Una de mis palabras favoritas es "lontananza". Significa "lejanía". A la lejanía la relaciono con horizontes montañosos, atardeceres en el mar y la incertidumbre de lo que –suponemos– vendrá. No por nada –y aunque suene cursi– "lontananza" rima con "esperanza".
La lejanía es como el final del arcoíris: entre más te acercas, más se aparta. Por eso, debido a esta naturaleza inalcanzable, requiere sólo de contemplación y silencios.
He conocido muchos lugares con este nombre. Sobre todo cantinas. Llamar "Lontananza" a una cantina me parece una acción que raya en lo poético; que honra con el nombre todas las miradas perdidas de los clientes que, frente a un vaso de alcohol, buscan la paz interior, evadirse por un instante o solucionar alguna duda existencial: como si contemplaran el horizonte.
También me ha sorprendido ver tabernas con este nombre en poblados pequeñísimos, donde apenas y hay escuelas. Uno pensaría –prejuicioso que es uno– que si "lontananza" no es una palabra de uso común en "las ciudades modernas", no lo será en "lugares menos favorecidos por el progreso". Pero tal vez "lontananza" fue alguna vez una palabra que se decía con frecuencia. Tal vez hace mucho tiempo existió un país en donde todos sabían su significado, apreciaban su carga poética y comprendían su trasfondo filosófico.
Como dato histórico, se dice que la primera cantina que existió en Monterrey se llama Lontananza. Está ubicada sobre la calle Aramberri, en el centro de la ciudad. Tiene más de un siglo de vida y –confieso apenado– nunca he ido a tomarme una cerveza.
Como dato literario, David Toscana, el escritor regiomontano más reconocido a nivel mundial –después de Alfonso Reyes–, escribió un libro de relatos basado en este lugar: Historias del Lontananza (o Lontananza, dependiendo la edición que consigan).
Por último: creo que debería existir una ciudad llamada Lontananza; una bebida; una verdura; una película; una balada rock; una bicicleta; una mascota y hasta la salsa para una pasta, porque –supongo– mientras haya más gente que conozca el significado de "lontananza", habrá esperanza.
Por último: creo que debería existir una ciudad llamada Lontananza; una bebida; una verdura; una película; una balada rock; una bicicleta; una mascota y hasta la salsa para una pasta, porque –supongo– mientras haya más gente que conozca el significado de "lontananza", habrá esperanza.
Lectura muy recomendable. |
Foto tomada de Google Maps del mítico Lontananza, en Monterrey |
Miscelánea Lontananza, en Parras de la Fuente, Coahuila |
Cervecería Lontananza, en el municipio de García, Nuevo León |
Hubo una vez un equipo de futbol amateur llamado Lontananza |
Me hace llorar maestro Guffo. Me hace llorar de nostalgia que todavía no recuerdo.
ResponderBorrarExcelente, como siempre. Me gustó la idea de la salsa para pasta "lontananza", habría que pensar en ello; ah, y muchas gracias por el dato de la cantina, no tenía idea. Saludos y ojalá sigas escribiendo muchos años más Guffo.
ResponderBorrarAlex Angel
Aww que texto tan protocolo. Gracias a ti he aprendido una palabra hoy :)
ResponderBorrarDeavid: Gracias, mi buen Author
ResponderBorrarAlex Angel: Gracias a ti por venir a leer. La salsa lontananza me la imagino rosada con trozos de salchicha italiana, jajaja.
Felipe: Por nada :P Saludos.
NO MAMES!!!! Siempre pensé que 'Lontananza' era apellido jAJajAajAJaja XD
ResponderBorrarNi pedo, todos los días se aprende algo nuevo, por choteada que esta frase sea.
Saludos we...
¿A poco sí es el primer bar? No lo había oído antes.
ResponderBorrarGracias por compartir tan bonita reflexión. Saludos!
ResponderBorrarAníbal: Buena idea que haya un apellido "Lontananza", jajaja. Saludos.
ResponderBorrarAlexander: Supuestamente, sí. Habrá que ir.
Margrita: Gracias a ti por tomarte el tiempo de leerla :) Saludos.
Muy seguido paso por esa cantina y nunca se me rabia ocurrido entrar... Solo por tu relato me animare a entrar a tomarme una cerveza a tu salud.
ResponderBorrarpregunta: ¿eres el aguelo?
ResponderBorrarGuillermo: Pues tendremos que tomarnos esa cheve a la salud del otro, jajaja, porque ya ando planeando ir a ese mítico lugar.
ResponderBorrarAnónimo: ¿Quién es el aguelo?
Es un pedo encontrar libros de Toscana . . . como el de Santa María del Circo o el que muestras
ResponderBorrarPuro Apagado: El de Lontananza lo compré usado, lo encontré de pura chiripa en el centro. Me falta el de Las Bicicletas, su primera novela que, dicen, ni siquiera el autor tiene un ejemplar; y el de Santa María del Circo, que tampoco he encontrado.
ResponderBorrarOye, pero yo me atrevería a decir que lontananza tiene más popularidad allá en Monterrey, porque yo en mi vida (ni en Guadalajara, ni ahora en el DF) he visto un lugar llamado así. Y mira que me daría cuenta: a mi también me gusta mucho la palabra, me gusta mirar a lontananza, me gusta pensar poesía, me gusta imaginar así.
ResponderBorrarMónica S.
GRACIAS, POR QUE HOY APRENDÍ UNA NUEVA Y BONITA PALABRA
ResponderBorrar