lunes, octubre 13, 2014

El narcocorrido más longevo

El himno nacional mexicano no es otra cosa que un corrido del llamado "movimiento alterado", pero con casi dos siglos de antigüedad. Neta que al escucharlo bien podríamos pensar que la letra la compuso el Komander o algún integrante de Los Bukanas de Culiacán. 

No es broma: cambien el acero y el bridón por los cuernos de chivo y las camionetas blindadas en caravana; imaginen que retiembla en sus centros la tierra por todos los cadáveres que han enterrado en fosas clandestinas; piensen en el sonoro rugir del cañón como las interminables balaceras a todas horas del día; y visualicen a ese soldado que en cada hijo nos dio como los conocidos "daños colaterales" del sexenio pasado y los "hechos aislados" de sexenio actual.

Ahora díganme con toda honestidad: ¿creen que el himno nacional mexicano es anacrónico?

Para los que no han visto el documental Narco Cultura, aquí se los paso:  

6 comentarios:

Anónimo dijo...

(Alex Angel) Indudablemente; aunque se podría debatir si es equivalente o no al movimiento alterado, el himno nacional mexicano, como muchos, solo es una exaltación a la violencia y la glorificación de la muerte en aras de un pedazo de tierra (entre otras cosas, claro). Saludos y que sigas creando por mucho tiempo más.

Isra dijo...

Pero entonces cuál sería el equivalente actual de "ceñir las sienes de oliva"? Prender un carrujo de marihuana? Polverarse la nariz?

Anónimo dijo...

Fuera de lugar sí. Anacrónico no. Alguien invéntese algún himno padre y no la enorme nacada que es el Huapango y hablamos.

Adán Reyes dijo...

La diferencia con aquellos tiempos es que el enemigo era reconocible: el "extraño enemigo" era el invasor. Ahora, el enemigo no viene de afuera, está dentro de nosotros. Ese es quizá, el verdadero anacronismo del Himno Nacional.

Cuando el enemigo era el extranjero, se podía apelar al patriotismo; pero cuando el enemigo somos nosotros mismos, nuestra tolerancia y nuestra indolencia; nadie responderá al grito de guerra.

Guffo Caballero dijo...

Alex: Gracias por comentar, bro. Exageré con eso de que es un narcocorrido, pero de que glorifica a quien está dispuesto a morir por un trozo de tierra donde se siembran y cosechan los intereses de otros, es cierto.

Isra: Jajaja. Pues ya inventaremos uno. Saludos.

Anónimo: Jajaja. A mí sí me gusta el Huapango de Moncayo.

Adán: Excelente comentario. "El enemigo somos nosotros mismos...". Triste y contundente, snif. Saludos.

Karlos F. dijo...

Estoy de acuerdo con Adán Reyes, tiene mucha razón.