un símbolo de estatus.
Siempre he pensado que las ciudades tendrían mejores ciudadanos si se pudiera llegar en bicicleta a todas partes. Al menos apuesto a que seríamos todos un poquito más felices si nos pudiéramos ahorrar horas de congestionamientos viales y mentadas de madre. Con el uso de las bicicletas no existirían todos esos neuróticos que accionan los cláxones a la menor provocación ni existirían ésos que viven compitiendo para tener el coche más nuevo o el más costoso y así no los deje atrás el nivel socioeconómico en el que creen que radica la felicidad. Nada de eso existiría porque las bicicletas están llenas de nobleza; nos mantienen con los pies en la tierra porque nos ponen en contacto con nuestra infancia y eso es sinónimo del más puro sentimiento de libertad.
Escribo todo esto porque regresé a Toronto después de recorrer partes de Quebec en bici, pero al llegar a la estación del metro en donde la había dejado encadenada, ya no estaba, snif. Pero bueno. Ya conseguiré otra de segunda mano y a muy buen precio. Por lo pronto les dejo algunas fotos que tomé en mis recorridos.
Chale Guffo, te dieron gane!. Pero así tendrás oportunidad de conseguirte otra Italjet Multicolor de nuevo!. Saludos!
ResponderBorrarNada como ir en bici por una calle de bajadita dejando que la fuerza de gravedad haga todo el trabajo :)
ResponderBorrarjajaja le dieron baje al guffo, en su super pais civilizado........seguro fue un drogon de por alla.........
ResponderBorrar"Las bicicletas están llenas de nobleza; nos mantienen con los pies en la tierra porque nos ponen en contacto con nuestra infancia y eso es sinónimo del más puro sentimiento de libertad."
ResponderBorrarLloré un poco al leer eso... :') Pero lo único que puedo decir es que tienes toda la razón. Una bicicleta es como una extensión de tu cuerpo (a diferencia de esos cajones con ruedas... ¿Quién en su sano juicio se siente seguro rodeado de una tonelada de metal y 50 litros de combustible de alto octanaje?), que te permite experimentar una sensación de libertad e independencia única...
Que bueno sería un mundo con menos carros...
Saludos... :D
Lo del bote de frutsi vi que lo hacian un par de veces, la creatividad de los chamacos, jaja.
ResponderBorrarY si, como olvidar las VideoRisa. Me acuerdo de su version de Rambo: "Mambo". El Hombre-Condón tambien era de ellos, ¿no?
Tienes toda la razón, aquí en Culiacán hay ciclo noches pero aún así hay gente que se queja porque dice que nomás es puro marihuano en bici y detienen el tráfico. Los tránsitos en vez de ayudar al ciclista se molestan de igual forma.
ResponderBorrar:)
ResponderBorrarCOMO SIEMPRE ME GUSTAN LEERTE Y VER TUS FOTOS!
Muy chido este escrito y el anterior Guffo. Me llama mucho la atención en estas fotos y algunas otras que has subido que las calles están muy limpias -mucho-, que casi no hay niños y que la gente viste cómodo -chanclas, bermudas- en lugar de vestir ostentosamente. No sé si sea por los lugares que visitas o asi es en todas partes. Un abrazo.
ResponderBorrarsaludos carnal, aca de nuevo despepitando madre y media....
ResponderBorrarGracias a todos por escribir.
ResponderBorrarEn efecto, Paztor: todos los lugares son así porque se conjugan varios factores: no se producen tantos productos con empaques -en Monterrey te dan empaque desechable o bolsa de plástico a la menor provocación-, el sistema de recolección de basura es eficiente y la gente no es cerda.
Y sí, la gente viste más relajada. A muchos trabajos no se necesita ir de corbata y traje, como en Monterrey, que es casi obligatorio su trabajas en una empresa. No le dan importancia a las marcas de ropa, sólo los turistas o gente que emigra es laque se fija en eso. Los compas que tengo canadienses son así, los de otras nacionalidades son los que andan con ropa de diseñador.
Muy chingón.
el precio de crecer: "las bicicletas están llenas de nobleza; nos mantienen con los pies en la tierra", aunque sea muy buena la calidad de vida, Canada tambien tiene a sus propios indigentes.
ResponderBorrarYo dejé de usar la mia (rodada 20 en ambas ruedas), rines de plastico, por que crecí y no hubo lana para otra mas grande, los chingadazos estuvieron buenos, incluyendo 20 m de barda tallandome para que frenara, y no tuve quien me gritara amorosamente.
Un saludo
Pues yo sí la uso, no para el transporte diaro por tener distancias grandes, pero la procuro para las distancias cortas. En Querétaro voy al super con mi hijo en bici. En Valle de Bravo, cuando vamos, hacemos recorridos de montaña en bici, y en la Cd. de México la usé mucho cuando viví en la Condesa con el sistema de bicis compartidas que implementó el PRD. Así es que no creo que sea un elemento olvidado por el progreso y estoy convencido que aumentará su uso en los próximos años.
ResponderBorrarEstimado Guffo siempre es un gusto leerte, un abrazo desde Mexicali :) la tierra que atrapo el sol...
ResponderBorrarExcelentes fotografías!
ResponderBorrarjajay, bienvenido a uno de los lugares donde mas se roban las bicicletas. checate las estadisticas por robo de bicicletas. te recomiendo dar seguimiento al robo, denuncialo, aqui si se puede. y comprate un buen candado como de 30 CAD p'arriba.
ResponderBorrarMe llama la atencion que dice Quebec libre! y eso ?
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