Una de las pocas "tienditas de la esquina" que sobreviven en el barrio donde vivo, se surte de bolillos y teleras de una de las pocas panaderías que han sobrevivido a las cadenas de supermercados y farmacias que ofrecen este alimento como opción al "pan de caja".
Me gusta comprar ahí el pan para prepararme mi famoso megalonche matutino, o, como tan creativamente lo llamo yo: La Monster Torta Desayu-uy-uy-uy-no (el uy-uy-uy se supone que debe denotar miedo, eh).
El suave bolillo de la humilde panadería va partido por la mitad, lleva frijoles en bola, queso asadero y dos huevos estrellados; luego se mete un ratito en el horno eléctrico o se pone tantito en la plancha de la estufa. Queda poca madre. Si quieren hacer más batidero, pueden agregarle salsa. Yo, cuando ando más hambriento que de costumbre y pretendo contrarrestar los efectos colesterólicos de los dos blanquillos, le pongo rebanadas de aguacate y tomate. Es un espectáculo hermoso, snif.
Y sí, yo sé: pensarán que qué platos tan adelantados a su época, que qué vajilla tan retro, que qué gustos tan kitsch o sepa el niñito Jesús qué piensen; la cosa es que ya casi todo lo que uso -combine o no combine con el mobiliario de mi casa- es reciclado. Como quien dice, soy un pepenador moderno (y muy guapo). No me importa si los cubiertos van con la vajilla o ésta no combina con la cocina, con los manteles o con los calzones de la pinchi madre del consumismo. Neta que no me importa. Casi todo en mi casa es de segunda mano y me siento muy bien, pues odio invertir mi dinero en cosas tan básicas e insignificantes pensando en que tienen que hacer juego a huevo con algo. Prefiero dejar a un lado la angustia que eso provoca en muchos de ustedes y mejor armar mi espacio con cachos de aquí y cachos de allá, aunque todo se vea capiroteado. De hecho, es la intención: que todo sea un collage de estilos e historias.
Lo anterior lo aprendí con el tiempo, leyendo -y viendo videos- sobre Pepe Mujica y otros hombres que practican la austeridad como estilo de vida; empapándome también de algunos textos sobre la obsolescencia programada, los efectos del consumismo desmedido y los sistemas capitalistas; conducta "rebelde" que vino a reafirmarse durante mi estancia en Canadá, donde vivía con menos cosas de las que ahora vivo -aunque la vida era más cara- y me sorprendía que la mayoría de la gente que conocí no desperdiciaba casi nada; eran muy frugales en sus hábitos de consumo, más precavidos "a pesar" de vivir en un país de primer mundo. Y pues dejó de hacerme clic el estilo de vida de muchos paisanos: casas de clase media con cuartos y muebles de sobra; comedores de ocho personas que sólo ocupan espacios muertos; lavabos y azulejos de precios excesivos; refrigeradores enormes que se aprovechan a la mitad de su capacidad; mesitas de cantera con vidrio para poner lámparas o adornos inservibles; puertas de madera con decorados tallados a los que hay que darle mantenimiento cada seis meses; vajillas y más vajillas que se amontonan porque sólo se utilizan en "ocasiones especiales"... Puuuras mamadas. Mejor regálenmelo o véndanmelo bara bara. Neta. Pero no lo tiren. Ofrézcanlo. Pendejo quien se ofenda si le ofrecen cosas de segunda mano. No acumulen chingaderas. No compren lo que no necesitan o le van a dar uso una vez al año. No tengan cosas de más. No es bueno.
Que practique esto no significa que ya no compre cosas. ¡Ni que viviera en la época de las cavernas! De hecho, hace poco fui a una tienda departamental y vi unas ofertas muy locas en el apartado de blancos, por lo que compré 20 cojines de a $50 pesos cada uno y un tapete de $900; y pues que me armo una sala de $1900 pesos. Y eso porque no sé hacer cojines ni tapetes, si no, yo mismo los hubiera hecho. Pero, ¿una sala de $1900? ¿En dónde la consiguen?
Lo anterior lo aprendí con el tiempo, leyendo -y viendo videos- sobre Pepe Mujica y otros hombres que practican la austeridad como estilo de vida; empapándome también de algunos textos sobre la obsolescencia programada, los efectos del consumismo desmedido y los sistemas capitalistas; conducta "rebelde" que vino a reafirmarse durante mi estancia en Canadá, donde vivía con menos cosas de las que ahora vivo -aunque la vida era más cara- y me sorprendía que la mayoría de la gente que conocí no desperdiciaba casi nada; eran muy frugales en sus hábitos de consumo, más precavidos "a pesar" de vivir en un país de primer mundo. Y pues dejó de hacerme clic el estilo de vida de muchos paisanos: casas de clase media con cuartos y muebles de sobra; comedores de ocho personas que sólo ocupan espacios muertos; lavabos y azulejos de precios excesivos; refrigeradores enormes que se aprovechan a la mitad de su capacidad; mesitas de cantera con vidrio para poner lámparas o adornos inservibles; puertas de madera con decorados tallados a los que hay que darle mantenimiento cada seis meses; vajillas y más vajillas que se amontonan porque sólo se utilizan en "ocasiones especiales"... Puuuras mamadas. Mejor regálenmelo o véndanmelo bara bara. Neta. Pero no lo tiren. Ofrézcanlo. Pendejo quien se ofenda si le ofrecen cosas de segunda mano. No acumulen chingaderas. No compren lo que no necesitan o le van a dar uso una vez al año. No tengan cosas de más. No es bueno.
Que practique esto no significa que ya no compre cosas. ¡Ni que viviera en la época de las cavernas! De hecho, hace poco fui a una tienda departamental y vi unas ofertas muy locas en el apartado de blancos, por lo que compré 20 cojines de a $50 pesos cada uno y un tapete de $900; y pues que me armo una sala de $1900 pesos. Y eso porque no sé hacer cojines ni tapetes, si no, yo mismo los hubiera hecho. Pero, ¿una sala de $1900? ¿En dónde la consiguen?
¿Mesitas de centro de cantera y vidrio para poner adornos de pewter?, ¿muebles de caoba para poner el estéreo y payasitos de papel maché? No, gracias. ¿Qué tal unas cajas de verdura del mercado de abastos? Aparte, se ven bien hipsters.
Y es así como poco a poco voy armando mi espacio.
Pero mi lugar favorito es el patio. Los árboles ya necesitan una podada "para que se vayan más pa´rriba", como dijo el jardinero la última vez que vino. El ciruelo, la higuera y el limón sobrepasan ya los tres metros de altura. El guayabo es el que sigue chaparro: no pasa los dos metros. "Así ni cómo treparse al guayabo, ¿verdá?", dijo el jardinero aquella vez. Me causó gracia. Y se preguntarán: "¿Por qué Guffo paga un jardinero si es tan austero y anticapitalista?". Pues porque no pienso comprar utensilios de jardinería que utilizaré una vez al año, porque prefiero darle el dinero a un hombre que sobrevive trabajando con vegetales y porque es muy mi pinche pedo.
La higuera ya perdió casi todo su follaje. Las hojas se endurecen en el piso; quedan retorcidas, como petrificadas. Me gusta salir a pisarlas o a triturarlas entre mis manos. Después, barro los residuos y los amontono en el pequeño círculo de tierra que rodea los troncos, como composta.
Así son mis días libres.
Pero mi lugar favorito es el patio. Los árboles ya necesitan una podada "para que se vayan más pa´rriba", como dijo el jardinero la última vez que vino. El ciruelo, la higuera y el limón sobrepasan ya los tres metros de altura. El guayabo es el que sigue chaparro: no pasa los dos metros. "Así ni cómo treparse al guayabo, ¿verdá?", dijo el jardinero aquella vez. Me causó gracia. Y se preguntarán: "¿Por qué Guffo paga un jardinero si es tan austero y anticapitalista?". Pues porque no pienso comprar utensilios de jardinería que utilizaré una vez al año, porque prefiero darle el dinero a un hombre que sobrevive trabajando con vegetales y porque es muy mi pinche pedo.
La higuera ya perdió casi todo su follaje. Las hojas se endurecen en el piso; quedan retorcidas, como petrificadas. Me gusta salir a pisarlas o a triturarlas entre mis manos. Después, barro los residuos y los amontono en el pequeño círculo de tierra que rodea los troncos, como composta.
Así son mis días libres.
Me encanta tu espacio Guffo! ahorita estoy haciendo exactamente lo mismo con el mio :) espero recibirte por acá alguna vez.
ResponderBorrarBien punk pinche Guffo, bien "do it yourself"
ResponderBorrar¡Menos es mas!
ResponderBorrarΝo pensaba ver algo aѕi aqui sinn еmbargo hoy estoy
ResponderBorrarrealmente sorprendido conn el dеe hoy
Mas noticias : Paula
De donde surgió la idea de tu megalonche matutino? .. esa versión de lonche no la había visto. Saludos!, se ve delicioso .. *Note mi interés en la comida* .. Saludos! :)
ResponderBorrarTe quedaron chingonsisimas las cajas de madera, ya solo te falta ponerle "paistle" y foquitos,para que acomodes al niño dios.
ResponderBorrarSaludos ¡¡¡
Está bien que vivas como un pobre y humilde hipster, porque dejame decirte que hasta en los hipsters hay niveles, jaja... y bueno, el concepto de esa torta no tiene nada que ver con la austeridad hipstica!!!
ResponderBorrarMelissa: ¡Gracias! Saludos.
ResponderBorrarAnónimo: Jajajaja, ya sé. Gracias por leer.
Hugo: Sabias palabras. Un abrazo.
Margarita: El hambre... El hambre hace que uno cometa locuras :P
Servomotores: Jajaja, ya sé. Y un lago de patos con un espejo.
Rainman: No es vivir como pobre, es vivir con poco. Si tuviera dinero de sobra me la pasaría viajando y estudiando, pero no comprando. Saludos.
Compadre de haber sabido, hace poco tire unas revistas viejas para hacer macramé y punto de cruz, pero por ahí mi debe de tener una hamaca que ni usamos, la voy a buscar y te la voy a vender de segunda mano, jajajajaja.
ResponderBorrarSaludos, que buena posada te perdiste…
Ahora hace falta que nos invite a un café. :-)
ResponderBorrarEstá chidísimo, Guffo!!!
Abrazos
el consumismo no es tan malo, tiene sus pros y sus contras......
ResponderBorrar«Tengo poco y lo poco que tengo, poco lo quiero»
ResponderBorrarSaludos, carnal.
¡Hola! Te sigo desde hace años y es la primera vez que veo que puedo dejar comentarios. Igual y ya llevas un rato con ellos, pero como dejé Blogger un tiempo me desconecté de todo :(.
ResponderBorrarRespecto a tu post, he de confesarte que yo sí soy súper consumista, pero es porque no he encontrado otra forma de llenar el vacío de mi alma o de compensar la carencia de amor. Por favor, no me juzgue, buen hombre. ; _ ;
Pero es cierto: no se trata de tener más, sino de necesitar menos. Haces muy bien, mi estimado Guffo.
Un abrazo.
En mi casa también reutilizamos todo, tenemos como mil botes de crema y yogurt que los usamos para guardar agua, comida, frijoles, etc y la vajilla que usamos es la que le regalaron a mis papas cuando se casaron hace como 33 años jaja
ResponderBorrarTambién me gustan las casas que tengan patios grandes y con muchas plantas y arboles y con el calorcito que hace por aquí, se esta bien agusto debajo de un árbol por la tarde, pero aquí donde vivo ya es raro encontrar casas así porque a la pinche gente como que les molestan los arboles y los quitan.
Saludos
y si consigues unas tarimas puedes armar tu sala super chida... saludos
ResponderBorrarSobre la obsolesencia programada, ¿ya viste este documental?
ResponderBorrarhttp://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/documental-comprar-tirar-comprar/1382261/
saludos.
hola guffo, échale un ojo a este documental: http://www.youtube.com/watch?v=wLcOJa-M2Rk
ResponderBorrara partir del minuto 25 empiezan a entrevistar a un ruco y su hijo que se paso de austero
like!
Eso de "pan de caja", me recuerda tambien otro termino usado por señoras viejitas: "pan pullman". ¡Me desespera! Ni saben explicar el origen de eso, el porqué le dicen así.
ResponderBorrarAngello: Ya quedó, compadre. Un abrazo.
ResponderBorrarLiliane: Cuando vengas a Monterrey, te invito. ¡Saludos!
Anónimo: Claro, tampoco lo satanizo. Me quedo con lo positivo.
Sivoli: Amén.
Pin-up girl: Jajaja, claro que no te juzgo... simplemente te quemarás en el infierno de los consumistas, MUAJAJAJAJAJA. Nocierto.
Anónimos: Ya sé. Sobre todo en invierno, veo que es cuando más le dan en la torr a los árboles, snif.
Gisso: Ah, simón. Vi un restaurante que hizo sillones con tarimas de madera, se veían muy bien.
Neto-e: Excelente documental. Saludos.
Anónimo: Ah, ése no lo he visto. Ahorita me lo aviento.
Alexander: Ésa no me la sabía, jajaja. Sabía que los "pullman" son los vagones de lujo de los trenes.
Hola Guffo:
ResponderBorrarMuy chido lo de reciclar y usar de segunda mano, también estoy a favor, debemos dejar de lado esa cultura del úsese y tírese así como el de solo tener por tener (ó porque esta de moda güe..., jeje)
Super cool tu sala con los cojines y el tapetito. Si el chiste es acondicionar el espacio a como mejor nos acomode... ¡nómas!
Saludos...
Siempre agradable leerte, aunqe hacia tiempo qe no lasaba pasaba por aqi, saludos.
ResponderBorrarA ME ENCANTÓ TU SALA Y LA VAJILLA COLLAGE, YO TAMBIEN QUIERO UNA ASÍ..
ResponderBorrarSALUDOS