Hace poco me contrató una empresa para hacer unos dibujos. En un fin de semana ganaría lo que gano en un mes teniendo dos trabajos. Obviamente acepté jalar viernes, sábado y domingo más de 8 horas cada día. Pero lo importante no es eso. Lo que quiero platicarles es cómo un trabajo atractivo terminó convirtiéndose en algo que me deprimió bien cabrón y me arruinó la semana.
La cosa es que cuando llegué a las oficinas de la empresa, el dueño andaba algo atareado: hablaba por celular, hablaba por radio y por el teléfono de su oficina. Salía y entraba por puertas con una cara de congoja que no podía con ella. El hombre, muy amable, se disculpó por haberme hecho esperar y yo le dije que no había problema. Sentados ya en su oficina, me explicó la razón de su ajetreo. Acababa de pagar un rescate de 120 mil pesos por un trabajador al que le habían secuestrado.
El trabajador era un hombre de casi 40 años, jefe de taller y vendedor estrella de la empresa, que, por lo que escuché del mismo dueño y los demás empleados, era una persona íntegra y trabajadora, con una esposa y dos hijos, que llevaba más de 10 años laborando ahí.
En eso entró en la oficina un hombre trajeado, con una pistola en la cintura. Supuse que era un investigador y después lo confirmé, pues traía grabadas unas llamadas de la negociación. El hombre del traje y la pistola daba sus puntos de vista y los posibles motivos del secuestro. Al parecer, el hombre privado de su libertad tenía un vecino que acababa de salir del penal y simplemente se le hizo fácil jodérselo, pues el trabajador no tenía antecedentes delictivos ni "mala fama". Era un hombre decente y feliz. Y entonces, el investigador puso las llamadas para que las escuchara el dueño de la empresa.
El secuestrador hablaba tranquilo, sin groserías, incluso “amable”, exigiendo el dinero y dando indicaciones a la mujer del secuestrado. La mujer se notaba nerviosa, tartamudeaba y trataba de contener el llanto. Donde yo me quebré fue cuando le pasaron a su marido y ambos se soltaron llorando. “Todo va a salir bien, mi amor…”, “haz todo lo que ellos te digan preciosa… me han tratado bien, no me han torturado”, “dile a los niños que mañana llego a la casa… dámeles un beso”, “te amo, mi amor… todo va a salir bien, mi amor”, “Dios nos bendice, mi amor”. Uta… nomás de acordarme se me hace un pinche nudo en la garganta.
El sábado, cuando llegué a las oficinas, el dueño de la empresa no estaba. Habían matado al trabajador. El dinero se había entregado en el punto indicado por el criminal. Lo recogió una niña de 12 años que tenía la espalda tatuada con unos cuernos de carnero cimarrón. La niña dijo que se pondrían en contacto con la familia. Y ya no lo hicieron. Encontraron el cuerpo del hombre envuelto en una cobija, con el tiro de gracia. El dueño de la empresa había ido a dar el pésame a la familia del trabajador y a encargarse de los gastos del sepelio. En las oficinas, todos estaban consternados y algunas mujeres lloraban. Ni ganas de jalar me dieron ese día porque eventos como éste me ponen a reflexionar mil cosas.
Pareciera que en esta ciudad no vale estar del lado de Dios, no vale sentir amor ni comulgar con la decencia. En esta ciudad nada vale más que el dinero. En esta ciudad hay que agradecer, no estar vivos, sino que no se le antoje a alguien matarnos para quitarnos algo. Nos rebasó la pobreza, la ignorancia y la desvergüenza. Nos rebasó la necesidad hasta el punto de convertirnos en buitres del prójimo. Ya no siento rabia ni ganas de criticar ni de mentar madres, sólo unas infinitas ganas de ponerme a llorar.
La cosa es que cuando llegué a las oficinas de la empresa, el dueño andaba algo atareado: hablaba por celular, hablaba por radio y por el teléfono de su oficina. Salía y entraba por puertas con una cara de congoja que no podía con ella. El hombre, muy amable, se disculpó por haberme hecho esperar y yo le dije que no había problema. Sentados ya en su oficina, me explicó la razón de su ajetreo. Acababa de pagar un rescate de 120 mil pesos por un trabajador al que le habían secuestrado.
El trabajador era un hombre de casi 40 años, jefe de taller y vendedor estrella de la empresa, que, por lo que escuché del mismo dueño y los demás empleados, era una persona íntegra y trabajadora, con una esposa y dos hijos, que llevaba más de 10 años laborando ahí.
En eso entró en la oficina un hombre trajeado, con una pistola en la cintura. Supuse que era un investigador y después lo confirmé, pues traía grabadas unas llamadas de la negociación. El hombre del traje y la pistola daba sus puntos de vista y los posibles motivos del secuestro. Al parecer, el hombre privado de su libertad tenía un vecino que acababa de salir del penal y simplemente se le hizo fácil jodérselo, pues el trabajador no tenía antecedentes delictivos ni "mala fama". Era un hombre decente y feliz. Y entonces, el investigador puso las llamadas para que las escuchara el dueño de la empresa.
El secuestrador hablaba tranquilo, sin groserías, incluso “amable”, exigiendo el dinero y dando indicaciones a la mujer del secuestrado. La mujer se notaba nerviosa, tartamudeaba y trataba de contener el llanto. Donde yo me quebré fue cuando le pasaron a su marido y ambos se soltaron llorando. “Todo va a salir bien, mi amor…”, “haz todo lo que ellos te digan preciosa… me han tratado bien, no me han torturado”, “dile a los niños que mañana llego a la casa… dámeles un beso”, “te amo, mi amor… todo va a salir bien, mi amor”, “Dios nos bendice, mi amor”. Uta… nomás de acordarme se me hace un pinche nudo en la garganta.
El sábado, cuando llegué a las oficinas, el dueño de la empresa no estaba. Habían matado al trabajador. El dinero se había entregado en el punto indicado por el criminal. Lo recogió una niña de 12 años que tenía la espalda tatuada con unos cuernos de carnero cimarrón. La niña dijo que se pondrían en contacto con la familia. Y ya no lo hicieron. Encontraron el cuerpo del hombre envuelto en una cobija, con el tiro de gracia. El dueño de la empresa había ido a dar el pésame a la familia del trabajador y a encargarse de los gastos del sepelio. En las oficinas, todos estaban consternados y algunas mujeres lloraban. Ni ganas de jalar me dieron ese día porque eventos como éste me ponen a reflexionar mil cosas.
Pareciera que en esta ciudad no vale estar del lado de Dios, no vale sentir amor ni comulgar con la decencia. En esta ciudad nada vale más que el dinero. En esta ciudad hay que agradecer, no estar vivos, sino que no se le antoje a alguien matarnos para quitarnos algo. Nos rebasó la pobreza, la ignorancia y la desvergüenza. Nos rebasó la necesidad hasta el punto de convertirnos en buitres del prójimo. Ya no siento rabia ni ganas de criticar ni de mentar madres, sólo unas infinitas ganas de ponerme a llorar.
un abrazo grande.
ResponderBorraruff
ResponderBorrarsin palabras...............
mta...pues ojala y te la apliquen a ti o algún puto familiar tuyo, me daría un chingo de risa verte bañado de sangre en el blog del narco, pinche pelón ojete...
ResponderBorrarDeja corro la voz de una pinche tienda pedera de cajas de cartón
Ánimo, man.
ResponderBorrarLo más cruel es que en medios masivos de comunicación usualmente se estigmatiza a los encobijados, decapitados y asesinados como miembros del crimen organizado que mueren en riñas, balaceras o a causa de venganzas, nunca como ciudadanos comunes y corrientes que corrieron con mala suerte.
ResponderBorrarEs triste saber que le puede pasar a cualquiera : (
arrghhhhh son mamadas !!!! que mal para la familia del señor..... y todo por 120 mil pinches pesos....
ResponderBorrarque triste noticia. Me dejó perpleja. :(
ResponderBorrarEsto va de mal en peor, y no parece verse la luz. Pero, lo bueno es que sí hay una solución, lo malo es que estamos en una depresión masiva autodestructiva que nadie cree que pueda haber una solución y se unden en la negatividad. La solución que veo es que veamos a esos criminales como personas, personas que carecerienos de mucho, de todo eso que el gobierno la sociedad y su padres no les dieron, una buena educación de calidad intelectual y de valores, una ambiente placentero, dignificación, igualdad, ya que en esta sociedad se te mide por el dinero, y aquellos que no tienen sienten no valer nada. Simplemente víctimas del sistema (sistema monetario) que está demostrando ser muy defectuoso. En lugar de invertirle en el teletón, deberíamos de invertir todos para escuelas de verdadera calidad super escuelas en donde se les exalte sus cualidades a cada niño para los que menos tienen, para hacerles ver que son valiosos e importantes y que valemos todos igual. Nos falta empatía, para ver a quienes andan en la calle pidiendo dinero y darnos cuenta que valen y merecen lo mismo que todos, una vida digna.
ResponderBorrarIgual y te vienen bien unos cuantos abrazos.
ResponderBorrarYo te ofrezco 2046
Ps quien sabe si li hice bien o no se, pero yo te dejaba 2046 abrazos...
ResponderBorrar2046
esta gacha la pelicula carnal, ni pex
ResponderBorrardios NO existe
ResponderBorrarYa lo dijo uno de los anónimos, con ser encobijado todos creen que son delincuentes, ajustes de cuentas o gente que lo merece. ¿Pero cuantos de ellos realmente son victimas y cuantos no?
ResponderBorrarUna pena lo que pasa en Monterrey, sin embargo no es único, en lugares como Chihuahua de pronto pasan estos sucesos y ya la gente lo ve como algo normal.
hay una película de Carlos Enrique Taboada llamada "Rapiña" el slogan que la anuncia es "él llego antes que los buitres, a despojar a los muertos"
ResponderBorrarpiensen en eso...
Ni que decir, uno ya no entiende cual es la salida, de que lado estar o de donde agarrarse...
ResponderBorrar----------------
Buen viaje Gustavo, lástima que te lleves cosas como esta en la cabeza...
lo leo y no lo creo.
ResponderBorrarQué se dice, qué se hace cuando te encuentras con esto? No sé ni que pensar... no nos preparan para lidiar con este tipo de situaciones, por qué habrían de hacerlo? no imagino lo que siente la gente por aquellos lugares.
ResponderBorrarY los que se pueden ir que se vayan, y los que no, pues ya...
ResponderBorrarSeré inocente o pendeja, pero como alguien tan fácilmente se puede convertir en asesino?
ResponderBorrarNo me cabe en la cabeza y menos en el corazón saber que eso sucede todos los días :(
Estamos peleando una guerra donde los ciudadanos somos soldados con las manos atadas.
ResponderBorrarCosas como estan se estan volviendo cotidianas y nos vamos deshumanizando poco a poco, que hasta se nos hace normal, hasta que lo vemos de cerca
Gracias a Dios tú ya te vas, no necesitas ningun motivo para quedarte. Dios nos libre de que nos pasen esas cosas.
ResponderBorrarDe la chingada Guffo, de la chingada. :-(
ResponderBorrarhijos de perra delincuentes y todo por el puto dinero. hahh. mucha mucha moelstia
ResponderBorrarGracias a todos por sus comentarios.
ResponderBorrarDisculparán las faltas de ortografía que ya corregí. Buen martes.
Realmente no importa lo que uno haga, aunque sea bueno o también malo, de todas formas vas a morir. Mejor o peor que otros, pero igualmente consumido por el infinito caos.
ResponderBorrarLástima que cualquiera puede blandir la cruel arma de la muerte...
Estaba cenando mientras te leía y me dieron ganas horribles de devolver.
ResponderBorrarDe verdad que lo único que yo le pido a Dios todas las noches es que no secuestren a ninguna de las personas que amo, ni a mí.
Fíjate que ayer por la noche una prima mía me llamó diciendo que tuviéramos mucho cuidado al andar en la calle mi hermana y yo, porque habían levantado a una maestra en su auto, pidieron 80 mil de rescate, y durante cuatro días la violaron y madrearon entre los dos, y la dejaron tirada en otra Ciudad Vecina, dicen que la maestra está en shock, y que hubiese sido mejor que la hubieran matado de tan mal que la dejaron.
Yo no entiendo de verdad, no entiendo cómo alguien puede siquiera rasguñar a alguien más.....
En lo dicho, malditos sean ellos y su descendencia. Y malditos aquéllos que indirectamente han derramado sangre inocente.
no se aguíte, Don Caballero ya estara el dia, en que todos estos hijos del mal pagaran por todas sus atrocidades!!!.
ResponderBorrarYo ya estoy tramitando mi Beretta .380 mejor conocida como 9mm short en la DCAM para ver quien se anima a ir por mi a mi casa.
ResponderBorrarLes espera un plomo en la frente hijos de puta.
Si que deprime, solo espero que la familia encuentre pronta resignación. Que Dios los perdone, pero que el karma los chingue.
ResponderBorrarNo son maneras de hacer llorar a las personas... TT
ResponderBorrarQue triste lo que le sucede a una ciudad con gente tan pero tan buena...
ResponderBorrarHola, disculpa soy nuevo en esto de los blogs y me gustaría saber como es, eso de los derechos de autor, si podrias explicarme como es eso, te lo agradecería. Gracias
ResponderBorrarDon Guffo relei su entrada y me salte la conversacion entre los esposos... Un Abrazo de cabrones. Voy a abrazar bien fuerte a mis hijos y besar a mi esposa como cuando eramos novios.
ResponderBorrarcagada de mexico en el que vivimos.
ResponderBorrar='(
ResponderBorrarNi en tu ciudad, ni en la mía ni en ninguna otra Guffo. Nos están orillando a vivir con el puto miedo todos los días y cómo dice el anónimo de arriba mejor pensar en tener un arma a la mano para defenderse cómo en tiempos de oscuridad. Un abrazo.
ResponderBorrarAlán Sánchez.
Puto país de mierda...
ResponderBorrarSe parte el corazón.
ResponderBorrarQué triste leer esto. A mí también me dieron ganas de llorar. Te mando un abrazote.
ResponderBorrarTriste y más triste ver hacia adelante... sólo nos queda la esperanza.
ResponderBorrarOye Guffo... ¿no serían estos los secuestradores que mencionas?
ResponderBorrarhttp://monterrey.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/be0e93a852354ad9e833b2ddff3040ea
En la nota mencionan que entre los secuestradores había una niña de 13 años.
En El Norte mencionan: "De la Garza señaló que la banda asesinó a dos de sus víctimas, una de las cuales abandonaron su cuerpo con un mensaje escrito en Nogalar y Vía a Matamoros."
Saludos.
Dan ganas de salir corriendo al rincón más alejado del mundo, allá donde no hay gente.
ResponderBorrarSí, Estela, parece ser que esos cabrones fueron.
ResponderBorrarMuchas gracias a todos por sus comentarios. Disculparán que ya no escriba tan seguido como antes, pero sigo con lo del viaje y arreglando los últimos trámites y acabando chambas pendientes. Prometo volver a escribir más.
Buen fin de semana.
Que deprimente es saber este tipo de historias, a un conocido de mis jefes le secuestraron a su esposa, gente honesta y trabajadora, no le hicieron nada pero ya no quieren trabajar, una putísima empresota y quieren irse de aqui, mandar todo al carajo y desaparecer, dicen que dieron un chingo de lana.
ResponderBorrarNo me meteré al tema de si Dios existe, eso si, siempre que salgo de mi casa me encomiendo para que regrese bien a casa y que mi familia no le pase nada malo, no puedo hacer otra cosa, ahhh si, si puedo, inculcarle buenos valores a mis hijos y no ser corrupto.
Que tristeza de verdad... :( me impacto tu post. Precisamente por es una de las razones porque la que nosotros queremos irnos a Canada tambien. El tramite no es dificil Guffo, solo lento y todo depende de los cumplas con los requistos del lado que quieras irte.. Ya sea el frances o otro. Nosotros estamos aplicando por el lado frances.. tenemos que aprender el idioma y tener una profesion y experiencia profesional ademas de ser menores de 37 años. Como tu te vas.. creo que es mas facil tramitar tu residencia desde alla y mas con lo que tu haces.. (dibujar) eso alla es super demandado. Asi que suerte!
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