cow ciones...

Todos queríamos perder la virginidad en una noche loca, con una borracha bien buena que nos hubieramos ligado en la disco. Todos ibamos a tocar antes de entrar al cuarto, por si algún amigo estaba en pleno chaca chaca con una gringuita cachonda. Teníamos 17 años, eramos unos pendejos (o más bien, queriamos actuar como los demás pendejos) y estas eran nuestras preocupaciones en las vacaciones. Lógico que regresabamos más vírgenes que la santísima virgen, sin lana, ardidos de la espalda y con el único "mérito" de habernos ligado a unos putitos que nos querian invitar bebidas gratis. Vi cerca el adios a mi virginidad cuando en el Bora Bora de Mazatlán, llegó una morrita y me abrazó, así nomás. "Ya chingué!!!", pensé, "aquí traigo las llaves del cuarto". Nomás sentía como la nena balbuceaba y arremolinaba su cabeza en mi pecho. Pero la cerda se estaba limpiando el hocico porque acababa de guakarear. Piiinche vieja, con razón olía medio extraño. Ya decía yo que las cosas no caen del cielo y menos, cuando de prau prau se trata. Ahí estaba yo, con mi camiseta toda manchada de amarillo, con la morra colgada del cuello y hablandole a un guey de seguridad pa´que me la quitaran de encima antes de que acabara como el padrecito de El Exorcista. Ahora, las vacaciones son distintas, las disfruto de otra forma, las disfruto muchísimo más. Me gusta quedarme horas rompiendo olas, nadando en el mar, andar toda la semana en shorts, sin camisa, sin bañarme, sin arreglarme, ver peces, tirarme en la arena, caminando por lugares desconocidos, platicar con los pescadores, con la ñora del mercado, tomar fotos, buscar refugios alejados de la gente, comer rico, beber cerveza, evitar los antros, el ruido, la gente... Ya no soy el pendejillo aquel, nunca lo fui, quería aparentar cosas que no soy y gracias a Dios me di cuenta pronto de eso; por que aaah cómo disfruto la paz en vacaciones. Váyanse armando algo ¿no???