No sé si estén familiarizados con el código 1000, pero a continuación se los explico brevemente. El código 1000 es un grupo de números que sustituyen palabras, y son usados por los cuerpos policiacos y los radioaficionados. Cuenta la leyenda que el código 1000 fue creado en el sexenio de Díaz Ordaz, durante las olimpiadas del 68, y que el objetivo de esta mamada era -y es- comunicarse a través de frases cortas para así evitar la obviedad en las comunicaciones entre polis, para acortar las transmisiones y para que no se gastara la batería de los radios portátiles. Recuerden que antes vivíamos como animales: sin Twitter ni Facebook, puro teléfono, walkie talkie y programas de Verónica Castro.
En lo personal, el código 1000 me parece algo así como los "emoticones", como escribir como fotologuero -tragándose letras y poniendo las que no son- o como los gruñidos de los animales; no por nada el código 1000 se inventó cuando el presidente de México parecía -y era- un pinche chango. Pero bueno...
De entre todos los trabajos temporales que alguna vez tuve antes de convertirme en El Bloguero Más Sexy del Sistema Solar, hubo uno en el que hablaban en código 1000. Al principio fue algo bien cabrón adaptarme, pues es como si todos hablaran otro idioma y uno se siente en una maquiladora de esclavos chinos y nomás hace como que entiende y asiente, o se ríe, o pone cara de pendejo. Me acuerdo que el primer día, nomás llegando a mi nuevo cubículo, entró un oficial muy serio a decirme:
-Licenciado: hay un 24 por 57.
Yo, queriendo parecer la mera verga en eficiencia, le respondí:
-1368.
-¿Cómo dijo? –preguntó el uniformado.
-Le digo que 24 por 57 da un total de 1368. De nada.
El oficial se me quedó viendo, incrédulo.
-Eeeeh… 24 significa “detenido” y 57 significa “asalto”, señor. Cayó un detenido por asalto.
-Aaaaah… je je je… -y me cubrí el rostro con mi rebozo, de la vergüenza que me dio.
Después ya me acostumbré al nuevo idioma, pero no del todo. Hablar con números es muy raro y uno se imagina cosas que no son. Por ejemplo, el número que más decían era el 24, que, como les dije, es el de los detenidos; pero cada que alguien mencionaba: “¡Llegó un 24!”, yo me imaginaba que era un 24 de cervezas y que era hora de encuerarse, subirle a la música y comenzar la fiesta, snif.
Otro número que me causó problemas fue el 7. No es nada cabalístico, ni de buena suerte, ni esas jaladas en las que cree Madonna. El 7 significa “fuera para comer”. Entonces, cuando me decían: “Vamos al 7, ¿gusta acompañarnos?”, pues yo me les pegaba porque tenía mucha hambre; pero resultaba que el 7 lo utilizaban de manera literal, pues llegábamos al pinchurriento 7 Eleven y ahí mis compañeros se atascaban de sopas Maruchan, hotdogs, bolsas con semillitas de calabaza y refrescos de medio litro. Y pues yo me jodía y tenía que comprar mi comida ahí, como vil estudihambre. Pero luego pasaba todo lo contrario, porque ya saben que la Ley de Murphy es la única que rige el universo; entonces, cuando me volvían a invitar “al 7”, les decía que no iba, y resultaba que regresaban de comer mariscos en un restaurante bien chingón y yo les reclamaba diciendo que yo pensé iban a ir al 7 Eleven y me decían que 7 significa “fuera para comer” y yo eso ya lo sabía y total que era un pinche revoltijo y puros malentendidos.
Repito: hablar con números es muy raro. Ningún número tiene que ver con lo que uno puede imaginarse u obviar. Cualquier persona medianamente inteligente pensaría que un 69 significa delito sexual o que un 41 es una acción homofóbica, pero nel: 69 significa “artefacto explosivo” y 41 es “hacer contacto”, pero no contacto pene-culo, no. El único número del cual pude deducir su significado por lógica simple, fue cuando pregunté por un Licenciado y me dijeron: “Está en 7 invertido”, y pues si 7 es comer, 7 invertido es “descomer”. Y sí, a los 5 minutos salió el Licenciado del baño, limpiándose el sudor con un pañuelo y pidiendo cerillos para disimular la hediondez del pozole "descomido".
Fue bonito mi trabajo en donde todos hablaban en código 1000, snif.
En lo personal, el código 1000 me parece algo así como los "emoticones", como escribir como fotologuero -tragándose letras y poniendo las que no son- o como los gruñidos de los animales; no por nada el código 1000 se inventó cuando el presidente de México parecía -y era- un pinche chango. Pero bueno...
De entre todos los trabajos temporales que alguna vez tuve antes de convertirme en El Bloguero Más Sexy del Sistema Solar, hubo uno en el que hablaban en código 1000. Al principio fue algo bien cabrón adaptarme, pues es como si todos hablaran otro idioma y uno se siente en una maquiladora de esclavos chinos y nomás hace como que entiende y asiente, o se ríe, o pone cara de pendejo. Me acuerdo que el primer día, nomás llegando a mi nuevo cubículo, entró un oficial muy serio a decirme:
-Licenciado: hay un 24 por 57.
Yo, queriendo parecer la mera verga en eficiencia, le respondí:
-1368.
-¿Cómo dijo? –preguntó el uniformado.
-Le digo que 24 por 57 da un total de 1368. De nada.
El oficial se me quedó viendo, incrédulo.
-Eeeeh… 24 significa “detenido” y 57 significa “asalto”, señor. Cayó un detenido por asalto.
-Aaaaah… je je je… -y me cubrí el rostro con mi rebozo, de la vergüenza que me dio.
Después ya me acostumbré al nuevo idioma, pero no del todo. Hablar con números es muy raro y uno se imagina cosas que no son. Por ejemplo, el número que más decían era el 24, que, como les dije, es el de los detenidos; pero cada que alguien mencionaba: “¡Llegó un 24!”, yo me imaginaba que era un 24 de cervezas y que era hora de encuerarse, subirle a la música y comenzar la fiesta, snif.
Otro número que me causó problemas fue el 7. No es nada cabalístico, ni de buena suerte, ni esas jaladas en las que cree Madonna. El 7 significa “fuera para comer”. Entonces, cuando me decían: “Vamos al 7, ¿gusta acompañarnos?”, pues yo me les pegaba porque tenía mucha hambre; pero resultaba que el 7 lo utilizaban de manera literal, pues llegábamos al pinchurriento 7 Eleven y ahí mis compañeros se atascaban de sopas Maruchan, hotdogs, bolsas con semillitas de calabaza y refrescos de medio litro. Y pues yo me jodía y tenía que comprar mi comida ahí, como vil estudihambre. Pero luego pasaba todo lo contrario, porque ya saben que la Ley de Murphy es la única que rige el universo; entonces, cuando me volvían a invitar “al 7”, les decía que no iba, y resultaba que regresaban de comer mariscos en un restaurante bien chingón y yo les reclamaba diciendo que yo pensé iban a ir al 7 Eleven y me decían que 7 significa “fuera para comer” y yo eso ya lo sabía y total que era un pinche revoltijo y puros malentendidos.
Repito: hablar con números es muy raro. Ningún número tiene que ver con lo que uno puede imaginarse u obviar. Cualquier persona medianamente inteligente pensaría que un 69 significa delito sexual o que un 41 es una acción homofóbica, pero nel: 69 significa “artefacto explosivo” y 41 es “hacer contacto”, pero no contacto pene-culo, no. El único número del cual pude deducir su significado por lógica simple, fue cuando pregunté por un Licenciado y me dijeron: “Está en 7 invertido”, y pues si 7 es comer, 7 invertido es “descomer”. Y sí, a los 5 minutos salió el Licenciado del baño, limpiándose el sudor con un pañuelo y pidiendo cerillos para disimular la hediondez del pozole "descomido".
Fue bonito mi trabajo en donde todos hablaban en código 1000, snif.