snif... suspiro... y sigo suspirando...

Me vuelvo a hacer bolita en la cama, me cubro con algunas sábanas y cobertores. No lo hago porque el frío esté cabrón, sino porque así se siente uno más seguro; sobre todo en los días lluviosos. En esa posición, uno se siente como si estuviera otra vez en la barriga de su jefecita, donde la nada es todo y uno nada todo el día en una alberca calientita. Sin preocupaciones, sin toma de decisiones, sin miedos. Todo es fácil ahí adentro. Nomás recibiendo amor, piropos y comida. Generando esperanzas, anhelos y sueños que ni siquiera son de uno mismo. Un lugar donde nadie nos lastima y no lastimamos a nadie ni herimos sentimientos. Porque somos puro sentimiento. Esa etapa debió haber sido más chida que la infancia, lástima que no tengamos recuerdos de ella... ¿por qué será que no tenemos recuerdos de la mejor etapa de la vida??? Dicen por ahí que esos recuerdos se borran por el impacto de ser arrebatados de un mundo perfecto y ser arrojados un mundo bien gacho y pinche... quién sabe... Ojalá así sea la muerte, pero sin ese shock horrible de cuando lo sacan a uno de la panza de su mami. Que sea al revés, como si estuvieramos entrando de vuelta y ahí nos quedemos un buen rato pa´luego volver a nacer. Snif...