En mi casa siempre hubo perros. Es la ventaja de tener papá veterinario. Otra de las ventajas es que te ahorras mucho dinero en doctores.
Una vez a mi hermana menor le tronó un agua mineral de vidrio en el suelo y le rajó toda la pierna. Mi papá se la llevó a su consultorio llorando y sangrando y, en la plancha metálica donde operan a los perros, ahí le cosió la pierna. Le quedó una cicatriz blanca, como una larva que le sube por el chamorro, pero no hubo necesidad de gastar en médicos para humanos. A mi otra hermana le enyesó un brazo cuando se cayó del librero jugando a que era un chango y, como broma, le dijo que la iba a meter en una de las jaulas donde meten a los perros hospitalizados, a ver si así ya se portaba bien. Yo no llegué a tanto: mi padre solamente me checaba los oídos –con los que siempre tuve problemas- o me ponía yodo en los raspones.
Pero volviendo a lo de tener perros en casa: casi siempre tuvimos Chihuahuas o French Poodles, porque los patios de nuestras casas nunca fueron muy amplios.
Una vez tuvimos un Whippet, que es como un Galgo Inglés, pero más chaparro. También tuvimos un Gran Danés, pero ése estaba en el patio de la clínica veterinaria, que era más grande y, aparte, servía para ahuyentar a los ladrones. El único perro grande que tuvimos en casa fue una Boxer que existía antes de que yo naciera y murió un par de años después de que nací.
Mi perro favorito de todo el mundo siempre ha sido el Saluki, o Galgo Persa. Después le siguen el Borsoi, o Galgo Ruso y el Mastín Napolitano. Con este último soñaba que lo montaba y recorríamos el barrio brincando bardas y coches.
Mis amigos de la escuela no sabían mucho de perros. Para ellos, los mejores perros eran el Pastor Alemán y el Dóberman, pues siempre han sido algo así como que “los más famosos” o "de los más comunes". Pero cuando les enseñaba algunos libros donde venían fotos de lebreles y otros perros de caza, cambiaban sus gustos.
Con los niños del barrio jugaba a que cada quien era un perro. Imaginábamos que éramos un grupo de perros con poderes que salvaba a la ciudad después de que se escapaban unos leones de un zoológico galáctico. La única regla era que no se podía ser el mismo perro que alguien más. Yo, obviamente, siempre escogía ser un Saluki, y dos amigos siempre se peleaban por ser el San Bernardo. Dejaron de pelear hasta que a uno de ellos le enseñé una foto del Mastín Napolitano, y prefirió ser ése perro a ser el San Bernardo. Lo que no me gustaba era cuando jugaba el hermano mayor del Pollo, porque siempre quería ser "un perro de pelea” –ni sabía la raza ni nada, sólo "un perro de pelea"- y se la pasaba de mamón, dándonos patadas o manotazos en la cabeza. Cuando le reclamábamos, nos decía: "¿Quéeeee? Soy un perro de pelea". Me cagaba que jugara con nosotros.
Hace poco llegó un hombre al consultorio y dejó a un Rottweiler moribundo. Al checarlo, se dieron cuenta que el perro estaba machacado por dentro. Lo habían golpeado salvajemente y lo tuvieron que dormir para que no sufriera más. El supuesto dueño del perro no volvió a contestar el teléfono ni volvió a aparecerse. Es curioso que uno no sienta lo mismo cuando en las noticias dicen que le hicieron lo mismo a una persona. Es curioso que uno quiera buscar al dueño de ese perro y hacerle lo mismo sin ningún remordimiento.
Qué ironía: los perros nos hacen más humanos; en cambio el prójimo nos roba esa humanidad.
Una vez a mi hermana menor le tronó un agua mineral de vidrio en el suelo y le rajó toda la pierna. Mi papá se la llevó a su consultorio llorando y sangrando y, en la plancha metálica donde operan a los perros, ahí le cosió la pierna. Le quedó una cicatriz blanca, como una larva que le sube por el chamorro, pero no hubo necesidad de gastar en médicos para humanos. A mi otra hermana le enyesó un brazo cuando se cayó del librero jugando a que era un chango y, como broma, le dijo que la iba a meter en una de las jaulas donde meten a los perros hospitalizados, a ver si así ya se portaba bien. Yo no llegué a tanto: mi padre solamente me checaba los oídos –con los que siempre tuve problemas- o me ponía yodo en los raspones.
Pero volviendo a lo de tener perros en casa: casi siempre tuvimos Chihuahuas o French Poodles, porque los patios de nuestras casas nunca fueron muy amplios.
Una vez tuvimos un Whippet, que es como un Galgo Inglés, pero más chaparro. También tuvimos un Gran Danés, pero ése estaba en el patio de la clínica veterinaria, que era más grande y, aparte, servía para ahuyentar a los ladrones. El único perro grande que tuvimos en casa fue una Boxer que existía antes de que yo naciera y murió un par de años después de que nací.
Mi perro favorito de todo el mundo siempre ha sido el Saluki, o Galgo Persa. Después le siguen el Borsoi, o Galgo Ruso y el Mastín Napolitano. Con este último soñaba que lo montaba y recorríamos el barrio brincando bardas y coches.
Mis amigos de la escuela no sabían mucho de perros. Para ellos, los mejores perros eran el Pastor Alemán y el Dóberman, pues siempre han sido algo así como que “los más famosos” o "de los más comunes". Pero cuando les enseñaba algunos libros donde venían fotos de lebreles y otros perros de caza, cambiaban sus gustos.
Con los niños del barrio jugaba a que cada quien era un perro. Imaginábamos que éramos un grupo de perros con poderes que salvaba a la ciudad después de que se escapaban unos leones de un zoológico galáctico. La única regla era que no se podía ser el mismo perro que alguien más. Yo, obviamente, siempre escogía ser un Saluki, y dos amigos siempre se peleaban por ser el San Bernardo. Dejaron de pelear hasta que a uno de ellos le enseñé una foto del Mastín Napolitano, y prefirió ser ése perro a ser el San Bernardo. Lo que no me gustaba era cuando jugaba el hermano mayor del Pollo, porque siempre quería ser "un perro de pelea” –ni sabía la raza ni nada, sólo "un perro de pelea"- y se la pasaba de mamón, dándonos patadas o manotazos en la cabeza. Cuando le reclamábamos, nos decía: "¿Quéeeee? Soy un perro de pelea". Me cagaba que jugara con nosotros.
Hace poco llegó un hombre al consultorio y dejó a un Rottweiler moribundo. Al checarlo, se dieron cuenta que el perro estaba machacado por dentro. Lo habían golpeado salvajemente y lo tuvieron que dormir para que no sufriera más. El supuesto dueño del perro no volvió a contestar el teléfono ni volvió a aparecerse. Es curioso que uno no sienta lo mismo cuando en las noticias dicen que le hicieron lo mismo a una persona. Es curioso que uno quiera buscar al dueño de ese perro y hacerle lo mismo sin ningún remordimiento.
Qué ironía: los perros nos hacen más humanos; en cambio el prójimo nos roba esa humanidad.
"Los perros nos hacen más humanos y en cambio el prójimo nos roba esa humanidad." Es una buena frase. Digna de ser escrita en letras de oro. Yo he pensado lo mismo mucho tiempo.
ResponderBorrarSaludos
Amo los perros. Muero por tener un Gran Danés :(, pero para tenerlo necesitamos salirnos todos de la casa para que entre él. Le pondría Maximus.
ResponderBorrarY de lo del trato, mal-trato a los animales, mejor ni hablamos porque me encabrono.
En mi blog esta semana publiqué la historia de mis perros. Todos rescatados. Tres criollos, que son los más lindos y agradecidos y uno de raza Shitzu que era bien mamón.
Ahí hay fotos del antes y después.
Buen post, Guffo y qué lindo tu papá. Pasa el dato.
Ele y Juan Pa
http://sailing-nena.blogspot.com/
" en cambio el prójimo nos roba esa humanidad. "
ResponderBorrarlo dice el que no ha tenido hijos.......
Los hijos no robamos humanidad; robamos tiempo, libertad, tranquilidad, sueños y dinero a nuestros padres, snif.
ResponderBorrarGraben eso por favor en letras de oro, jejeje.
Tienes razon, en mi infancia nunca tuve un perro, Actualmente mis hijas me pideron un perro, yo nunca he ido muy apegado a los animales, sin embargo recientemente por un descuido lo atropellaron y sentí remordimiento por descuidarlo, pero me dio mas rabia saber que el conductor en lugar de poder frenar y dejarlo pasar lo haya machacado. Vivo en una calle empedrada, donde se supone que la velocidad maxima debe ser de 20 km/h. suficiente para frenar.
ResponderBorrarP.D. Tu montado en el Mastin (Belle y Sebastian). Saluki=Doberman con orejas peludas. Ta´bien feo!
Lo que nos ensegnas los perros es esa capicidad de amar, sin esperar nada a cambio, el que no ha tenido perros no sabe lo que es amar, asi de sencillo
ResponderBorrarYo soñé que te montabas en mi Mástil, GUffo, JHAHAHAHAJAHAJAHJAHAHAHJAJHAJHAHSHHA
ResponderBorrarLos perros no son hijos de puta.
ResponderBorrarEs asi de simple.
rottweillers, razas estigmatizadas
ResponderBorrarTu frase me recordó a una de Yolanda Vargas (creadora de Memín Pinguín) al inicio de la historia del perro Bolillo:
ResponderBorrar"A ellos...¡A los perros! Al mejor amigo del hombre, que con su fidelidad y su nobleza nos dan clase de humanidad".
un + 1000000 al anonimo 2:18 jajajajaja, ese cabron si me hizo el día.
ResponderBorrarYo quiero un boxer cachorro, le pondre Masakre. Hace poco en la cuadra falleció un perrito, que no era mio, si no se mi vecino. Pero como clasico dueño lo descuidaba, y el perrito pasaba mas tiempo en mi casa. Pero los "dueños", lo encerraron, el perro se enfermo y lo dejaron morir. ¡Que hijos de puta!!!
ResponderBorrarEn la tarde pasaron por la casa y nos dijeron a mama y a mi, que el perro ya se había muerto, así, sin remordimiento. En casa casi lloramos por su muerte, ya hacia 3 años que nos acompañaba.
Snif!!
Yo viví casi todo lo contrario. Siempre tuvimos perros grandes ya que en las casas donde hemos vivido ha habido espacio para tenerlos.
ResponderBorrarMe acuerdo en especial del Oso, una cruza de husky y chow chow. Era un perro muy cariñoso con toda persona pero enemigo acérrimo de los otros perros. Siempre nos acompañaba cuando salíamos a jugar en la calle.
Otro inolvidable fue el Tobi una cruza de gran danés y doverman, una máquina. Se aventaba una bolsa grande de croquetas cada tres semanas y nunca dejó acercarse a nadie al portón de la casa. Cada que lo llevabamos a vacunar era un show, lo traíamos entre dos y aun así nos jaloneaba.
Al Tobi nos tocó verlo morir a mi carnalillo y a mi =( Estaba ya bien ruco y enfermo. Se siente gacho.
Y tuvimos más pero ya porque me pongo remi.
Es la primera vez que oigo a alguien que tambien sabe la existencia de los Borzoi, Salukis, etc. Esos galgos peludos estan hermosos, pero me gustaba mas el galgo italiano, porque se veia bien inocente y tierno, aunque los galgos afganos no se quedan atras porque cuando los tocas, se sienten como borreguitos.
ResponderBorrarTe comprendo perfectamente por lo del due;o del Rottweiler. De seguro lo atacaron porque lo vieron "grandote" y que no hacia nada, o tal vez lo provocaron a tal grado de que ataco y los demas se defendieron con palos. Me indigno mucho cuando veo imagenes de perros maltratados y no puedo ver las de cuando los torturan (como en algunas paginas que los suben por diversion). Eso me hace preocuparme mas por mi perrita, aunque yo se que no le pasara nada (espero), la abrazo y prometo cuidarla y quererla por todos esos perros que no tuvieron la misma suerte que ella.
PERRO = AMOR INCONDICIONAL, FIDELIDAD, ALEGRIA, INOCENCIA, PROTECCION, COMPA;IA, TERNURA, DIVERSION, BELLEZA...
ResponderBorrarBESOS AMOR!!
Pues no quise entrar en detalles con eso del Rottweiler porque esas imágenes no me dejan dormir nomás de imaginármelas. Lo curioso es que el que llevó al perro no dijo nada de eso. Por lo general, la gente que hace eso tiene una "justificación": el perro muerde a un niño o ataca a alguien, pero este hombre no dijo nada. Te la paso que le den un balazo en la cabeza o lo duerman con inyección si el animal representa un peligro, pero ¿molerlo a palos? No mamar.
ResponderBorrarCuando a mi perro se lo tragó un Bull Terrier que tenían en el patio de la veterinaria, me daba cosa estarlo pateando y golpeando para que soltara a mi perro; pero una vez que lo soltó -ya todo madreado y sin remedio- no lo seguí golpeando nomás por saña o coraje.
Saludos a todos y buen fin de semana.
Quien abusa de los animales y/o de los niños con mucha frecuencia fue un niño abusado.
ResponderBorrarSon círculos viciosos que hay que romper.
Saludos Guffo.
¿Cuando te volviste intelectual?
ResponderBorrar¿Cuando ya ni te dejan hacer tus horribles dibujitos en la sección cumbres?
Un excelente post guffo, lo lei primero en hazme y sentí coraje y frustración de leer muchos de los comentarios tan insensibles e idiotas de la gente.
ResponderBorrarEn fin, si la gente no es capaz de mostrar afecto y respeto por los animales, sean los que sean, nunca vamos a salir adelante como sociedad ni a tener respeto y afecto por otros humanos. Estoy de acuerdo contigo que debería haber un día del perro, ellos si lo merecen, ojalá más gente piense como tú y más que eso, que sigan difundiendo esa manera de pensar. Un afectuoso saludo guffo.
Jajajajaja ke risa con el pendejo del Mario diciendo que Guffo se volvio intelectual hajhajahajajaj.
ResponderBorrarEsta todavia mas pendejo que el mismo Guffo jajajaja. Supongo que le costo un chingo leer esto y cualquier escrito pedorro para el es obra de intelectuales jajajajaj
pinche gente de Monterrey pendeja!!!!!!!! Chinguen a su madre Guffo y Mario juntos!!!! GUnffo por escribir de la chingada y el otro pinche Labion por ser doblemente pendejo jajajajaj.
Yo por eso aprecio más a mi perro (cruza entre maltés y french, algo ya maduro). No me cabe en la cabeza cuán pinche gente puede haber para maltratar a cualquier ser vivo, pero bueno, si son capaces de pozolear, descuartizar o acribillar a lo bestia a los semejantes, ¿qué esperar de otros seres?
ResponderBorrarUn saludo.
La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que ellos tratan a sus animales. Ghandi.
ResponderBorrarel angello se monta pero en el mastil del malhechecito....... pìnche jotooo
ResponderBorrarGuffo. ¿Dónde paso a pedirle un autógrafo?
ResponderBorrarAcabo de leer este post en Hazme el Chingado Favor.
http://hazmeelchingadofavor.com/
Felicidades!
Ele y Juan Pa
Vivo sola con dos perritas, una french y una labrador... nos cuidamos y nos queremos, para mi son mi familia, no podría tener mejores amigas y compañeras.
ResponderBorrarEs una triste realidad de que cada vez que nos comparamos con los animales es evidente que los civilizados son ellos porque, con esa actitud de
ResponderBorrarcero tolerancia hacia el projimo nos conduce a una involucion y a la bestialidad de unos seres brutos que han perdido lo que llamamos humanidad, que triste que existan personas asi, el que no contribuye al progreso humano no tiene razon de ser, de hecho solo lo entorpece y no deberia estar Siquiera aqui en este mundo. El que no vive para servir, no sirve para vivir.........