No me gusta el término “artista”.
Me suena algo rimbombante y, al mismo tiempo, medio ambiguo e injusto, pues creo que muchas veces el mote le queda chico a
algunos y muuuy grande a otros. Yo me considero dentro del segundo grupo. No es falsa modestia, ni humildad, ni "hacer menos mi trabajo"; es simplemente conocer las limitaciones propias y los alcances que puede tener la palabra en cuestión.
Pero también estoy consciente que, aunque no soy un Santiago Carbonell o un Saul Steinberg, tampoco soy uno de esos farsantes como Damien Hirst, Gabriel Orozco o cualquier expositor de Zona Maco, que exhiben sus cabezas de ternera con moscas, sus cajas de zapatos vacías, sus cubetas de colores con agua o su palo de escoba metido en una llanta mientras se forran de fama y dinero de incautos que consideran sus mamarrachadas “arte”.
Siento que lo mío es más honesto. Por eso quiero invitarlos a mi primera "exposición individual"; que también me suena medio mamón el término, pero bueno: eso es.
Lo mío no sé si sea arte. Prefiero llamarlo “dibujitos”; lo que disfruto hacer desde hace mucho tiempo. La exposición es una selección de dibujos que hice de acuerdo a mis intereses, capacidad creativa y algo de talento. No pretendo venderlos en miles de millones de pesos ni hacerme famoso, sino invitar a la gente a la reflexión y a la acción. Son veinticinco dibujos sobre árboles y edificios. Son veinticinco impresiones en vinilo adherido a trovicel que reflejan la lucha eterna y desigual entre la naturaleza y el progreso; el contraste entre lo verde y lo gris; entre el desarrollo urbano irresponsable y el medio ambiente; es el sueño de buscar siempre el equilibrio que nos permita vivir en ciudades más bonitas y más sanas; entre ciudadanos, empresas y autoridades más conscientes y respetuosos del entorno natural.
Pero también estoy consciente que, aunque no soy un Santiago Carbonell o un Saul Steinberg, tampoco soy uno de esos farsantes como Damien Hirst, Gabriel Orozco o cualquier expositor de Zona Maco, que exhiben sus cabezas de ternera con moscas, sus cajas de zapatos vacías, sus cubetas de colores con agua o su palo de escoba metido en una llanta mientras se forran de fama y dinero de incautos que consideran sus mamarrachadas “arte”.
Siento que lo mío es más honesto. Por eso quiero invitarlos a mi primera "exposición individual"; que también me suena medio mamón el término, pero bueno: eso es.
Lo mío no sé si sea arte. Prefiero llamarlo “dibujitos”; lo que disfruto hacer desde hace mucho tiempo. La exposición es una selección de dibujos que hice de acuerdo a mis intereses, capacidad creativa y algo de talento. No pretendo venderlos en miles de millones de pesos ni hacerme famoso, sino invitar a la gente a la reflexión y a la acción. Son veinticinco dibujos sobre árboles y edificios. Son veinticinco impresiones en vinilo adherido a trovicel que reflejan la lucha eterna y desigual entre la naturaleza y el progreso; el contraste entre lo verde y lo gris; entre el desarrollo urbano irresponsable y el medio ambiente; es el sueño de buscar siempre el equilibrio que nos permita vivir en ciudades más bonitas y más sanas; entre ciudadanos, empresas y autoridades más conscientes y respetuosos del entorno natural.
La cita es el domingo 19 de
abril a las 4 de la tarde, en la calle José
Mariano Abasolo #916, entre Diego de Montemayor y Mina, en el corazón del
Barrio Antiguo de Monterrey. El lugar se llama La Madriguera.
Para los que me preguntaban por el libro del Escuadrón Retro, saqué una pequeña reimpresión que estará a la venta ese día en el lugar de la exposición, o pueden pedirlo por aquí y se los mando. También habrá algunos souvenirs de producción limitada. La exposición durará un mes, por si no pueden ir el domingo.
¡Saludos!
Para los que me preguntaban por el libro del Escuadrón Retro, saqué una pequeña reimpresión que estará a la venta ese día en el lugar de la exposición, o pueden pedirlo por aquí y se los mando. También habrá algunos souvenirs de producción limitada. La exposición durará un mes, por si no pueden ir el domingo.
¡Saludos!
Me encantaría vivir en Monterrey sólo ese día.
ResponderBorrarFelicidades, Guffo.
¡Que genial!
ResponderBorrarGuffo y La madriguera! Excelente combinación, no sé por qué, pero nunca imaginé verte ahí. Muy bien por ti y por La madriguera. Me separas un libro del escuadrón retro? :D
ResponderBorrarHola Guffo, a los que vivimos fuera de Monterrey, crees que ya que pase la exposición nos puedas mostrar los 25 "dibujitos" e tu blog. A mi en lo personal me gustaría mucho verlos.
ResponderBorrarSaludos
______________Jorge______________
Con todo respeto compadre solo diré lo siguiente: De mi arte a tu arte, prefiero mi arte.
ResponderBorrarEres a toda madre compa.
Mar: Snif! Prometo subir los dibujos y las fotos. Saludos.
ResponderBorrarEl Simple: Gracias. Si vives aquí y puedes, ahí nos vemos.
Jorge Reza: Muchas gracias. La verdad La Madriguera es un lugar bien chingón. Te separó el libro.
Jorge: Claro que sÍ. También subiré algunas fotos. Saludos.
Master: Jejejeje, muchas gracias.
Santiago Carbonell también es farsante, eres de los que se dejan apantallar por el hiperrealismo. Su técnica tiene mucho merito pero no es más que un artesano.
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