Soñé que corría por las calles de
la ciudad cargando un montón de papeles entre los brazos. Que no tenía internet
en la casa y que por eso había tenido que escribir desesperadamente a mano todo
lo que quería decir antes de que se me anudara más tiempo en la garganta.
Alguna vez un maestro me dijo que
las hojas de papel son la piel de los árboles que se sacrifican para que nuestras
almas se liberen en forma de poemas o garabatos. Me gustó mucho lo que dijo
sobre la libertad y los poemas y los garabatos; pero no me gustó esa parte de que
los árboles se sacrificaran para eso. Mi maestro notó que se me entristecía el
semblante y remató diciendo que ésa también era la forma en que los árboles se
liberaban de estar toda su vida en un mismo lugar. Y eso me gustó más.
Seguía corriendo lo más rápido
que podía, pues me urgía que mis sentimientos plasmados en papel llegaran a su
destino. Corría y corría y de entre las axilas se me escapaban de pronto algunos
garabatos y poemas que los árboles recogían con sus ramas y con ellos se
cubrían los pedazos donde no tenían corteza.
En eso llegaba a una estación del
metro y me tropezaba en las escaleras y todos los papeles se me caían. El convoy del
tren subterráneo llegaba envuelto entre chirridos y chispas. Sólo uno de los vagones abría sus
puertas y, en el momento en que lo hacía,
succionaba con un remolino todas las hojas de papel hacia su interior. Las
puertas del vagón se cerraban y el convoy avanzaba hasta perderse en la
oscuridad del túnel.
Esperaba el próximo tren para ir
detrás de mis pensamientos, pero nunca llegaba. Quise caminar por las vías y
cruzar el túnel por donde se habían ido mis sentimientos, pero en ese momento recordé
lo que alguna otra vez me dijo el mismo profesor: “Deja tus pensamientos y
sentimientos volar. Deja que fluyan y se vayan. No los sigas. Ellos sabrán
llegar a quien pertenecen y a quien le pertenecen dará con ellos”.
En eso me desperté. Quise volver
a dormirme y soñar lo mismo sólo para estar seguro de que al menos había una persona
en la siguiente estación esperando recibirlos.
Sublime, magister!
ResponderBorrarqué buen sueño y muy atinado en plasmarlo en el bló.
Pero te advierto:
No pienso dejar que se lo lleve el viento... o el metro.
Muy sabias palabras las de tu maestro... Y muy interesante sueño. No se porqué me recordaste mucho las cápsulas de imaginantes de José Gordon.
ResponderBorrarSaludos
Ay wey, ese mi Guffo Neruda. Chingón tu sueño, ya se me figuraba que ahi en la estación del metro te agarrabas a chingazos con el Agente Smith.
ResponderBorrarwow, qué sueño tan fascinante
ResponderBorrarsignifica que debes publicar lo que tal vez no va en un blog pero sí en un libro y que así tus pensamientos lleguen a las personas que ya no podemos dejar de leerte
Guffo;
ResponderBorrarCuanta inspiración… Obviamente existe una persona (si no es que mas, miles mas) en la siguiente estación, esperando recibir, tus poemas y garabatos.
Gracias, por plasmar una vez más lo que una simple “reina de utopía” no puede decir.
Tu sueño me hace reflexionar en este dia que parece diseñado para ello y que siempre me produce una extraña tristeza... Tal vez durante mucho tiempo tratamos de retener un sentimiento, un pensamiento, aferrandonos a ello, aunque sabiamos muy en el fondo que no tenia sentido, como si con el hecho de retenerlos en la mente, el destino no fuera a cumplirse... Pero el destino se ha cumplido, y como viste en tu sueño, solo nos queda dejar volar los sentimientos, pensamientos de todo este tiempo, sin dudar que ellos encontraran el camino y la persona correctos, aunque de momento pareciera que se perdieron en algún vagon de algún tren que se aleja a toda velocidad.... Un abrazo desde Mexicali...
ResponderBorrarGracias x compartir tus pensamientos, que abarcan desde reflexiones, cuestionamientos, cronicas y demas... Seguramente sabes, aunque no te convence, q tus palabras dejan huella en la vida de otros y asi como el sol deja q sus rayos vuelen a destinos inciertos, asi tus palabras iluminan y remueven sentires de otros q nunca conoceras.
ResponderBorrarUn abrazo hermano!!
Adrian
Muchas gracias a todos por comentar. A veces uno no ve "la importancia" que para otros tienen sus palabras. Gracias por valorarlo. Nos leemos pronto. Saludos.
ResponderBorrarMucha intensidad en en esas letras,pues eso significa que no nos vaya a dejar sin sus escritos, porque somos los que estamos en la siguiente estación para recibir pensamientos, sentimientos y garabatos. Saludos desde el paraiso. Cancún.
ResponderBorrarEs muy similar a lo que has estado haciendo durante años.
ResponderBorrarLas hojas que sostienes son las 'páginas' del blog sobre las que escribes.
El convoy es el servicio de internet.
El túnel es el cable a través del cual viajan los bits que envías al dar click al botón.
Con la diferencia que aquí si te enteras de los que les llegan tus escritos.
Básicamente es una necesidad tuya, de expresión, por medio de la palabra escrita.
Y muy bien hecho por cierto. Un placer leer.
Saludos