No sé si se deba a que es octubre, el mes del halloween, los fantasmas, los “mostros” y el “horrors”; pero es que neta que últimamente han llegado al negocio de cajas muchos clientes que dan miedo, brrrrrr...
El primero fue hace un par de semanas. Llegó un cabrón de ésos que alguna vez estuvo musculoso y ahora tiene cuerpo de luchador mexicano, acá: todo ancho y barrigón, y que cree que sigue estando musculoso y delgado y sigue usando playeras pegadas al cuerpo y no sabe que es de muy mal gusto para los ojos de cualquier ser viviente por más insignificante que éste sea.
Total que el güey llegó preguntando por material de empaque para una mudanza, y pues ya, le ofrecí plástico burbuja, mecate, cajas, cinta adhesiva y chingaderas de ésas. El güey, sin que yo se lo preguntara, sacó el tema de que había sido integrante de un grupo músico vocal mexicano. Cuando le pregunté, por pura cortesía, que de cuál agrupación, me dijo muy orgulloso que de Ragazzi.
Aaaah, síiii…, le dije sin saber qué putas era Ragazzi. Luego me aclaró: Bueno, yo soy de la segunda etapa del grupo. “Mmmmta madre, ¡no conozco ni a los de la “primera etapa” y este cabrón cree que voy a conocer a los segundones!”, pensé.
Después me sentí algo incómodo porque se quedó callado y yo no sabía si el güey me había hecho esa revelación porque quería que le pidiera un autógrafo o porque buscaba que le hiciera un descuento por su fugaz y vergonzosa carrera musical. Durante ese silencio incómodo, yo nomás pensaba: “Que no se vaya a poner a cantar, nomás que no se vaya a poner a cantar por favor Diosito...”.
Total que el chico Ragazzi no cantó ni pidió descuento y terminó llevándose nomás mecate y plástico burbuja.
A los 5 minutos de su partida, me entró una angustia bien gacha y empecé a tener visiones, pues supuse que lo que el “Ragazzo” había comprado lo iba a utilizar para suicidarse. Ya lo veía yo en su cuarto, cubriendo todos los muebles de plástico burbuja, subiéndose a una silla y metiendo la cabeza en una horca de mecate, snif. ¿O a poco no se suicidarían ustedes, queridos lectores, de haber sido integrantes de la segunda etapa de un grupo músico vocal mexicano del cual nadie se acuerda ni de los integrantes de la primera etapa? Yo sí lo haría, y a mucha pinche honra.
Pero nel. El güey no se suicidó porque llegó como a las dos horas por más cosas y ahora sí se llevó cajas y cinta adhesiva y bolsas de mic pac y otras cosillas. Pero cuando se fue, otra vez me entró la angustia, pues pensé: “¿De dónde diablos habrá sacado el dinero para pagar todo lo que se llevó este cabrón? Si Rigo Tovar murió en la miseria siendo exitosísimo como cantante, no quiero imaginar la vida de un miembro de la segunda etapa de un grupo llamado Ragazzi”.
Y ya no volvió. Tal vez sí se suicidó.
Luego, como a la semana, llegó un cabrón bien raro, con la cabeza rapada, acá, tipo skin head pero con la mirada más loca. El hombre quería pedazos de cartón pequeños, quesque para unas manualidades que iban a realizar los niños de una iglesia. Le ofrecí una lámina de cartón, pero me dijo que si no tenía los cuadritos ya cortados. Entonces busqué unos pedazos de cartón de desperdicio que a veces nos manda la franquicia. Y los encontré y se los di. Eran bastantitos. Cuando me dijo que cuánto me debía, le dije que no había problema, que se los regalaba. Y con una seriedad perturbadora, me dijo: “Estás trabajando para Dios”, y se fue. Un escalofrío me recorrió desde la nuca hasta el nudo de globo. Cerré la puerta del negocio con llave y me puse detrás del mostrador, armado con un cuchillo desechable de esos que vienen en las comidas corridas. Y es fecha que sigo teniendo pesadillas con ese cliente pelón y sueños raros de que soy el empleado del mes del supermercado de Dios.
Y bueno, ya. El último cliente del horror llegó hoy. Era un señor cincuentón que me preguntó por bolsa navideñas. Estamos a 10 días de halloween, ah, no, pero el señorón quería bolsas navideñas, con santocloses y monos de nieve y renos y nochesbuenas. Cuando le dije que eso lo empezábamos a manejar la primera semana de noviembre, se dio la media vuelta y se fue tranquilamente. Y cuando se fue, ¡me cayó el veinte! Era un viajero en el tiempo. ¡Era un pinche viajero en el tiempo! Nunca antes había venido al negocio un viajero en el tiempo y yo lo eché a perder, snif. Desperdicié la que posiblemente sea mi única oportunidad de conocer a un viajero en el tiempo. ¡Vuélve y llévame contigo, viajero en el tiempooooo; llévame a donde sí haya bolsas de navidad en octubreeeee, viajero en el tiempooo!
Y ya, ésos han sido mis clientes del mes.
El primero fue hace un par de semanas. Llegó un cabrón de ésos que alguna vez estuvo musculoso y ahora tiene cuerpo de luchador mexicano, acá: todo ancho y barrigón, y que cree que sigue estando musculoso y delgado y sigue usando playeras pegadas al cuerpo y no sabe que es de muy mal gusto para los ojos de cualquier ser viviente por más insignificante que éste sea.
Total que el güey llegó preguntando por material de empaque para una mudanza, y pues ya, le ofrecí plástico burbuja, mecate, cajas, cinta adhesiva y chingaderas de ésas. El güey, sin que yo se lo preguntara, sacó el tema de que había sido integrante de un grupo músico vocal mexicano. Cuando le pregunté, por pura cortesía, que de cuál agrupación, me dijo muy orgulloso que de Ragazzi.
Aaaah, síiii…, le dije sin saber qué putas era Ragazzi. Luego me aclaró: Bueno, yo soy de la segunda etapa del grupo. “Mmmmta madre, ¡no conozco ni a los de la “primera etapa” y este cabrón cree que voy a conocer a los segundones!”, pensé.
Después me sentí algo incómodo porque se quedó callado y yo no sabía si el güey me había hecho esa revelación porque quería que le pidiera un autógrafo o porque buscaba que le hiciera un descuento por su fugaz y vergonzosa carrera musical. Durante ese silencio incómodo, yo nomás pensaba: “Que no se vaya a poner a cantar, nomás que no se vaya a poner a cantar por favor Diosito...”.
Total que el chico Ragazzi no cantó ni pidió descuento y terminó llevándose nomás mecate y plástico burbuja.
A los 5 minutos de su partida, me entró una angustia bien gacha y empecé a tener visiones, pues supuse que lo que el “Ragazzo” había comprado lo iba a utilizar para suicidarse. Ya lo veía yo en su cuarto, cubriendo todos los muebles de plástico burbuja, subiéndose a una silla y metiendo la cabeza en una horca de mecate, snif. ¿O a poco no se suicidarían ustedes, queridos lectores, de haber sido integrantes de la segunda etapa de un grupo músico vocal mexicano del cual nadie se acuerda ni de los integrantes de la primera etapa? Yo sí lo haría, y a mucha pinche honra.
Pero nel. El güey no se suicidó porque llegó como a las dos horas por más cosas y ahora sí se llevó cajas y cinta adhesiva y bolsas de mic pac y otras cosillas. Pero cuando se fue, otra vez me entró la angustia, pues pensé: “¿De dónde diablos habrá sacado el dinero para pagar todo lo que se llevó este cabrón? Si Rigo Tovar murió en la miseria siendo exitosísimo como cantante, no quiero imaginar la vida de un miembro de la segunda etapa de un grupo llamado Ragazzi”.
Y ya no volvió. Tal vez sí se suicidó.
Luego, como a la semana, llegó un cabrón bien raro, con la cabeza rapada, acá, tipo skin head pero con la mirada más loca. El hombre quería pedazos de cartón pequeños, quesque para unas manualidades que iban a realizar los niños de una iglesia. Le ofrecí una lámina de cartón, pero me dijo que si no tenía los cuadritos ya cortados. Entonces busqué unos pedazos de cartón de desperdicio que a veces nos manda la franquicia. Y los encontré y se los di. Eran bastantitos. Cuando me dijo que cuánto me debía, le dije que no había problema, que se los regalaba. Y con una seriedad perturbadora, me dijo: “Estás trabajando para Dios”, y se fue. Un escalofrío me recorrió desde la nuca hasta el nudo de globo. Cerré la puerta del negocio con llave y me puse detrás del mostrador, armado con un cuchillo desechable de esos que vienen en las comidas corridas. Y es fecha que sigo teniendo pesadillas con ese cliente pelón y sueños raros de que soy el empleado del mes del supermercado de Dios.
Y bueno, ya. El último cliente del horror llegó hoy. Era un señor cincuentón que me preguntó por bolsa navideñas. Estamos a 10 días de halloween, ah, no, pero el señorón quería bolsas navideñas, con santocloses y monos de nieve y renos y nochesbuenas. Cuando le dije que eso lo empezábamos a manejar la primera semana de noviembre, se dio la media vuelta y se fue tranquilamente. Y cuando se fue, ¡me cayó el veinte! Era un viajero en el tiempo. ¡Era un pinche viajero en el tiempo! Nunca antes había venido al negocio un viajero en el tiempo y yo lo eché a perder, snif. Desperdicié la que posiblemente sea mi única oportunidad de conocer a un viajero en el tiempo. ¡Vuélve y llévame contigo, viajero en el tiempooooo; llévame a donde sí haya bolsas de navidad en octubreeeee, viajero en el tiempooo!
Y ya, ésos han sido mis clientes del mes.
Tres clientes y bien frikis, con razon quieres huir del país querido.
ResponderBorrarjajajajaj Ah como me divierto leyendote.
Ohh, me gustó más el último cliente monstruoso, jaja!
ResponderBorrarjajaja poca madre tu relato, me ha hecho reír mucho eso del empleado del mes de Dios, casi siempre cuando alguien me dice, que Dios te lo pague, me siento extraño, como que siempre me imagino a Dios con unos billetotes y con la cara del señor del monopoly queriendo que le devuelva su cambio :)
ResponderBorrarCreo que fumaste de la gacha y en tus estados mas sensibles te dio por externar tus comentarios mi estimado pero esta bien, a todos nos pasa jejeje saludos...
ResponderBorrarEs que octubre también es el mes de los lunáticos, jajaja
ResponderBorrarme hacen el día tus post's ácidos, gracias
Jajajaja, de Ragazzi nomás me acuerdo que un compañero en la secundaria los escuchaba. Compañero que ya en la prepa se declaró maricón, pero en fin...
ResponderBorrarAparte, utilizo el ejemplo de ese grupo para aclarar la pronunciación de "pizza" a quienes se empeñan a pronunciarla así, como se escribe: "pisa". Algunos hasta sacan a colación lo de la torre inclinada de Pisa, pfft.
Y ya, divago. Saludos.
Jajajaja eso es vida y no chingaderas.
ResponderBorrarTú mentándole la madre a Dios y resulta que trabajas para él jaja.
GUffo te he mandado arios tweet y no me respondes, te pregunto que qué onda con el cucho, yo te lo adpto: Nelly
ResponderBorrarAchis... no los he visto... mándame un correo mejor.
ResponderBorrarMuchas gracias a todos por comentar. Sus comentarios me hacen el día, snif.
Guffo, estoy pensando en irme a vivir a monterrey para meterme a la UDEM a estudiar artes. Si esta chido para vivir por allá? no esta muy caro?
ResponderBorrarjajajajaja, las reacciones a los clientes fueron lo mejor, jajaja, ya me lo imagino don Guffo, con su cuchillo de plastico escondiendose, jajajaja, y eso del viajero del tiempo, lamentablemente eso pasa una vez en la vida y lo desperdicio, ni moyo, saludos!!
ResponderBorrarpues me sigue dando mas miedo la clienta de los tapetes para yoga jeje
ResponderBorrarLa carrera de artes en la UdeM está chida. Yo llevé varias materias de tronco común con banda de esa carrera y estaba con madre lo que me platicaban y lo que conocí. El pedo es que la ciudad está de la chingada, a menos que vivas en San Pedro, que está un poco más seguro porque ahí vive la gente de dinero y el alcalde es de los más ricos de México y se puede dar el lujo de la seguridad. Si no es así, no te lo recomiendo. Hay mejores ciudades. Incluso el DF o Oaxaca, con maestros más chingones. Saludos.
ResponderBorrarGuffo, quiero comprarte un libro de diarios del fin del muno. ?Cuál es tu correo para que nos pongamos de acuerdo?
ResponderBorrarGracias
hijole el primer cliente me recuerda uno de de hace como 25 años, que fue a comprar tiros, (cuando vendiamos), como si nada, hasta platicando y todo... no amaneció vivo.
ResponderBorrarPor lo menos esta gente pidió cosas que si existen... al vato panza de músico le vieras ofrecido diuna vez hojas pal testamento.
ResponderBorrarEh we, el de la cabeza rapada era yo, y me puse serio porque no sabia como decirte que soy tu fans.
ResponderBorrarNo es cierto, pero mentiria si dijera que los clientes del negocio en el que trabajo son mas normales que tus clientes "mostros".
Mi correo de "negocios", jeje, es guffo76@hotmail.com
ResponderBorrarEse correo siempre lo checo y respondo a tooodos los mails que recibo en menos de tres días, y si no, que alguien venga a desmentirme.
Saludos y buen fin de semana.
jajaja pinches clientes locos.
ResponderBorrary ese cabeza rapada si que da miedo.
jajjaa quien chingados es Ragazzi
saludos guffo.
Con tus posts, me llegan muchos mensajes Guffo... mensajes de esperanza...
ResponderBorrar...Estás bloggeando para Dios, Guffo...
Me pregunto ¿que pensaran de ti tus clientes?
ResponderBorrares cierto, los contesta el muchacho. jajaja no mamar guffo eres la pura variedad. Saludos
ResponderBorrarCarlos Cabuto
jejeje, qué buen post, te dejo el link a esta canción: http://www.goear.com/listen/4678413/viajero-el-otro-yo
ResponderBorrarSaludos, Guffo!
Tsss estas re loco:)
ResponderBorrarAh! como te encuentras con cada cliente raro.... yo también tengo un negocio y se de lo que hablas.... Saludos!!
ResponderBorrarMe encantaria que fueras el dueño de mis quincenas! Te perdi la pista (con tu blogg, no a ti tipo stalker o algo así) saludos y un abrazo mi buen Guffo <3
ResponderBorrarel ragatzi se iba a suicidar como David Carradine
ResponderBorrarEeeeeh ya le salió novio al Guffo, jajajajaja. Ese anónimo de arriba quiere darte sus quincenas y quiere darte la de 15 pulgadas Guffo hahajajahajahajaha
ResponderBorrarAmo a tus clientes!!!
ResponderBorrarO amo la forma en que nos cuentas su presencia por minutos en tu vida!!
Deberia de sentirme mal porque me encanta como sufres con esos clientes?
Ahora que lo mencionas, ayer pasé por una calle con adornos del 16 de septiembre ¿Habre estado en otra dimension o tambien viajé en el tiempo?
ResponderBorrarCuando mencionaste a los de Ragazzi dije "ah qué bien, a mí me gustaba una que se llama "Veneno" cuando estaba en la secundaria o prepa y coleccionaba cada número de la revista Eres cough cough bueno, eso esa es otra historia... pero ya de la 2da generación sí desconozco, es más, ni siquiera sabía que había una 2da. Me fui a ver un video y al cuate que dices le ha de haber ido muy mal en la vida porque en esas épocas se ve que estaban chavos... qué mal!
ResponderBorrarMe carcajee con eso del God's employee of the month!!!!
No sé si es mi imaginación o este post es diferente de los demás que has hecho; igual de a toda madre que los otros pero, insisto, diferente. Como que hay algo diferente en ti.
Fijate que hace como 2 semanas regrese de unas vacaciones por Colombia. Y por allá sí están vendiendo en este mes las cosas de navidad :S.
ResponderBorrarA lo mejor era Colombiano :P
en wallmart desde septiembre ya tienen sus adornos y en mi cuadra ya llevan rato algunos jajajaja
ResponderBorrarde hecho yo también vendo adornos y ps hay que aplicarse, yo si los vendo desde mediados de octubre por que hay clientes revendedores o gente religiosa que para que los chamacos no le hagan al halloween celebran navidad desde antes
Pinche Guffo. Imagínate, hoy me tocó trabajar en las instalaciones del cliente para el que laboramos. Normalmente, yo trabajo en nuestras oficinas. Pero, hoy tocó que vine (a hacer lo mismo que hago diario) pero con el cliente.
ResponderBorrarComo esto estaba bien aburrido, dije: "voy a leer al Guffo" a ver que tal.
Y ahi me ves, cagado de risa yo solo. Veía que mi jefe volteaba a verme de reojo y nada más cambiaba la pantalla. No fuera a ser que me agarre en la movida.
Gracias por todo lo que escribes. Recibe un fuerte saludote.
Atte: Everardo Dueñas
PD Me firmo como anónimo, porque es un desmadre querer registrarse. Ya he querido hacer comentarios, y nada mas me quedo con las ganas.
Te la volaste! Mi bebe dormida en su cuartito, son las 10:40pm y me hiciste sacar tremendas carcajadas, una tras otra durante todo el post.
ResponderBorrarQue barbaro! Tu eres como esos websites que tienen la maldita costumbre de tener musica al momento que le das enter. Una bien metida en la cama con el marido geton y tremenda rola de OV7 a todo lo que da (verguenza!).
jeje
aah! que importa que no sea la ocasión yo siempre envuelvo los regalos de cumpleaños con papel de navidad ( porque casi siempre es el que tengo guardado por ahí, el que me sobró de la última navidad )además de que no los felicito por su cumpleaños, solo los abrazo y les digo: ¡¡ feliz vanidad!!! je, je....
ResponderBorrarALEX de GDL. JAL.
Querido Guffo, tenía un año o más sin leerte, pero he vuelto por que simplemente considero tu blog como el mejor.
ResponderBorrarAtte. La Norteña del Sur