Se va a cumplir un año desde que regresé a México de una estancia voluntaria en Canadá. Desde entonces han pasado muchas cosas.
Regresé a Monterrey sin dinero, sin coche, sin casa, sin vieja, sin negocio de cajas y sin algunos sueños cumplidos -snif-; con la idea de volver en un futuro a ese país, pues en éste sigo sin sentirme a gusto.
Cuando regresé sólo tenía mi trabajo de caricaturista y columnista en un periódico de la localidad, pero terminé mandándolo a la jodida por deberme dinero y pagarme siempre a destiempo. En este proceso de "reaclimatamiento", mis padres me echaron la mano en varias cosas, entre ellas, prestándome el cuarto que era de mis hermanas para que ahí viviera por un tiempo.
Luego, en enero, un amigo me invitó a trabajar a un lugar en el que nunca imaginé trabajar, desempeñando un puesto que nunca imaginé tener: alcaide de las celdas preventivas de un pequeño municipio aledaño a Monterrey, cerca de Ramos Arizpe, Coahuila. Ya llevo ocho meses en este cargo, con algunas historias interesantes que a veces cuento en mi Twitter y que luego les narraré por aquí.
Obviamente éste no es el trabajo soñado, pero es un sueldo seguro en lo que sale algo "mejor" o más acorde a mis gustos y habilidades. A pesar de ser turnos de 24 horas por 48 de descanso, la carga laboral no es tanta; la que pesa es la emocional. Estar hombro con hombro con la ignorancia, la miseria y toda la problemática social de un municipio pobre, es deprimente y desalentador; más sabiendo que no se puede hacer mucho para cambiar al mundo desde un puesto tan insignificante. Se puede ayudar, se puede ser humano, se puede hacer sonreír, se puede hacer que la gente cambie su percepción negativa sobre la autoridad, pero no basta con eso. Aunque tal vez sea un comienzo.
Por otro lado, hace un par de meses el compa que me invitó a trabajar de alcaide traía la inquietud de poner en el pueblo en el que trabajamos un negocio de comida “distinto”, pues no hay muchas opciones a donde ir, por lo que me invitó de socio para poner un puesto de hamburguesas. “Tú eres muy creativo y te gusta la cocina; a ver qué se te ocurre”, me dijo. También invitó a otro alcaide que en algún momento tuvo un restaurante en el centro de Monterrey, ahí por La Alameda. Con pequeños préstamos de por aquí y de por allá, pude entrarle al “bissness".
Debo confesar que este proyecto me entusiasma, pues me ha hecho descubrir habilidades que no tenía –o tenía dormidas; por ejemplo, las numéricas- y conocer algunos rincones de mi ciudad que hasta hace poco permanecían siendo un enigma. También siento que he trabajado lo que nunca trabajé en toda mi vida, snif.
He disfrutado este proyecto de las hamburguesas desde que lo imaginamos bebiendo unas cervezas. He disfrutado desde ir a la casa de una viejita del pueblo a cortar bambús secos de más de quince metros de altura para hacer el techo del negocio, hasta ir a surtir todo lo necesario para las hamburguesas a los mercados de Monterrey. Creo que la última vez que me metí en un mercado fue hace como 16 años, y me metí nada más para tomar fotos "folklóricas" para alguna clase mamona de la carrera de Ciencias de la Comunicación. En pocas palabras, ando en mercados cuando ando de turista, por lo que cada ida a surtir es como andar de turista en mi ciudad. Y eso me agrada, pues amortigua la chinga de andar cargando cosas. He disfrutado preparar a mano cada carne de cada hamburguesa, limpiar la parrilla, asar la cebolla, hacer bolsitas con pepinillos, zanahorias y jalapeños; darle las gracias a la gente que compra para llevar, ver los rostros de asombro de quienes se quedan a comer... Todo.
Abrimos hace dos semanas. De jueves a lunes de 7 de la tarde a 12 de la noche. Van bien las ventas. Ha habido flujo de clientes. Ha gustado la comida y, sobre todo, el lugar, pues no hay nada que se le parezca en este municipio. Los dueños de los puestos de comidas de los alrededores se han puesto a pintar sus cochecitos de hot dogs y de tacos, también las bardas en donde anuncian sus productos. Creo que sucedió lo que dijo Tolstoi: "Pinta tu aldea y pintarás al mundo". Tal vez no se pueda hacer mucho por cambiarlo desde un puesto de comidas tan insignificante, pero puede que sea un buen comienzo.
Regresé a Monterrey sin dinero, sin coche, sin casa, sin vieja, sin negocio de cajas y sin algunos sueños cumplidos -snif-; con la idea de volver en un futuro a ese país, pues en éste sigo sin sentirme a gusto.
Cuando regresé sólo tenía mi trabajo de caricaturista y columnista en un periódico de la localidad, pero terminé mandándolo a la jodida por deberme dinero y pagarme siempre a destiempo. En este proceso de "reaclimatamiento", mis padres me echaron la mano en varias cosas, entre ellas, prestándome el cuarto que era de mis hermanas para que ahí viviera por un tiempo.
Luego, en enero, un amigo me invitó a trabajar a un lugar en el que nunca imaginé trabajar, desempeñando un puesto que nunca imaginé tener: alcaide de las celdas preventivas de un pequeño municipio aledaño a Monterrey, cerca de Ramos Arizpe, Coahuila. Ya llevo ocho meses en este cargo, con algunas historias interesantes que a veces cuento en mi Twitter y que luego les narraré por aquí.
Obviamente éste no es el trabajo soñado, pero es un sueldo seguro en lo que sale algo "mejor" o más acorde a mis gustos y habilidades. A pesar de ser turnos de 24 horas por 48 de descanso, la carga laboral no es tanta; la que pesa es la emocional. Estar hombro con hombro con la ignorancia, la miseria y toda la problemática social de un municipio pobre, es deprimente y desalentador; más sabiendo que no se puede hacer mucho para cambiar al mundo desde un puesto tan insignificante. Se puede ayudar, se puede ser humano, se puede hacer sonreír, se puede hacer que la gente cambie su percepción negativa sobre la autoridad, pero no basta con eso. Aunque tal vez sea un comienzo.
Por otro lado, hace un par de meses el compa que me invitó a trabajar de alcaide traía la inquietud de poner en el pueblo en el que trabajamos un negocio de comida “distinto”, pues no hay muchas opciones a donde ir, por lo que me invitó de socio para poner un puesto de hamburguesas. “Tú eres muy creativo y te gusta la cocina; a ver qué se te ocurre”, me dijo. También invitó a otro alcaide que en algún momento tuvo un restaurante en el centro de Monterrey, ahí por La Alameda. Con pequeños préstamos de por aquí y de por allá, pude entrarle al “bissness".
Debo confesar que este proyecto me entusiasma, pues me ha hecho descubrir habilidades que no tenía –o tenía dormidas; por ejemplo, las numéricas- y conocer algunos rincones de mi ciudad que hasta hace poco permanecían siendo un enigma. También siento que he trabajado lo que nunca trabajé en toda mi vida, snif.
He disfrutado este proyecto de las hamburguesas desde que lo imaginamos bebiendo unas cervezas. He disfrutado desde ir a la casa de una viejita del pueblo a cortar bambús secos de más de quince metros de altura para hacer el techo del negocio, hasta ir a surtir todo lo necesario para las hamburguesas a los mercados de Monterrey. Creo que la última vez que me metí en un mercado fue hace como 16 años, y me metí nada más para tomar fotos "folklóricas" para alguna clase mamona de la carrera de Ciencias de la Comunicación. En pocas palabras, ando en mercados cuando ando de turista, por lo que cada ida a surtir es como andar de turista en mi ciudad. Y eso me agrada, pues amortigua la chinga de andar cargando cosas. He disfrutado preparar a mano cada carne de cada hamburguesa, limpiar la parrilla, asar la cebolla, hacer bolsitas con pepinillos, zanahorias y jalapeños; darle las gracias a la gente que compra para llevar, ver los rostros de asombro de quienes se quedan a comer... Todo.
Abrimos hace dos semanas. De jueves a lunes de 7 de la tarde a 12 de la noche. Van bien las ventas. Ha habido flujo de clientes. Ha gustado la comida y, sobre todo, el lugar, pues no hay nada que se le parezca en este municipio. Los dueños de los puestos de comidas de los alrededores se han puesto a pintar sus cochecitos de hot dogs y de tacos, también las bardas en donde anuncian sus productos. Creo que sucedió lo que dijo Tolstoi: "Pinta tu aldea y pintarás al mundo". Tal vez no se pueda hacer mucho por cambiarlo desde un puesto de comidas tan insignificante, pero puede que sea un buen comienzo.
Esto es amor por los árboles. |
Un sabor dulce/ahumado inolvidable. |
La "mezcla secreta" que se añade a la carne molida |
En la pared del fondo siempre proyectamos la película de"Cowboys & Aliens" |
¡Si no pagan me los como, putos!
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Qué bonito dedicarse a algo que le gusta y que le da ese tipo de satisfacciones, siga cuidando mucho a sus clientes, y que el negocio continúe prosperando. :D
ResponderBorrarQué bonito dedicarse a algo que le gusta y que le da ese tipo de satisfacciones, siga cuidando mucho a sus clientes, y que el negocio continúe prosperando. :D
ResponderBorrarEspero un día poder visitarlos desde Tecamac, nomas por conocerlo, estrechar su mano y si se puede que me firme una copia de su libro del escuadrón retro, que tenga mucho éxito!!
ResponderBorrarEl lugar se ve muy bien. ¿Donde esta ubicado exactamente? Para ir en cuanto haya oportunidad.
ResponderBorrarTe felicito por tener espiritu emprendedor a pesar del comun paisaje gris que es México en la actualidad. Se ve que con empeño le has dado color a esa idea.
Saludos.
Buenas fotos, creo que el estar sin vieja abre la percepción, o al menos ese es mi caso. saludos
ResponderBorrarFelicidades Guffo. Aunque tengo que decirte: el nombre de Arny´s y el logotipo están medios piñatas. Se espera algo más de uno de los mejores caricaturistas de México y sales con esa hamburguesita, Pffff.
ResponderBorrarÉxito.
Mussgo
Campeche, México.
¿Y las quesadillas de flor de calabaza? :-)
ResponderBorrar¡Les deseo todo el éxito del mundo!
Abrazos
Hattori: Muchas gracias. Un abrazo.
ResponderBorrarPonc3man!: Sería un honor que vinieras. Gracias.
Alexander: En la esquina de Hacienda Casa Grande y Hacienda San Nicolás, en el municipio de García. Saludos.
Saúl: Jajajaja... a veces pasa.
Mussgo: Para eso del diseño soy malo, carnal. Ya ando trabajando en unos dibujitos "más mejores"; éste era nomás por mientras, para abrir lo antes posible.
Liliane: No las sé preparar, snif; pero sería genial vender tacos de eso.
Las descripciones de las hamburguesas y la NOTA al final del menú, se leen igualitas a tus posts jajaja.
ResponderBorrarAsí bien explicaditas para que NO quede duda.
Saludos y MUCHO ÉXITO!!!
que onda Guffo,
ResponderBorrarMe podrias decir donde conseguiste la iluminacion? Esta muy chida.
Saludos y exito..
Jordy: Jajajaja... Muchas gracias.
ResponderBorrarRolo: En Avenida Madero, antes e Pino Suárez, hay bastantes negocios de iluminación. Fuimos a varios, no recuerdo los nombres, pero a lo largo de la avenida hay muchoos; es cuestión de que los visites. Saludos.
que te vaya muy bien en tu negocio guffo pero te hubieras quedado con el negocio de cajas !!!
ResponderBorrarno te enojes.....
patético final para patético personaje... Lo que mas me gusto es como buscas excusas para justificar tu mediocridad, pinchi licenciado hamburguesero...
ResponderBorrarHasta crees que acabaras en Canadá, allá "no esta papi que nos ayude" a: conseguir trabajo, que nos de dinero, que me deje seguir tirando bola todo el día....
Che bato webon, al final vas a acabar mamando del presupuesto en un puesto que te va a dar tu papi y acabaras viviendo de lo que tanto criticas, burócrata godinez
¡Ay, Guffo! Personas como tú me hacen ver que el mundo todavía no está tan jodido, que aún existe esperanza.
ResponderBorrarEstimado Guffo, no se si me recuerdes, soy un lector asiduo a tus post, rara vez dejo mensajes, cuando llegue a MTY tu te estabas llendo para Canada, aun no me llevo ningun mal sabor de boca de la ciudad, yo soy de Zacatecas y la necesidad del trabajo me tiene trabajando aca en apodaca, me deseaste suerte mientras te despedias de monterrey, ahora despues de dos años de vivir aqui ya tengo mi casa propia y un trabajo estable, aun veo a MTY como una gran oportunidad para salir adelante, te quedo muy bien todo el negocio de las hamburguesas, ya vez que dicen que todos los regios son Buenos emprendedores, te deseo toda la suerte en tus nuevas fronteras loborales y comerciales que habras de sortear.
ResponderBorrarAtte.
Abel
La neta está chingón el lugar.
ResponderBorrarAnónimo: No es que no me haya querido quedar con el negocio de cajas. Simplemente llegué de Canadá y mi familia ya lo había quitado, snif.
ResponderBorrarAnónimo: Tienes razón. Pobre de mí.
Jazmine: Muchas gracias por tus palabras. En verdad son alentadoras. Saludos.
Abel: Claro que me acuerdo, carnal. Me da mucho gusto que la ciudad y la gente te esté tratando bien y, obviamente, que te encuentres feliz y optimista. Te mando un abrazo. Escribe más seguido.
César: Muchas gracias.
Hola, guffo te recuerdo mucho, me da gusto leerte y saber que te va bien. Que mala onda que no pueda ir a Monterrey, muero por una hamburguesa bien hecha :(
ResponderBorrarEspero que cuando vuelvas nos encontremos otra vez. Me acuerdo de lo bien que la pasé charlando contigo en el bbq koreano de queen st.
P.d: que pedo con esa gente que te critica como si te importaran sus comentarios jajaja.
Mucho éxito, te mando abrazos... Ale
??? a ese anonimo que le arde ???
ResponderBorrarfracaso ser criminal, ratero, secuestrador o dejarte vencer por la vida.....
donde esta el fracaso en poner un negocio de comida y trabajar honestamente dia a dia ???
Se ve genial el lugar. Si algún día voy para el Norte espero poder visitarlo. ¿No las vendes por paypal?
ResponderBorrarAyyy compadre, me acorde cuando me andaba casando y vendía hamburguesas para juntar para la boda, snif… y si, esta chido andar por los mercaditos comprando los ingredientes, sobre todo en el mesón estrella o el mercado Juárez., saludos carnal…
ResponderBorrarEnhorabuena Guffo!!! mucho éxito en este proyecto :)
ResponderBorrar¿Hay envíos a Querétaro?
ResponderBorrarUn abrazo, Guffis :)
Ale: ¡Hola, Ale! Gracias por sacarme a conocer un poco más de la ciudad. Esa parrillada coreana estuvo chida. Una buena hamburguesa en Toronto te la comes en The Burger Priest o en Hero Certified Burgers. Un abrazo.
ResponderBorrarAnónimo: No pasa nada. Así es feliz él y yo así soy feliz. Saludos.
Unknown: No creo que lleguen calientitas, jejeje.
Angello: Lo que hiciste por amor y no por los copas, pinche Gordito. La vida te lo cobrará, snif.
Emmy:¡Muchas gracias!
Rox: Claro,Rox. Usted nomás mándeme sus datos y le mando el libro.
..por lo menos puedes hacer algo por la gente, aca en matamoros la barandilla, la delegacion de policia y transito estan en manos del cartel.Todo esta lleno de hijos,hermanos o familiares de algun "comandante" del cartel. Los ciudadanos somos tratados como delincuentes, con decirte que si vamos a pagar una multa de transito no podemos meter nuestro carro al estacionamiento de la delegacion de transito, no se a que le temen, ahi adentro esta la mera mata..Las multas son dobles, pagas una parte al municipio y otra parte al cartel,ya no existen las 72 horas de barandilla, ahora pagas por que pagas al cartel,nada de que mejor aqui me quedo y no pago, al cabo en tres dias salgo...ni maiz,asi de cinicos son nuestros gobernantes municipales.
ResponderBorrarSuerte con las hamburguesas, y como no debe faltar el comentario mamon tipo "yo lo hubiera hecho mejor"...las letras del menu/lona estan muy chiquitas, nada mas la podran leer los que se sienten en las dos sillas del frente..
Felicidades y mucho éxito :D
ResponderBorrarMe gustó el techo,lo bueno que por allá no llueve tan seguido.
ResponderBorrarSaludos
Joako
Cuídese mucho en eso de ser alcaide, algunos detenidos están muy locos muy drogados o son suicidas en potencia,
ResponderBorrarLe deseo éxito en esta nueva aventura. Hace mucho que no lo leía. Le quede muy bonito el local. Soy una fan tímida
ResponderBorrarSe nota la gran satisfacción de haber participado con todas las ganas para levantar este negocio desde los cimientos, te deseo mucho éxito.
ResponderBorrarPor cierto, tengo la idea de poner un techo muy rústico en la cochera de mi casa (me vale madre si no "queda", no quiero concreto) para que crezca una enredadera, y me interesó vivamente el techito que pusiste en el negocio. Espero contactarte pronto para ver la posibilidad de contratar a algbien que me instale una estructura muy similar, aunque sería más bien como una cuadrícula, no totalmente "cerrado". Saludos.
Qué a toda madre, Guffo.
ResponderBorrarTodo el post destila libertad.
Me recuerdas al Oliveira de Cortázar que se haya bien -y se halla al fin- administrando un circo y luego un manicomio hacia el final de la novela.
Creo que una de las definiciones de nosotros mismos la explica el colorido de nuestros oficios.
Has sido asistente en la radio, monero de periódicos, administrador de un negocio de cajas, retratista de Toronto, alcaide y hamburguesero, entre lo que me acuerdo.
¿Quién te quita esa riqueza?
Felicidades, la neta.
Saludos.
Hola Guffo! felicitaciones y mucho èxito con este proyecto... saludos de Ciudad Valles.
ResponderBorrar¡Enhorabuena! ¡Qué chingón! ¡Mucho éxito! Y felicidades, no sólo por el negocio sino por encontrar algo que te satisface y que te hace recordar habilidades que ahí estaban nomás desaprovechadas.
ResponderBorrarUn abrazo.
Siempre es divertido leer tus cronicas ahora tu de hamburguffero, saludos
ResponderBorrarQue bonito, Guffo, me encanta!
ResponderBorrarEres, sin pedos, de mis personas favoritas. Los mejores deseos, Guffo :)
ResponderBorrarSenti bonito cuando vi el negocio, transmite muy buena vibra... mucha suerte en este nuevo paso de tu vida :)
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