Apenas iba a cruzar la puerta
automática del Soriana cuando una joven rechoncha y de lentes me interceptó: "¿Podría ayudarnos con un
trabajo de la escuela?".
Le dije que sí, pues recordé mis
años de prepa y carrera, cuando tenía que andar mendigando entrevistas o
encuestas que nos encargaban como tareas. La verdad, yo sentía bien gacho cuando
alguien se negaba a responder las preguntas: maldecía y deseaba que les cayera
un meteorito a esas personas mamilas –"¿qué les cuesta?", pensaba– ; y pues yo no
quería que me desearan lo mismo a mí, snif.
Junto a la chava de lentes había
otro joven con una cámara fotográfica muy moderna colgándole del hombro, y, del
otro lado –donde está el asador para el “Viernes de Asador de Soriana”–, estaba un camarógrafo –joven, también– y un hombre que destacaba de entre los demás, pues era un
poco mayor, de cabello entrecano y micrófono en mano. Entrevistaba
a una señora que parecía Paquita la del Barrio, pero con 40 kilos menos.
Le pregunté a la chava de lentes
que de qué se trataba la entrevista, y me dijo que eran unas preguntas para un
trabajo final. “Son preguntas sorpresa: no escuches”, me dijo sonriendo mientras
me jalaba de la manga de la chaqueta y me ponía frente a una pared.
Total que la falsa Paquita la del
Barrio se fue, la morra de lentes me pidió unos datos que anotó en una hoja, el
morro de la cámara moderna me tomó una foto y me llevaron frente al camarógrafo
y el entrevistador. El hombre de cabello entrecano me
dio la mano y soltó la primera pregunta:
– ¿Conoce usted a su diputado?
– No –dije sin titubear.
– ¿Por qué no lo conoce?
– Porque nunca se fue a presentar
a mi casa.
– ¿Sabe si su diputado votó a
favor o en contra de la Reforma Hacendaria?
– Lo ignoro.
– ¿No sabe?
– No, no sé. Da igual.
Quizás el "da igual" estaba de más, pero noté que el tonito inquisitorio en la voz del entrevistador había subido dos rayitas, como si mi ignorancia en el tema
fuera la causa de todos los males de México. Ya saben, la típica jalada
para eximir culpas y responsabilidades: “Por gente como tú, que no conoce a sus políticos, el país está como está”.
– Entonces no lo conoce... –insistió
el hombre.
– No, no sé quién es.
– ¿Qué le diría a su diputado si
lo tuviera enfrente?
– Nada –dije indiferente–. Que
trabaje, tal vez.
No se me ocurrió otra respuesta porque no me importaba aprovechar el espacio para dar cátedra de lo que pienso debe hacerse para tener una mejor ciudad y un mejor país. Tampoco quería quejarme de lo que todos se quejan: "Ay, cobran mucho y no hacen nada", o el típico: "Ay, son unos corruptos", porque también sería deslindarme de responsabilidades como ciudadano. Aunque confieso que luego me arrepentí de no haber dicho que sólo confiaría en los políticos que fueran una mezcla de Rafael Correa, Pepe Mujica y, tal vez, unas gotitas de AMLO.
El hombre bajó el micrófono y me
dijo:
– Pues mucho gusto: Soy No-Sé-Qué-Madres
Coronado, tu diputado –y me tendió la mano con una sonrisa que, apuesto, ensayó
mil veces.
Le di la mano y sonreí. “Hasta para algo tan sencillo tienen que manipular y envolver con engaños”, pensé, y me fui.
¿Por qué no decir lo que pensaste?
ResponderBorrarEntiendo tu resistencia a decir "algo más" en a entrevista pero son pocas las oportunidades que tenemos de tener a un político enfrente como para dejarlas pasar. Quizás soy de otro pensamiento.
¡Buen texto!
le hubieras dado un chingadazo en la jeta guffo.........te hubieras vuelto heroe nacional cuando alguien lo subiera al youtube.........
ResponderBorrarLos diputados son los menos conocidos... por eso roban y tranzan con mayor facilidad. El ciudadano promedio no les conoce.
ResponderBorrarA quienes si guardan presentes es a gobernadores y alcaldes, como en nuestro caso, en Mty, con LaMamita Arellanes.
¿y cómo supo que sí era tu diputado? le hubieras dicho que venías de Coahuila y nomás estabas visitando.
ResponderBorrarYo ahorita estoy trabajando en un call centre haciendo encuestas telefónicas y me decidí ayudar a todas las almas en desgracia como yo que ahi tienen de pendejos haciendo estas cosas que nadie quiere contestar, pero este posible escenario me hace cuestionar esa decisión...
Che Guffo amargoso... por eso me caes bien,, Como van las Burguers con arte?
ResponderBorrarSaludos
Shercas del Bajio
Ah, el anonimo me recordó eso... ¿y lo de poner tus propias Guffoburgers luego de separarte de los que querian trabajar mil horas al mes?
ResponderBorrarLe hubieras dicho Guffo. Que estaba frente al alcalde de Cocoyoacán y que le bajara de huevos.
ResponderBorrarCómo mi tía trabaja en el gobierno y los sufre a diario nunca deja pasar una oportunidad para mentarles.
Ja, que situación tan curiosa... yo no se hubiera hecho en tu lugar... tal vez lo mismo...
ResponderBorrarEsagui: La verdad no se me ocurrió nada en el momento. Me agarró en curva.
ResponderBorrarAnónimo: Jajajaja. Lo malo es que el único que estaba grabando era aliado del diputado; no creo que lo hubiera subido, jaja.
Alexander: Pues ellos solitos se han creado la mala fama y ese anonimato. La mayoría nomás van a las colonias que representan cuando quieren votos y luego no vuelven a aparecerse.
Haydee: Ya séeee... No se me ocurrió, snif. Bien por ti en eso de salvar almas: irás al cielo :P
Shercas: Pues ya no voy, carnal. Ahí luego les platico la situación. Saludos.
Alexander: Es lo que ando viendo :)A ver si pa´l verano. Un abrazo.
Daniel: No se me ocurrió, jajaja. Saludos.
Karlos: Al menos yo me inhibo cada que veo una cámara, snif.
tu reaccion a las preguntas completamente mala, en realidad no dejaste nada que valga la pena, solo mostrar tu rebeldia no sirve de nada, mejor aporta algo de lo que tu creas que puede hacer diferencia
ResponderBorrarCuando vi este video enseguida comencé a buscarte
ResponderBorrarhttps://www.youtube.com/watch?v=8DF_nq6X7P8
Jajaja que gracioso escribes, que buena onda lo que dijiste al final. Me encanto tu blog(:
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